Empresario o campesino, rico o pobre, capitalista o proletario, villano o víctima, pueblo o anti-pueblo. Como dice el historiador anteriormente citado, Enrique Krauze, “todo populista, cuando sube al poder, necesita instaurar el odio entre la población, el odio entre clases”. Estos sujetos, como hemos podido ver a través de los diferentes regímenes totalitarios surgidos a lo largo del siglo XX, y en adelante, se presentan ante la población con la imagen de héroes justicieros que vienen a salvar a los más necesitados y darles un espacio digno dentro de la sociedad. Un populista utiliza términos sumamente ambiguos, como “pueblo” y su contraparte “anti-pueblo”, los cuales han cambiado de nombre dependiendo del contexto. De esta manera, el líder del momento asume el rol de defensor del “pueblo” y, por lo tanto, todo aquel que se presente como su oposición estará también en contra del “pueblo”, encarnando así la imagen del enemigo de la sociedad que debe ser eliminado.
Este patrón lo hemos podido ver recientemente en la figura de Pedro Castillo, el actual Presidente de la República del Perú. En uno de sus más recientes mensajes a la nación dijo:
¿No les gusta porque “hablamos” diferente a “ellos”? ¿A quiénes se está refiriendo? ¿Quiénes son los que hablan diferente, y a quienes no les gusta? Claro está que “nosotros” es el “pueblo”, y “ellos” es ese enemigo sin nombre o forma, porque es todo aquel que se oponga; ellos es el “anti-pueblo”. Sin embargo, Castillo no es el único que emplea esta táctica dentro de su Gobierno. Si solo él utilizara este discurso divisor no podría calar dentro de la conciencia de un gran número de individuos, ya que para ello se necesita de todo un equipo que de la misma manera “reconozca al enemigo” y “apoye al defensor”. Por ejemplo, su Primer Ministro, Aníbal Torres, también se ha caracterizado por incentivar la división de la ciudadanía peruana:
Considero que se puede observar muy claramente el matiz que encarnan, no solamente los discursos mostrados, sino la mayoría de los mensajes que el Presidente y su equipo han pronunciado desde antes de empezar su mandato. Y es que este es el primer paso de todo populista para enquistarse en el poder. Pero ¿Por qué? ¿Cómo es que el incentivo del odio entre los sectores de la población le sirve a los lideres populistas? Pues yo he identificado unas cuantas razones.
En primer lugar, hay que tener claro que los lideres populistas del tinte de Pedro Castillo, no tienen ningún plan real de Gobierno, no tienen propuestas ni soluciones factibles para los problemas que aquejan a la sociedad y, por lo tanto, necesitan que la gente los apoye o los elija a causa de su “carisma”; deben atraer a los demás por su presencia, su locución o su personalidad. No obstante, su frecuente falta de virtudes, dificulta igualmente la formación de una imagen digna de admirar. Es así que su última opción se basa en crear a un villano tan malo, que ante los ojos de la población el candidato o gobernante solo pueda ser visto como la fatal víctima de una injusticia; un enemigo tan malo que justifique todos los ataques y críticas que puedan presentarse desde el sector que no lo apoya.
En segundo lugar, este azuzamiento del odio entre sectores de la población genera que buena parte de los ciudadanos dejen de ser objetivos y que, en lugar de ser críticos ante cualquier acción que pueda cometer el sujeto en cuestión, se enfoquen únicamente en contraatacar a los opositores, pues toda afrenta contra el populista es también una afrenta personal contra toda persona que se identifique con “el pueblo”. Por consiguiente, ante menos críticas y cuestionamientos, del mismo modo disminuyen las posibilidades de perder el puesto de poder, sin importar las acciones de corrupción o criminalidad que pueda haber cometido. Este odio además genera una obediencia ciega, ya que aquel que odia profundamente, seguirá sin condiciones a quien le prometa la destrucción total de su enemigo.
Finalmente, también se puede observar que enfrentar a un sector de la sociedad con otro, le permite al líder populista impedir su enfrentamiento directo con la oposición. De esta manera utiliza al sector que lo apoya como escudo.
En diversas ocasiones durante las últimas marchas realizadas en la ciudad de Lima, hemos podido ver cómo se formaban bandos, unos a favor y otros en contra del Gobierno, los cuales, se enfrentaban entre ellos e impedían la concentración pacifica en puntos estratégicos de la ciudad reduciendo la repercusión del reclamo. Asimismo, crear caos y disturbios, es una manera eficaz de impedir que grandes números de individuos se organicen eficientemente para expresar una oposición o critica, así como de generar cortinas de humo que impidan dar atención a las acciones que realiza este sujeto mientras es gobernante.
En conclusión, la estrategia utilizada en el siglo pasado por los lideres socialistas para incentivar revoluciones y quedarse con el poder, sigue siendo fundamentalmente la misma: la inserción del odio en la sociedad. Por ello es necesario estar siempre alerta ante aquellos lideres que se muestran como grandes salvadores o víctimas inocentes, pero que en lugar de buscar la cooperación pacifica de la sociedad aceptando criticas justificadas, hacen su batalla contra un enemigo sin rostro, al cual transforman de acuerdo con su conveniencia.
REFERENCIAS
El Búho pe [SemanarioElBuho]. (2022, 11 de agosto). ¿Qué dijo Aníbal Torres que enfureció a los medios de comunicación y congresistas? (COMPLETO) [Archivo de Video]. YouTube. https://youtu.be/Lh1PpK18F9s.
Krauze, E. (2015, 20 de mayo). Un modelo arcaico: Arqueología del populismo. EL PAÍS: el periódico global. Recuperado el 15 de septiembre de 2022 de: https://elpais.com/elpais/2015/05/18/opinion/1431958625_785776.html.
TRIBUTA y CONSULTA [UCqtcCFjSms3mLpO2oo0aGjA]. (2022, 19 de agosto). EN VIVO: Presidente Pedro Castillo Nuevo Mensaje desde Palacio de Gobierno | Hoy 19/08/2022 [Archivo de Video]. YouTube. https://youtu.be/TxA9_PflGLQ.