HAY QUE DIVIDIR A COLOMBIA

Hablar de Colombia es hablar de un país lleno de contrastes, de culturas que son completamente diferentes la una a la otra, pero, que tienen en común el contar con gente trabajadora y luchadora. No en balde, el país ha logrado surgir adelante a pesar de la existencia de un Estado que cada vez apaga más libertades y con ellas, el sueño de toda un grupo de personas que quieren mejorar su vida. Sin embargo, es precisamente el mantener en unión dichas culturas; lo que hace que Colombia no despegue como país.

EL PROBLEMA Y SU PROPUESTA DE RESOLUCIÓN

Los países de corte socialista siempre han sido centralistas, promoviendo el desarrollo primeramente de su ciudad capital. Esto se debe a que a dicha ciudad es donde llegan las delegaciones internacionales, y por publicidad es obvio que deben mostrar un falso desarrollo. Ejemplos hay varios, como Moscú en la URRS y Pyongyang en Corea del Norte, entre otros. Por eso es que en Colombia, la ciudad con mayor inversión y desarrollo hasta hace un tiempo era Bogotá.

Esto debe cambiar, pero no es solamente dándole una mayor autonomía a las ciudades y departamento del país para que administren sus recursos, y en este punto estarán pensando en el federalismo como opción de mejorar el país. A esta idea digo que hay que llevarla más allá. El federalismo mantiene la creación de órganos de carácter federal (nacional), y eso es precisamente lo que debemos evitar a toda costa. Así las cosas, propongo que Colombia pase de ser una república centralista y unitaria a ser un grupo de Estados independientes y asociados entre sí de manera libre, llevar más allá la constitución de 1863, y convertirla en una unidad de cantones.

¿EN QUÉ CONSISTE LA PROPUESTA?

Cada departamento –cantón de ahora en adelante– será independiente de crear las instituciones y leyes que convengan y se apliquen a su cultura. De igual manera, será libre de crear un sistema fiscal y aduanero que mejor se acomode a su zona.

El comercio y la libre movilidad no deberían ser negados en ningún cantón; puesto que de ello dependerá el desarrollo de este, salvo que por unanimidad, desee sesionarse de los demás y constituirse como una república independiente de corte marxista que busque la autosuficiencia. No obstante, no podrá en ningún momento invadir militarmente a otro cantón, ya que existirá el compromiso de defensa mutua de llegar a pedirle un cantón a sus pares de la unión. Esto también aplicará para aquellos cantones que quieran usar la anarquía de propiedad privada y que sólo deseen mantener relaciones comerciales y de movilidad con los demás, en donde la plena libertad pueda surgir, que dicho sea de paso, sería lo ideal que pasara.

¿Cuáles son sus beneficios?

Todo lo anterior motivará la competencia entre los diferentes cantones, puesto que si un cantón crece más o genera más oportunidades que los vecinos, los habitantes del cantón más atrasado buscarán llegar al que esté más desarrollado para obtener mejores oportunidades. Esto no es nada diferente a lo que pasa hoy en día, pero con la ventaja de que todos podrán implementar políticas económicas que permitan mejorar su desarrollo económico.

También se generaría una ventaja militar, y es que al Colombia estar fraccionada en pequeños cantones, no habrá un Estado central que capturar por parte de países extranjeros. Por el contrario, si quieren conquistar todo el territorio que compone la unión, deberán conquistar militarmente cantón por cantón, y esto es un desgaste militar y económico en el que pocas naciones incurrirían, más sabiendo que la población de todos los cantones tiene la libertad de portar armas sin ningún tipo de restricción o registro de estas.

¿Quién representará a la unión ante la comunidad internacional?

La idea es que exista solo una figura que los represente a todos, o aquellos que acepten dicha representación, y este podría ser un canciller. Dicho canciller sólo será protocolario y no podrá proponer leyes en ningún cantón, ni podrá proponer que haya una ley común entre los cantones que los rija a todos por igual. El sistema jurídico será un sistema Common Law, y no como el actual que tiene Colombia, que es Civil Law.

CONCLUYENDO

Una anotación final, y es que quedaría claro que la propiedad del suelo y del subsuelo sería enteramente del individuo y no del Estado como sucede actualmente. Esto permitiría que aquel que encontrase petróleo o gas natural en sus tierras, podrá hacer con él lo que desee, venderlo a una petrolera o dejarlo enterrado sin que se explote. Así, se acabaría la eterna disputa de las consultas mineras y petroleras.

Dicha decisión deberá ser respetada, puesto que la persona está tomando una decisión sobre su propiedad privada. Habrá cantones que no lo dejen hacer así, sin embargo, deberán siempre mantener presente que en los demás cantones dicha propiedad si existirá. Así que si no quieren meterse en problemas y que sea deslegitimado el gobierno de turno, les corresponderá competir en cuantos a estos derechos de igual a igual con sus vecinos. De igual manera, la gente verá lo beneficioso que es ser dueño del subsuelo y no se dejará quitar ese derecho que por naturaleza le corresponde.

Paradójico a lo que muchos piensan, esto hará que Colombia triunfe como pueblo, no la unión como ahora, sino precisamente la fragmentación: la división que habrá entre sus distintos cantones.

Esta columna es corta, pero es para sembrar la idea de que no hay que seguir buscando un presidente con ideas de libertad. Sino iniciar un proceso de secesión en cada departamento, y clamar por la libertad departamental, o mejor, por la libertad cantonal.

Carlos Jaimes
Carlos Jaimes

Administrador de empresas, con especialización en finanzas. 8 años de experiencia en el sector financiero, y en fondos e inversiones.

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