PUNTOS DE UNIÓN
En la década de los ochenta, cuando el mundo cruzaba el oscuro sendero de la Guerra Fría, la KGB –el máximo y más temido órgano de inteligencia de la Unión Soviética y del mundo– desplegó una de las campañas de desinformación más efectivas e implacables de la era moderna; su nombre en clave fue Operación Denver.
Con ella, se buscaba señalar por medio de rumores y leyendas urbanas que el VIH/SIDA había sido creado por El Pentágono en un laboratorio en Fort Detrick (Maryland) para ser utilizado contra otras poblaciones como los pueblos africanos, las comunidades afro-estadounidenses y los LGBTIQ+ en los EEUU. Los fines eran varios, pero el principal era gestar un descontento social que obligara al gobierno a frenar la división de armas biológicas y así la URSS tomara ventaja en esa área.
Del mismo modo, pero de forma más torpe y auto-incriminatoria, el Pacto Histórico ha dejado ver la existencia de un sub-órgano descentralizado, atomizado –pero agresivo– enfocado en “quemar” a todos los contrincantes de Petro en la carrera presidencial. A falta de un nombre oficial –que seguro jamás tendrá– y gracias a su fuerte similitud –sobre todo en lo sucio– con las técnicas y tácticas de la KGB, he decidido bautizarlos como: La KGB Humana.
MÁS QUE UNA SALIDA EN FALSO
Aunque el video de Zuleta pueda parecer una salida en falso y un ejercicio relativamente común en el juego político de cada elección, la cosa toma otro tinte cuando revisamos las hilarantes afirmaciones –escasos días antes– del abogado y también activista radical del Pacto Histórico, Miguel Ángel Del Río Malo, las cuales fueron (Fuente AQUÍ):
Ello refiriéndose a la infiltración que hicieron a la campaña del candidato Federico “Fico” Gutiérrez, supuestamente bajo el “loable” objetivo de “desenmascarar” a compradores de votos.
Pero, si atamos un par de puntos, en el inicio del video de Zuleta esta afirma que: “pronto sacaremos todo lo que tenemos guardado de Fico”, además de advertir a sus seguidores –las personas que están escuchando– que debían estar pendientes a las redes para replicar y masificar esa información.
Esto demuestra no solo la existencia de esa KGB Humana, sino también de una fuerte articulación entre varios grupos descentralizados; lo más probable, es que el grupo de del Río Malo se encargue de extraer información, y el de Zuleta tergiverse, masifique y active a los grupos de presión basados en esa información. Un modus operandi muy clásico en la Guerra Fría que bien se retrató en tantos libros como El KGB y la desinformación soviética de Ladislav Bittman (exagente de la KGB) y El Servicio Secreto Soviético: Espionaje, Sabotaje, Guerra Psicológica y Terrorismo Internacional de Edward H. Cookridge (exagente del servicio secreto británico).
Claro está, no considero al Pacto Histórico como una institución sofisticada de inteligencia subversiva, empezando por la estupidez de autodelatarse, pero sí es seguro que ya cayeron en la máxima de Napoleón Bonaparte, “el fin justifica los medios”. Cosa mala per se, debido a su posibilidad fáctica de ocupar el máximo cargo del ejecutivo, rama del gobierno con las capacidades legales, financieras, técnicas y operativas para crear, desarrollar y sostener una “KGB criolla” a toda regla, así como Hugo Chávez fundó el SEBIN en Venezuela (2010).
BULISTAS, BODEGUEROS Y EL SILENCIO DEL MESÍAS
Aquí dejaré el resto de las conclusiones que se sacan en limpio del video. La segunda, es que son especialistas en crear bulos –desinformación– y que cuentan con herramientas de masificación –bodegas– listas para cumplir sus fines; un gran secreto a voces que teníamos muchos, pero que siempre reconforta el ver como todo sale a la luz y sin dudas o explicaciones valederas.
La tercera, es la complicidad del megalómano Gustavo Petro frente a las actuaciones de sus lacayos. Como siempre el doble rasero en cuanto a la ética y el hipócrita mensaje de ser los adalides de la democracia brilla con luz propia y cegadora.
CRIMEN SIN CASTIGO
La última gran arista sobre este asunto es la permisividad de la justicia colombiana sobre la literal confesión de espiar y sabotear otras campañas presidenciales por parte del Pacto Histórico. No estamos hablando de rumores, chismes de pasillos o tweets de cuentas falsas; hablamos de confesiones directas por parte de personas al servicio de ese grupo político.
Esto es un claro delito que, en cualquier otro país, daría para iniciar una investigación conjunta entre los órganos judiciales, de control y electorales con el fin de proteger las bases y principios de la democracia –como instrumento garante de la transición pacífica del poder–, para así evitar una desestabilización que nos lleve a escenarios recrudecidos de esa violencia política que tanto daño nos ha causado. ¿Hasta cuándo tanta permisividad?