La Navidad siempre ha sido la época del año más difícil de explicar. A nivel mundial se vive una euforia de felicidad general, no exclusivamente por la época en sí, sino también por el fin del año calendario. El breve contexto descrito anteriormente, hace que estas fechas sean las más esperadas por la población y es justo el momento donde la sociedad sufre un cambio drástico de poco menos de un mes. Este fenómeno sociológico que genera cambios en todos los aspectos de la vida; es aquel que justamente analizaremos a continuación ¿Por qué el mundo se transforma sólo en Navidad?
INDIVIDUO, COLECTIVO Y SOCIEDAD
El primer aspecto para abordar en esta ocasión será el individuo: El ser denominado individuo, es todo ser humano viviente y que como tal habita en el campo de una población, pero tiene una proyección netamente propia, es decir, este es el hombre que únicamente se encarga de la satisfacción de sus pasiones más básicas; incluso según teóricos, podríamos denominar que únicamente lleva una vida privada, le es indiferente su alrededor o vive encerrado en su propia burbuja.
Por otra parte, se encuentra el denominado colectivo, el cual, desertando del concepto general, se puede aplicar en el hombre como aquel conjunto de individuos: un conjunto de hombres inertes que basta con estar meramente los unos al lado del otros, pero sin contar con un propósito. Este denominado colectivo, es un ciclo que se regenera cada vez con nuevos individuos: ciclo de jamás llegar a un final. Es necesario aclarar, que el colectivo es la idea errónea que hoy entendemos de sociedad.
Luego de tratar al individuo y al colectivo, finalmente llegamos a abordar el denominado grupo o lo que bien se podría interpretar como el desarrollo del concepto de sociedad a plenitud.
La sociedad es aquel colectivo que deja de ser inerte y pensar en sí mismo, para convertirse en un grupo de individuos que son capaces de generar un proyecto en común y de desarrollarlo. Un proyecto en común que necesariamente requiere de la cooperación y ayuda de todos. Un mecanismo.
SOCIEDAD
Cada ser humano, tal y como lo afirmaba Platón, tanto es sus escritos filosóficos como políticos, requería ser partícipe de una sociedad para así lograr su desarrollo a plenitud; el individuo debía ser educado para que éste pueda vivir y desarrollarse en comunidad. Tal educación era una macro-formación en la cual todos hacían parte y todo aspecto de la vida estaba destinado a cumplir una tarea de formación al interior de cada ser humano. Lo anterior, con el único fin de lograr la convivencia grupal, pero para ello, primero demandaba lograr la convivencia consigo mismo.
Con la misma intensidad, Platón se refiere a algunos aspectos que deben estar presentes en una sociedad ideal. Una sociedad ideal que a grandes rasgos incluya: 1) Isonomía: igualdad ante la ley, 2) Isegoría: igualdad de participación mediante la palabra en la Asamblea, e 3). Isocracia: igualdad de poder. A la par, Platón resumía su visión en una frase: “No se trata de sobrevivir, sino de vivir bien”, es decir, para el desarrollo de una sociedad ideal se requiere del aporte de cada uno de los individuos que la conforman: el proyecto común debe ser superior al individual.
Si bien, la sociedad idealista anteriormente descrita a la perfección en la teoría, no se refleja en nada a la práctica, hay cierta época del año que crea un fenómeno propicio para que algunos aspectos del desarrollo humano en sociedad se realicen correctamente, y esta es la Navidad.
NAVIDAD
La Navidad ha sido una celebración que se rumora surgió alrededor del Siglo IV, y a lo largo de los años, tanto series como películas y documentales, han hecho de esta fecha una muy singular. Y digo muy singular, no por la forma de celebración, sino por el proyecto común y general que todo el mundo busca en este tiempo antes de terminar el año: la felicidad.
Aquella dicha propia y de compartir con los otros es un sentimiento que irradia por esta época en cada persona. Aquel sentimiento que se convierte en una alusión de manera indirecta a un proyecto en común que todos como grupo y sociedad buscamos alcanzar sólo en estas fechas.
Aunque es sabido que la felicidad jamás ha sido una constante, es decir, esta jamás ha sido percibida por el hombre como continua y duradera, en esta época se realiza una excepción y se hace lo posible por intentar convertir la felicidad en ese sentimiento constante, que por lo menos resplandezca un mes en la sociedad. En su momento, Aristóteles también se refirió a la sociedad y su búsqueda eterna de llegar a la felicidad desde todos los aspectos de la vida, afirmando que ese sentimiento es el común denominador que pretenden alcanzar todos los pueblos.
REFLEXIÓN FINAL
Ahora bien, para analizar la dicha dentro de una sociedad, es necesario retomar ese pensamiento que se describe de la sociedad ideal; la felicidad es un sentimiento que desde lo particular de cada persona, puede contagiar a toda una comunidad con el contexto adecuado. Justo en aquel momento próximo a la llegada de la Noche Buena, es cuando aquel colectivo se trasforma a una sociedad, esto debido a que encuentra su proyecto común: lograr la felicidad absoluta para esta fecha.
Es así como invito al apreciado lector a reflexionar la siguiente pregunta, teniendo en cuenta los conceptos de colectivo y sociedad: ¿Qué sucedería si no sólo en Navidad nos transformamos de colectivo a sociedad; sino que por el contrario, todo el año seamos una sociedad?