Cerramos otro año en el que, de a poco, se evidencia una mejoría en la economía de mi país, reflejada en algunos indicadores. Pero, aún hay muchas tareas pendientes a nivel estructural, que de no darse, no generarán la sostenibilidad en el tiempo que la recuperación económica requiere, y solo habremos presenciado un efecto de rebote después de una etapa difícil como fue la pandemia.
CONTEXTO INTERNO
La economía manifiesta algunos antecedentes que aún siguen marcando nuestra hoja de ruta, tales como: la petro-dependencia (dependencia económica al petróleo), limitada oferta exportable, gasto público que no se reduce sustancialmente, falta de acuerdos políticos entre los poderes del Estado, alto nivel de endeudamiento, riesgo país por encima del promedio en la región, limitada seguridad jurídica derivada en gran parte de las pugnas políticas, un mercado laboral rígido, país caro para producir, entre otros factores. Sin duda, son necesarios cambios fundamentales e impostergables que abarcan reformas que necesitan aplicarse; sin importar tendencias ideológicas, solo es necesario que primen la razón y la lógica ante el futuro que debemos enfrentar.
A pesar de lo anterior, el movimiento económico muestra una recaudación tributaria que, hasta noviembre de 2022, llega a 15.784 millones de dólares (superior en 10,46% a lo que se esperaba recaudar hasta ese mes, o del 24,03% superior a lo recaudado en igual período a noviembre de 2021) alentada por la recuperación económica (ventas proyectadas en 220 mil millones de dólares al término del año) y de las contribuciones vigentes por la anterior reforma tributaria aprobada en 2021, que suman 536 millones de dólares. De la misma manera, los impuestos directos representan el 48% de la recaudación y el 52% restante son impuestos indirectos; el 84,16% de lo recaudado es por el movimiento interno de la economía y la diferencia (IVA e ICE por importaciones) por comercio exterior, que representa 15,74%. Los tres impuestos en importancia continúan siendo: 1) el IVA con 5.254 millones de dólares recaudados, 2) le sigue el impuesto a la renta que se ubica en 4.897 millones de dólares y, 3) en tercer lugar, encontramos el impuesto de salida de divisas que registró hasta octubre 1.170 millones de dólares; hay que destacar que el Servicio de Rentas Internas (SRI) ha recaudado aproximadamente 718 millones de dólares debido a las contribuciones temporales aprobadas en la reforma tributaria de 2021.
A continuación, el desglose de la recaudación tributaria a noviembre de 2022:
Se puede observar que la economía crece por debajo de la recaudación fiscal. Entre 2021 y 2022 el PIB creció en promedio 4% (según el Banco Central del Ecuador), versus la recaudación tributaria que aumentó en 24% en ese mismo periodo. Corresponde tener presente que la alta carga tributaria en Ecuador conlleva la pérdida de competitividad en materia tributaria. A este tenor, acorde con la proforma presupuestaria presentada por el Gobierno Nacional, se espera para el 2023 recaudar aproximadamente 16.025 millones de dólares, empujada especialmente por la sostenibilidad de la reactivación económica señalada por el mismo Gobierno.
Por otro lado, es importante destacar que una tarea constante en el país es la creación de empleo adecuado, pues actualmente son 35 de cada 100 ecuatorianos los que tienen un empleo así, por lo que resulta imperativo una reforma laboral que permita facilidades de contratación para el resto de la población que se ubica en el subempleo o el desempleo. La recuperación del empleo adecuado es inherente a una mayor creación de puestos de trabajo, especialmente en los sectores de comercio y servicios, impulsados por el crecimiento de las ventas, consumo de los hogares, eliminación de restricciones de la pandemia, la recuperación del turismo, entre otros. El 2022 terminó con un repunte por el crecimiento de la demanda de servicios y productos, debido al aumento de los contratos por temporada.
A continuación, se observa la evolución en el último año de la población ocupada según la condición de actividad:
Acorde al INEC (2022b), de cada 100 plazas de trabajo, 93 fueron generadas por el sector privado y alrededor de 7 plazas fueron generadas por el sector público. Asimismo, de cada 100 plazas de trabajo asalariado, 86 son generadas por el sector privado y 14 por el sector público. De igual manera, la tasa de empleo adecuado/pleno se ubicó en 41,3% para los hombres y 27,6% para las mujeres, mientras que la tasa de subempleo se ubicó en 25,3% para los hombres y 19,6% para las mujeres, y la tasa de desempleo se ubicó en 4,4% para las mujeres y 3,4% para los hombres. El ingreso laboral promedio de un hombre con empleo fue de USD$ 460,2, mientras que para una mujer con empleo fue de USD$ 381,9; adicionalmente, el 51,2% de personas con empleo se encontraban en el sector informal de la economía.
Por otra parte, el comportamiento de precios ha ido al alza durante este año, siguiendo la tendencia mundial derivada de varios factores como la invasión rusa a Ucrania, el aumento del precio del petróleo, complicaciones en la logística internacional, entre otros; a eso hay que añadir en nuestro caso, el paro nacional, por ejemplo. Ecuador cerrará con una inflación cercana al 4%, la segunda más baja del continente; a noviembre de 2022 se ubicó en 3,64% la variación anual de precios. Las ciudades que mayor incremento de inflación registraron durante el año fueron: Santo Domingo (4,17%), Guayaquil (3,82%) y Ambato (3,81%), siendo los principales productos que registraron mayor variación: alimentos y bebidas no alcohólicas (1,63%), transporte (0,45%), bienes y servicios diversos (0,41%), muebles y artículos para el hogar (0,28%) y restaurantes y hoteles (0,27%); en sí, 9 de 12 canastas que componen el IPC (Índice de Precios al Consumidor) tuvieron una variación positiva a lo largo del 2022.
Según el INEC (2022a), el ingreso familiar se estima en 793,33 dólares, mientras que la canasta familiar se ubica en 761,14 dólares y la canasta básica vital se calcula en 538,39 dólares, lo que proporciona una cobertura de 104,22% y 147,35%, respectivamente. En Quito se ubica la canasta más cara con 791,48 dólares.
Para cerrar el contexto interno, el Gobierno consideró los siguientes supuestos dentro de la proforma presupuestaria presentada para el 2023, tales como: a) La proforma contempla USD$ 31.503 millones (33.899 millones de dólares en 2022), b) Un precio promedio del barril de exportación de petróleo de USD$ 65 (USD$ 59,20 en 2022), c) la producción petrolera seria de 188 millones de barriles al año o 515.068 barriles diarios (179,88 millones de barriles al año o 492.821 barriles diarios de petróleo, en 2022), d) una recaudación tributaria de 16.025 millones de dólares (en 2022, 13.400 millones de dólares), e) un crecimiento del PIB (Producto Interno Bruto) de 3,1% (2,85% en 2022), f) un PIB nominal de USD$ 122.369 millones (en 2022, USD$ 109.618 millones) y una inflación promedio de 2,55% (1,28% en 2022). Igualmente, espera tener un déficit fiscal equivalente a 2,14% del PIB y, en cuanto al endeudamiento, el Ecuador espera buscar USD$ 7.577 millones en nuevos créditos durante 2023 para cubrir todas sus necesidades fiscales.
Para el 2023, el Ministerio de Economía y Finanzas asignará USD$ 15.276 millones al gasto social, frente a los USD$ 14.500 previstos para 2022. Dentro de esas transferencias, el Estado asignará USD$ 1.307 millones para cubrir el pago de bonos sociales para la población de menos ingresos. Sobre el incremento de salarios a los docentes, la proforma 2023 prevé el aumento de la remuneración para maestros, que asciende a USD$ 380 millones; respecto al aporte al IESS (Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social), se transferirá USD$ 2.354 millones, cuya cifra corresponde al aporte estatal para pagar el 40% de las pensiones jubilares del Instituto en mención.
Existen tres (3) grandes desafíos que enfrentará el Gobierno, concernientes a la proforma presupuestaria, puesto que si la meta de ingresos no se cumple, el déficit presupuestario esperado será mayor y la necesidad de endeudamiento crecerá. Por ello, el primer reto es subir en USD$ 1.023 millones los ingresos tributarios, aunque sin un alza de impuestos.
Para alcanzar más ingresos petroleros en un contexto de alta volatilidad de precios, el desafío (segundo) es que la producción aumente, pese a que esta tuvo una tendencia a la baja durante 2022; a esto se agregan las tensiones con los movimientos indígenas que se oponen a una mayor extracción, por lo que se ve poco probable aumentar la producción petrolera para este año, no obstante, el Gobierno espera esto y la meta de ingresos incluye alcanzar una producción petrolera de 514.759 barriles diarios de petróleo. Esa proyección representa un aumento de 37.763 barriles diarios de petróleo o un 8% respecto al 2022, que fueron 476.996 barriles diarios y que será difícil alcanzar ese incremento en la producción petrolera si no hay más inversión privada; a eso hay que agregar la “moratoria petrolera”, que fue parte de los acuerdos con los indígenas para el cese del paro en junio de 2022 –lo que, realmente, es una traba–.
Y un tercer desafío consiste en concretar la venta de activos estatales para que ingresen al presupuesto unos USD$ 1.039 millones en 2023.
A criterio del Gobierno, no será necesario aumentar impuestos en 2023, pues la recaudación de impuestos crecerá ya que habrá más controles para reducir la evasión; previsto que los ingresos por impuestos sumen USD$ 16.025 millones en 2023, el 45% de esa cantidad de dinero provendría del cobro del Impuesto al Valor Agregado (IVA), proyectando un crecimiento del 20% de ingresos por este cuando la tendencia de crecimiento ha rondado el 9%. En cambio, por el lado del gasto, se prevé lleguen a USD$ 31.502 millones, una reducción de USD$ 3.921 millones frente a los gastos proyectados en el presupuesto de 2022. Del total de gastos públicos previstos para 2023, los sectores de educación, salud y seguridad se llevarán el 40,4% del Presupuesto General del Estado, y de esto, el 67% de los gastos presupuestados para los tres sectores prioritarios corresponde a salarios para los funcionarios públicos.
El Ministerio de Economía y Finanzas presagia desembolsar USD$ 3.601 millones, es decir, 13% más que en 2022; considerando los principales rubros, como educación, el Gobierno proyecta gastos por USD$ 5.583 millones, lo que representa un crecimiento de 12% frente a 2022. Asimismo, el Gobierno asignará USD$ 3.109 millones a las entidades de la seguridad: el IESS (Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social), el ISSPOL (Instituto de Seguridad de la Policía Nacional) y el ISSFA (Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas), siendo un incremento de 38% frente al presupuesto asignado para las tres (3) instituciones en 2022. En lo que respecta a los subsidios de los combustibles, la proforma del Presupuesto General del Estado indica que en 2023 se destinarán 2.667 millones de dólares, siendo el segundo tipo de subsidios a los que se le asigne más presupuesto, y viene solamente después de las asignaciones para las instituciones de seguridad social. Serán más de 2 mil millones en subsidios petroleros que se distribuirán así: 53,59% para el Diesel, 26,88% para el gas licuado de petróleo, 17,10% para la gasolina y 1,11% para el Fueloil y el 1,32% para otros combustibles. Es así que el subsidio de los combustibles de 2023 tiene un incremento del 100,78% en relación con la del año anterior, que fue de 1,328 millones, incremento que obedece a varios factores como: a) el costo de la materia prima; b) los precios de importación de los derivados; c) la proyección del despacho de los derivados; d) las condiciones de operación de las unidades de refinación, según la demanda al año 2023; e) los costos de refinación, transporte, almacenamiento, cabotajes y comercialización por producto; y f) los precios de venta del petróleo y sus derivados proyectados.
El principal ajuste en los gastos se da por el Plan Anual de Inversiones, pues se estancan en los 1.870 millones de dólares, cifra apenas mayor en 20 millones de dólares con respecto a 2022.