El crecimiento del fútbol femenino en las últimas décadas se debe, en buena medida, a la creencia de igualdad de oportunidades que parte de la influencia del liberalismo. Esta corriente de pensamiento que promueve la igualdad de oportunidades y la no discriminación se traduce, en el caso que nos ocupa, en la idea de que el fútbol, como cualquier otra actividad, debe estar abierto y ser accesible a la participación de todos los individuos, sin distinción de género. Lo que se verá en las siguientes líneas es cómo ha sido y cómo es todavía la influencia del liberalismo en el desarrollo del fútbol femenino y hasta qué punto se puede considerar hoy a ese deporte un espacio, más allá de lo puramente deportivo, donde se manifiestan y se ponen en disputa las ideas y principios de este pensamiento.
El liberalismo se preocupa, ante todo, de los derechos individuales, la libertad y la igualdad Esta forma de ser justos y equitativos es uno de los principios del liberalismo. ¿Por qué? Porque se considera que todos los seres humanos, sean de donde sean y sin distinción de ningún tipo. En este contexto, Adam Smith (1776) proporcionó una base teórica muy relevante para entender cómo debe aplicarse la igualdad en la práctica. La paga y las condiciones de trabajo no deberían depender del género, y esto por dos razones. En primer lugar, porque no hay características que asocie la biología con los hombres o con las mujeres, que den lugar a habilidades o capacidades que tengan que ver con la economía, la paga y las condiciones de trabajo. En segundo lugar, porque la obra de Smith «La riqueza de las naciones» es básicamente un ensayo en favor de la capacidad de competir en condiciones de igualdad, insisto, en condiciones de igualdad,
Cuando se aplica a algo como el fútbol, la perspectiva de Smith subraya la idea de que los hombres y las mujeres deberían competir y sobresalir en igualdad de condiciones. A este respecto, todas las ligas, clubes y organizaciones deportivas estarán en pie de igualdad en la medida que ofrezcan recursos, formación y oportunidades iguales. La igualdad en este contexto no solo promoverá la justicia y la equidad, sino que también creará un entorno más fuerte y amplio, que permita a los mejores talentos verdaderamente sobresalir sin importar el género.
LA EVOLUCIÓN DEL FÚTBOL FEMENINO
En las últimas décadas, el fútbol femenino ha recibido una atención y un apoyo sin precedentes, lo que ha derivado en una cada vez mayor participación, profesionalismo en ascenso y una cobertura mediática que, por fin, alcanza la mediatización correspondiente. Desde el organismo rector del fútbol internacional se enfatiza que hay una, entre comillas, «igualdad de oportunidades» en el deporte, y la FIFA (2023) reporta que hay más de 300 por ciento de incremento en la participación desde 2006.
Sin embargo, la quimera de la equiparación entre el fútbol masculino y el femenino parece estar aún a un horizonte bastante lejano. La igualdad salarial, por ejemplo, es un aspecto básico que se discute desde hace cierto tiempo, y si bien en algunos casos se ha avanzado, el camino todavía es largo.
El deporte enfocado en el sector femenino sigue constreñido a los problemas de género que lo atan a la desigualdad. Aunque ha hecho ciertos progresos, sigue en la senda errónea de la desigualdad. La UEFA y otras organizaciones de renombre internacional apoyan la práctica y aseguran que no deberían existir diferencias entre el fútbol masculino y femenino. Sin embargo, a nivel de clubes y selecciones, las mujeres que juegan el deporte rey continúan lidiando con premisas bastante más que discutibles. Como dice Sen (1999), «no se trata solo de tener la oportunidad de participar, sino de contar con la posibilidad de beneficiarse de esa participación». En el mundo del fútbol femenino, la diferencia de trato con sus pares masculinos es un estorbo grande a la libertad, pues hiere de muerte la posibilidad de lucrar en este deporte.
EL PAPEL DEL LIBERALISMO EN EL AVANCE DEL FÚTBOL FEMENINO
El fútbol femenino ha encontrado en el liberalismo un valioso aliado, en vez de un enemigo, como muchas veces hemos escuchado al feminismo de izquierda radical. La defensa de la igualdad ante la ley y su rechazo a todo tipo de discriminación hacen que los principios liberales se alineen fácilmente con la causa del fútbol femenino. A menudo, el librepensador o librepensadora se asocian a colectivos y medios bastante respetables. En el caso de la Ley de Igualdad (Oportunidades) en el Deporte (Title IX), promulgada en EE. UU. en 1972, puede decirse que la defensa que hace el liberalismo de esta ley es casi unánime.
Según Messner (2002), el apartado IX también ha conseguido, en el plano normativo, que el deporte practicado por las mujeres se visibilice y se legitime en los medios y en la sociedad en general. Este artículo es, en efecto, una medida bastante liberal: el Estado promueve (en forma directa, además, porque hay financiamiento) la igualdad entre hombres y mujeres en el deporte a través de la eliminación de las barreras que, en muchas ocasiones, mantienen la desigualdad de facto, a pesar de que las mismas no siempre son intencionadas
DESAFÍOS Y OPORTUNIDADES PARA EL FUTURO
El fútbol femenino aún enfrenta importantes retos y está lejos de disfrutar de las condiciones que presentamos en el balompié masculino. No por casualidad, asociaciones o clubes dejan de invertir o no invierten, y la cobertura mediática es escasa. Y esto no es generalmente porque la prensa no quiera cubrir, sino porque el producto en sí ha sido descuidado. Desde el 2023, un informe de la UEFA asegura que «son solo el 10% de lo que se invierte a diferencia del fútbol masculino».
El fútbol femenino sigue en la senda del progreso y, del mismo modo, deben seguir intentando su resolución esos viejos males que lo aquejan en muchos países. No son, por desgracia, poca cosa. La falta de protección legal para las jugadoras, el inaceptable acoso que sufren en muchas partes del mundo, la marginación que padecen en el mercado deportivo, el escaso apoyo de los medios de comunicación, la impunidad con la que actúan quienes incumplen los derechos fundamentales de las jugadoras.
Una clara manifestación del liberalismo es el fútbol femenino, que avanza indiscutiblemente gracias a su lucha por la igualdad de oportunidades. El compromiso de la sociedad con la igualdad es la única forma de garantizar el futuro tanto del juego como de sus jugadoras.
Referencias
FIFA. (2023). Women’s football. https://www.fifa.com/womens-football/
Messner, M. A. (2002). Taking the field: Women, men, and sports. University of Minnesota Press.
ONU. (2022). Gender and sports: A report on gender disparities in sports. United Nations.
Rawls, J. (1999). A theory of justice. Harvard University Press.
Sen, A. (1999). Development as freedom. Alfred A. Knopf.
Smith, A. (2020). La riqueza de las naciones (J. Pérez, Ed.). Editorial Ejemplo. (Obra original publicada en 1776)
UEFA. (2023). Women’s football investments. https://www.uefa.com/womensfootball/
Fuente de imagen: https://blogs.iadb.org/igualdad/es/copa-mundial-femenina-de-futbol/
