Por: Ayn Rand.
NOTA:
Esta entrega de este especial corresponde a la primera parte de un artículo llamado Textbook of Americanism, escrito por Ayn Rand y divulgado originalmente en 1946 en THE VIGIL, una publicación de la ALIANZA CINEMATOGRÁFICA PARA LA PRESERVACIÓN DE LOS IDEALES AMERICANOS (Beverly Hills, California).
El artículo completo circunscribe al ámbito político y busca definir y aclarar los principios básicos de las cuestiones públicas. La serie quedó inconclusa: las doce preguntas que aquí serán reproducidas constituyen apenas la tercera parte de un proyecto mayor; el resto nunca llegó a escribirse.
1. ¿CUÁL ES EL PROBLEMA BÁSICO EN EL MUNDO HOY?
El problema básico en el mundo hoy es elegir entre dos principios: individualismo y colectivismo.
El individualismo sostiene que el hombre y la mujer poseen derechos inalienables que no le pueden ser arrebatados por ningún otro ser humano, ni por cualquier número, grupo o conjunto de otros seres humanos. Por lo tanto, cada individuo existe por su propio derecho y para su propio bien, no para el bien del grupo.
El colectivismo sostiene que el hombre y la mujer no tienen derechos; que sus trabajos, sus cuerpos y sus personalidades pertenecen al grupo; que el grupo puede hacer con ellos lo que quieran, de la forma que quieran, por cualquier motivo que el grupo haya decidido que es su propio bien. Por lo tanto, cada individuo existe únicamente por permiso del grupo y para beneficio del grupo.
Estos dos principios son las raíces de dos sistemas sociales opuestos. El PROBLEMA BÁSICO DEL MUNDO HOY en día es la elección entre estos dos.
2. ¿QUÉ ES UN SISTEMA SOCIAL?
Un sistema social es un código de leyes que los hombres y las mujeres disciernen para que sea posible la convivencia entre ellos. Dicho código debe tener un principio básico: un punto de partida, de lo contrario no puede ser elaborado. El punto de partida es la pregunta: ¿Es el poder de la sociedad limitado o ilimitado?
El individualismo responde: el poder de la sociedad está limitado por los derechos individuales e inalienables del hombre. La sociedad solamente puede crear leyes que no violen estos derechos.
El colectivismo responde: el poder de la sociedad es ilimitado. La sociedad puede crear las leyes que desee e imponérselas a cualquiera en la forma que desee.
A saber, bajo un sistema de individualismo, un millón de seres humanos no pueden dictar una ley que disponga matar a uno de ellos, en beneficio de quienes legislan; si a pesar de todo lo matan, están violando la ley –que protege su derecho a la vida– y deben ser castigados. Bajo un sistema de colectivismo, un millón de seres humanos –o cualquiera que alegue representarlos– puede dictar una ley que disponga matar a uno de ellos –o a cualquier minoría–, siempre que estos consideren que se beneficiarán con su muerte; el derecho a vivir de ese individuo no se reconoce.
Bajo el individualismo, es ilegal matar a cualquier persona y es legal que la misma se proteja; la ley está del lado de un derecho. Bajo el colectivismo, es legal que la mayoría mate a cierta persona y es ilegal que esta se defienda; la ley está del lado de un número.
En el primer caso, la ley representa un principio moral. En el segundo caso, la ley representa la idea de que no hay principios morales, y que las personas pueden hacer lo que les plazca, siempre que sean lo suficientemente numerosos.
Bajo un sistema de individualismo, los seres humanos son iguales ante la ley en todo instante. Cada uno de ellos tiene los mismos derechos: da igual que alguien se encuentre solo o que esté acompañado por otro millón de sus congéneres.
Bajo un sistema de colectivismo, los seres humanos tienen que juntarse en grupos los unos contra los otros –y el que pertenezca al grupo más grande en un momento dado tiene todos los derechos, mientras que el perdedor (el individuo o la minoría) no tiene ninguno–. Cualquier persona puede ser un amo absoluto o un esclavo indefenso –dependiendo del tamaño de su cuadrilla–.
Un ejemplo del primer sistema: los Estados Unidos de América (véase su Declaración de Independencia). Ejemplos del segundo sistema: La Rusia soviética y la Alemania nazi.
Dentro del sistema soviético, millones de campesinos –los “kulaks”– fueron exterminados por ley, justificada con el pretexto de favorecer a la mayoría que el grupo gobernante declaraba “anti-kulak”. En el sistema nazi, millones de judíos fueron exterminados por ley, igualmente justificada como favor para la mayoría que, de acuerdo con el poder, era antisemita.
Las leyes soviética y nazi fueron el resultado consistente e inevitable del principio de colectivismo. Cuando un principio que no reconoce la moralidad ni los derechos individuales se lleva a la práctica, solo puede producir brutalidad.
Ten esto en cuenta al momento de decidir cuál es el sistema social adecuado. Debes empezar por responder la primera pregunta: o el poder de la sociedad es limitado, o no lo es. No puede ser ambas.