Mis estimados lectores, ustedes saben que yo siempre he defendido una idea que, si bien es bastante sencilla, no por ello deja de tener una lógica contundente y ser, además, muy exigente: ser libre solo es coherente cuando va de la mano con ser responsable. Tomando en cuenta esto, puedo mencionar otra idea, cuya convicción sigue siendo igual de clara: los problemas complejos exigen evidencia, responsabilidad y soluciones concretas. Tal pulso –menos consigna y más método– es la guía para esta nueva entrevista.
En el creciente debate sobre las tecnologías emergentes, el tema de los dispositivos de vapeo ocupa hoy un lugar relevante, no solo en el plano de la salud pública y la reducción de daños, sino también por el impacto ambiental que estos generan. Y quien mejor para hablar de ello que mi buena amiga Aylen Van Isseldyk, la cual hace poco se integró a Ladies of Liberty Alliance (LOLA) en su natal Argentina, y es un referente para la región en materia de reducción de daños por tabaquismo. Aylen, actualmente investigadora becada por el Tobacco Harm Reduction Scholarship Programme (THRSP), lidera un exhaustivo estudio sobre el impacto ambiental de los dispositivos de vapeo titulado Impacto ambiental de los dispositivos de vapeo: un enfoque global hacia la sostenibilidad. Este proyecto –bajo la iniciativa CIRCULAR VAPE RECYCLE– surge de la urgencia por informar y abordar la problemática generada por los residuos electrónicos y plásticos de vapeadores desechables, además de la necesidad de identificar los desafíos de la correcta disposición, reciclaje y economía circular en este sector, proponiendo perspectivas innovadoras y responsables.
“Reconocer el impacto de nuestras acciones en el medioambiente y la salud pública es esencial para todos”, afirmó en esta entrevista exclusiva para nuestras casas, Al Poniente –uno de los 500 medios digitales con mayor impacto en la región, originario de Colombia– y El Bastión –con sedes en Colombia y México, y con miras a consolidarse como el canal de comunicaciones y medio de difusión de noticias e ideas con inspiración liberal clásica y libertaria N.º 1 de Colombia, Latinoamérica y la Península Ibérica– realizada el pasado 16 de agosto en Buenos Aires, coincidiendo con la LIBERTY INTERNATIONAL WORLD CONFERENCE (LIWC) 2025, cuyo lema fue “Luchando contra el Estado desde adentro”. Aclaro: digo “nuestras” ya que, a partir de la fecha, contamos con el gusto de que Aylen se incorpore al staff de columnistas de ambos medios.
En esta entrevista exploramos, entre otros, cómo la iniciativa de Aylen ahora forma parte de su proyecto de vida: un trabajo comunitario y colaborativo que convoca a gobiernos, comunidades y consumidores a actuar de forma medible y responsable. Un activismo que apuesta por la reducción de daños y la sostenibilidad y que discute, con datos, alternativas al excesivo intervencionismo, priorizando la responsabilidad individual y la cooperación para lograr resultados verificables.

EB y AP – Querida Aylen, primero que nada, gracias por concederme esta entrevista.
Aylen Van Isseldyk (AVI) – A ti gracias por invitarme. Para mí es un honor.
EB y AP – En tu más reciente publicación, una investigación titulada Impacto ambiental de los dispositivos de vapeo: un enfoque global hacia la sostenibilidad, analizas la problemática de los efectos ambientales de los dispositivos de vapeo, lo que por obvias razones ha despertado un especial interés. Para empezar, ¿podrías explicarme brevemente qué te motivó a realizar este estudio?
AVI – He estado activa en el tema de reducción de daños por tabaquismo desde hace más de ocho años, por lo que me llamó la atención cuando comenzó el “boom” de los vapeadores desechables. Mi motivación principal fue la creciente popularidad de estos dispositivos de un solo uso y la falta de información sobre su impacto ambiental al desecharlos; muchos se eliminaban de forma incorrecta por la ausencia de orientación a los usuarios. Quise analizar a fondo los desafíos que presenta la gestión de estos residuos y explorar soluciones innovadoras –políticas de reciclaje y prácticas de economía circular–. Así, hace un año inicié este pequeño proyecto llamado CIRCULAR VAPE RECYCLE gracias a una beca del THRSP (Tobacco Harm Reduction Scholarship Programme), con la que comencé este camino.
EB y AP – Tu investigación aborda la reducción de daños por tabaquismo desde una perspectiva bioética. En virtud de esto, ¿cómo se relaciona dicho concepto con el uso de los dispositivos de vapeo?
AVI – La reducción de daños por tabaquismo representa una estrategia ética y realista para enfrentar los efectos nocivos del consumo de tabaco, tanto a nivel individual como colectivo. Desde mi perspectiva, en la que integro principios bioéticos y una mirada ambientalista, sostengo que este enfoque no solo atiende la salud de cada persona, sino que también promueve el bienestar social y protege nuestro entorno.
La libertad individual es un pilar fundamental: cada ser humano tiene el derecho a decidir sobre su propio cuerpo y a elegir cuáles serán sus hábitos, siempre que exista acceso a información transparente y basada en evidencia. Precisamente aquí radica la necesidad de alternativas menos dañinas, como los dispositivos de vapeo, los cuales –respaldados por estudios que muestran que los dispositivos de vapeo son hasta un 95% menos nocivo en comparación con el cigarrillo tradicional– pueden ser herramientas valiosas en la minimización de riesgos para quienes no han logrado dejar de fumar por completo.
Por supuesto, la prudencia, la regulación responsable y la educación son esenciales para que este enfoque logre su objetivo: minimizar el daño, empoderar a las personas y construir ciudadanías más saludables y libres de estigmas, siempre respetando la libertad de elección.
EB y AP – Entonces, desde la perspectiva de la bioética y la gestión ambiental, la reducción de daños no es una cuestión que deba recaer únicamente en gobiernos o grandes empresas, ¿verdad?
AVI – Así es, y me alegra que lo menciones. Este es un desafío transversal que atraviesa toda la sociedad: cada uno de nosotros, sin importar el rol que desempeñemos, estamos llamados a asumir una parte de la responsabilidad. La manera en que respondemos, tanto individual como colectivamente, dice mucho de nuestro compromiso con la equidad y el futuro.
Cuando hablamos de “justicia social” o de la “protección” de quienes vendrán después de nosotros, estamos apelando a una ética del cuidado genuinamente compartida. No basta con delegar la problemática a las autoridades o a ciertos sectores productivos; la diferencia genuina la marcaremos como comunidad, en la vida diaria y en las decisiones que tomemos.
De esta forma, la gestión ambiental responsable y la bioética se convierten en prácticas vivas, que exigen reflexión y participación de todos los sectores. La suma de pequeñas acciones sirve de base para una transformación real, y nos invita a repensar nuestra relación con el entorno desde el sentido más profundo de la responsabilidad compartida.
EB y AP – ¿Tú crees que estos impactos son totalmente prevenibles o están fuera de nuestro control?
AVI – Considero que una gran parte de los problemas ambientales podría evitarse mediante una gestión más efectiva y la implementación de estrategias de reciclaje adaptadas a cada contexto. Aunque reconozco que existen ciertas limitaciones en la investigación y aún quedan aspectos que desconocemos, lo que sí está demostrado es el impacto positivo de campañas informativas bien diseñadas y el trabajo conjunto entre los diferentes sectores de la sociedad.
Cuando gobierno, empresas y ciudadanía se involucran activamente en iniciativas de concientización y acción, los resultados pueden ser sorprendentes. La educación ambiental continua: la correcta clasificación de residuos y el desarrollo de tecnologías limpias son solo algunos ejemplos de soluciones que, aunque sencillas en apariencia, generan cambios reales a gran escala.
Desde luego, no todos los desafíos tienen respuestas inmediatas o fáciles, pero confío en que, con voluntad y estrategias inteligentes, es posible reducir significativamente los daños ambientales y construir un futuro más sostenible para todos.
EB y AP – ¿De qué manera deberían los consumidores involucrarse en la reducción del impacto ambiental de estos dispositivos?
AVI – Creo que la educación ambiental es fundamental. Los consumidores necesitan estar informados acerca de las consecuencias ambientales de sus decisiones para poder ejercer un consumo responsable. Es fundamental promover el reciclaje y la disposición adecuada de los dispositivos de vapeo; campañas informativas y programas de incentivos pueden marcar una gran diferencia en ese sentido.
Identificar este hábito brinda un punto de partida certero para el diseño de políticas públicas y campañas educativas focalizadas, lo que es clave para lograr intervenciones realmente efectivas y medibles en el corto y mediano plazo.
EB y AP – Hablando de estrategias, ¿qué papel juega el método deliberativo en el abordaje de los conflictos asociados al vapeo?
AVI – El método deliberativo nos permite abrir el diálogo y escuchar a todas las partes implicadas: consumidores, profesionales de la salud, legisladores y la comunidad. Así, es posible entender cuáles son los valores en juego y buscar consensos que equilibren salud pública, libertad individual y protección ambiental. Sin participación y sin un debate plural, es difícil hallar soluciones éticas y sostenibles.
EB y AP – Tú mencionas que el vapeo puede ser visto como una “libertad adquirida”. ¿Podrías profundizar en esta idea?
AVI – En la actualidad, cuando las personas valoran cada vez más su derecho a tomar decisiones informadas sobre su salud, considero que el vapeo se presenta como una opción significativa para muchos fumadores que desean dejar atrás el cigarrillo tradicional y mejorar su bienestar. A mi parecer, siempre que existan datos comprobables y accesibles sobre los riesgos y beneficios, optar por vapear no solo es un acto legítimo de libertad individual, sino también un paso responsable hacia la reducción de los daños en general. Desde mi perspectiva bioética y ambientalista, resulta esencial comprender estas alternativas con información honesta y regulaciones prudentes, posicionando al individuo en el centro de la toma de decisiones y promoviendo, a la vez, una sociedad más consciente y libre de estigmas.
EB y AP – Tu investigación también destaca la importancia de la gestión de desechos de los dispositivos de vapeo. ¿Cuáles son los principales desafíos en este sentido y qué soluciones propones?
AVI – Los dispositivos de vapeo de un solo uso generan residuos especialmente problemáticos: baterías de litio, cartuchos plásticos y líquidos, todos potencialmente peligrosos para el medioambiente si se descartan de forma incorrecta. Considero urgente afrontar este reto con una estrategia integral y bien comunicada.
Sugiero, en primer lugar, proporcionar información clara y pertinente, tanto a usuarios como a comerciantes, acerca del impacto ambiental de estos residuos. La educación es la piedra angular del cambio, pues permite que cada consumidor perciba de forma idónea la importancia de sus decisiones a la hora de desechar estos dispositivos. Además, impulsar políticas públicas y el facilitar la recolección y el reciclaje diferenciado de baterías y cartuchos sería un paso decisivo hacia una gestión más sostenible.
Otra medida que podría terminar siendo efectiva es la creación de programas de devolución para dispositivos usados: facilidades logísticas para quienes reciclen. Finalmente, creo que fomentar desde la educación ambiental la responsabilidad individual es imprescindible. Cada uno de nosotros debe asumir un papel activo y consciente en la gestión de estos residuos y su impacto.
Avanzar hacia una sociedad donde el vapeo no deje huella ambiental negativa exige información, colaboración y compromiso de todos los actores implicados. Es necesario destacar como positiva la claridad con la que mi investigación devela el comportamiento de los usuarios en la disposición final de estos dispositivos, resaltando la preponderancia de su eliminación en la basura convencional.

EB y AP – ¿Qué papel juega la bioética en la resolución de los conflictos entre la salud pública y el impacto ambiental de los dispositivos de vapeo?
AVI – La bioética desempeña un papel primordial al abordar los desafíos que surgen entre la protección de la salud pública y el impacto ambiental generado por los dispositivos de vapeo. Desde mi punto de vista, este campo ético proporciona una base sólida para analizar el problema, contemplando no solo los principios y derechos individuales, sino también el bienestar colectivo y la responsabilidad intergeneracional.
A través de la reflexión ética y el diálogo abierto, la bioética permite encontrar salidas equilibradas ante dilemas complejos. Esto implica crear regulaciones responsables, fomentar iniciativas que reduzcan los residuos generados por estos dispositivos, e impulsar campañas de educación pública informadas y transparentes. Veo como indispensable que este proceso incorpore la pluralidad de voces sociales y científicas, con el objetivo de lograr consensos que favorezcan tanto a la salud como al cuidado ambiental a largo plazo.
EB y AP – En tu opinión, ¿cuáles son los pasos más importantes que deben tomar los gobiernos, la industria y los consumidores para mitigar el impacto ambiental de los dispositivos de vapeo?
AVI – Considero fundamental que los gobiernos adopten regulaciones inteligentes y efectivas para la gestión y disposición final de los dispositivos de vapeo, impulsando simultáneamente la investigación en materiales y procesos de fabricación más sostenibles. Por otro lado, la industria tiene la obligación de rediseñar sus productos para que sean fácilmente reciclables, además de promover activamente programas de reciclaje y colaborar en iniciativas de educación ambiental.
Desde la óptica del consumidor, resulta clave comprender el impacto ecológico de cada elección y comprometerse con hábitos responsables, como reciclar adecuadamente los dispositivos y reducir la generación de residuos. Así, solo a través del compromiso conjunto de autoridades, empresas y ciudadanos se podrá avanzar hacia una gestión realmente sostenible de estos productos.
EB y AP – ¿Cuáles son las limitaciones con las que te topaste en tu investigación y qué temas consideras que deberían explorarse en futuros estudios?
AVI – Una limitación importante es la falta de información sobre los efectos ambientales a largo plazo de los dispositivos de vapeo. Futuros estudios como este, deberían abarcar estos impactos de manera integral, considerando la fabricación, el uso y la disposición final. También es necesario investigar más a fondo las barreras que dificultan la adopción de prácticas sostenibles entre los usuarios de dispositivos de vapeo.
Además, resulta imprescindible indagar con mayor profundidad sobre los obstáculos que enfrentan los usuarios para adoptar comportamientos sostenibles en relación con el vapeo. Comprender estas barreras permitiría diseñar estrategias más efectivas y sensibilizadoras, suscitando así una utilización responsable y respetuosa de estos dispositivos con nuestro entorno.
EB y AP – Para concluir, ¿qué mensaje te gustaría transmitir a nuestros lectores sobre la importancia de abordar el impacto ambiental de los dispositivos de vapeo?
AVI – Reconocer el impacto de nuestras acciones en el medioambiente y la salud pública es esencial para todos. La gestión de desechos no es solo una tarea técnica, sino una responsabilidad ética que compartimos como sociedad. Cada decisión, desde separar correctamente la basura hasta apoyar políticas responsables, suma en la creación de un futuro más sostenible.
Cuando consumidores, comunidades y gobiernos trabajamos juntos de manera consciente y activa, se abre la posibilidad de transformar la realidad ambiental. Este esfuerzo conjunto puede generar soluciones innovadoras y equitativas, protegiendo tanto la biodiversidad como la calidad de vida humana. Nuestro compromiso colectivo es imprescindible para garantizar el respeto y la dignidad de todos los seres vivos en el planeta.