Estamos ante una tormenta eléctrica, enfrentando un escenario de bajo crecimiento económico, alto desempleo e inflación. No se pronostica buen clima en el corto plazo; las ideas de quienes hoy nos gobiernan solo aumentan la probabilidad de lluvia. El pronóstico se empeora con la avalancha de reformas que han presentado.
La Universidad EAFIT publicó su análisis de coyuntura y perspectivas de la economía colombiana. En esta edición calcularon el impacto que traerán las reformas. El resultado es desalentador: se reduciría el crecimiento económico en 0,7% en 2024 y 0,5% en promedio entre 2022 y 2030, y aumentaría el desempleo en 1,1% en 2024 y en 2,6% en promedio entre 2022 y 2030.
En este escenario, para los empresarios, ser optimista es algo irresponsable: el exceso de optimismo puede llevarlos a ignorar la realidad. Igual de irresponsable es ser pesimista: estar obsesionado con el tamaño de la tormenta lo enceguece para ver oportunidades.
Ante esta coyuntura, debemos desarrollar la antifragilidad, un concepto desarrollado por el autor Nassim Nicholas Taleb en su libro Antifrágil: las cosas que se benefician del desorden (Paidós, 2013). La antifragilidad es la capacidad de un sistema de adaptarse, mejorar y fortalecerse frente a situaciones adversas e inciertas. Los sistemas antifrágiles no solo resisten el estrés y el cambio, sino que se benefician de ellos, lo que les permite prosperar en entornos volátiles e inciertos.
¿CÓMO PUEDEN LOS EMPRESARIOS APLICAR LA ANTIFRAGILIDAD?
1. Aceptar la incertidumbre y abrazar el cambio
En lugar de intentar predecir el futuro, busque formas de aprovechar la incertidumbre y el desorden.
2. Exposición controlada al estrés y al riesgo
Desafíe sus límites y exponga su organización a niveles manejables de estrés y riesgo.
3. Redundancia y diversificación
Cultive la redundancia y diversificación en habilidades, recursos y opciones.
4. Foco en la eliminación de lo perjudicial (vía negativa)
Es más efectivo centrarse en eliminar lo que es perjudicial o innecesario, en lugar de agregar nuevas soluciones o intervenciones.
5. Descentralización y localismo
Fomente estructuras organizativas descentralizadas y locales que permitan una mayor flexibilidad y adaptabilidad a las condiciones cambiantes.
6. Enfoque en la innovación y el aprendizaje continuo
La innovación y la experimentación constantes son cruciales para mantenerse a la vanguardia en un entorno empresarial en constante cambio.
7. Monitorear el entorno y responder rápidamente
Las empresas antifrágiles están atentas a las señales del entorno y responden con rapidez y flexibilidad a las oportunidades y desafíos que surjan.
8. Aprovechar las opciones asimétricas
Para desarrollar antifragilidad, es crucial aprender a identificar y aprovechar las opciones asimétricas, es decir, una situación en la que la inversión en un proyecto tiene un potencial de ganancia mucho mayor que la posible pérdida en caso de fracaso.
9. Defender la libertad económica
La tormenta solo terminará cuando los colombianos valoren el papel de los mercados y la empresa privada como generadora de progreso. Esto requiere un trabajo permanente de pedagogía, y para ello, LIBERTANK es un gran aliado.
Ahora más que nunca, es crucial abrazar la antifragilidad como filosofía de negocios y guía para la toma de decisiones.
NOTA:
La versión original de este artículo apareció por primera vez en el Diario La República (Colombia).