PREGUNTAS ABSURDAS, COMPARACIONES DESCABELLADAS & RESPUESTAS INNECESARIAS

Pretendo con esta columna de opinión hacer un ejercicio muy complejo y atrevido: en un par de líneas busco describir mi visión de lo que pasa actualmente con la izquierda colombiana y su reacción a las protestas en Cuba. Digamos que lo anterior es el objetivo principal y que, siendo pretencioso, a modo de objetivo accesorio intentaré hacerle la vida más fácil a los lectores que se identifiquen con algo de lo que acá se expondrá. Cuando les pregunten: “¿Por qué apoyas las protestas de allá y las de aquí no?”, podrán copiar y pegar el enlace de esta columna y ahorrarse rabias, malestares al cuerpo y desgastes improductivos.

Para desarrollar mi postura de la manera más asertiva posible, me permitiré realizar un brevísimo análisis de cada fragmento del título de este desahogo que me dispongo a compartir con ustedes.

CONTEXTO

Esta columna se escribe en medio de una sublevación contra la revolución. La Cuba de hoy atraviesa un momento complejo ya que después de más de 60 años de opresión y cercenamiento a sus libertades, el pueblo parece haber llegado al límite del umbral de tolerancia y decidió en contra de todo pronóstico salir a enfrentar la tiranía encabezada por Miguel Díaz-Canel, un peón con ínfulas de rey en el tablero de ajedrez que tiene como dueño a Raúl Castro.

Ya habiendo descrito el contexto (casi que cayendo en reduccionismo), pasemos a la chicha del tema.

1.    Sobre las preguntas absurdas

No es casualidad que los voceros más ruidosos de la izquierda colombiana (influencers, políticos y opinadores en general) hoy decidan trasladar el debate a preguntas y no a afirmaciones que en otrora soltaban con la mayor de las ligerezas posibles. Quizás hasta ahora no me doy a entender, pero creo que con un ejemplo lograré mi cometido. Antes, por ejemplo, el izquierdista promedio afirmaba que Cuba era un ejemplo para seguir. Hoy, en cambio, lejos de afirmar tal barbaridad deciden preguntarte: ¿Por qué apoyas las protestas de Cuba y no las de Colombia? Si bien parece una bobada lo que acabo de decir, no es menos cierto también que dicho modus operandi merezca un análisis que sirva para dejar en evidencia la razón de ser de ese cambio de estrategia.

Con el pueblo cubano en las calles y con el reciente “acceso” a internet de los isleños, los asuntos de la izquierda pierden su peso poco a poco y se difuminan de manera acelerada en la opinión popular. Como lo de ellos es eso, es decir, argumentar con tópicos y con narrativas imposibles de contrastar, la única salida que tienen para perpetuar ese discurso de la “Cuba de Fidel” es pretender reducir lo que pasa en la isla y, en ese mismo sentido, engrandecer lo que en Colombia se vive desde el 28 de abril del 2021: el Paro Nacional.

La pregunta no sólo busca lo que dije atrás, sino que también pretende poner una carga moral negativa a quien se le formula. Esa pregunta lleva explícitamente una afirmación peligrosa que se podría reducir en algo como “te importa más lo que pasa en el exterior que lo que pasa en tu propio país”. Eso, lectores, es una trampa retorica de manual y salir de ella no es tan difícil. Para zanjar el mensaje subliminal de quien pregunta lo ideal es responder dejando claro que las dos protestas no son similares en nada, y que además no es necesario hablar de una para hablar de la otra. También se le puede pedir a quien formule la pregunta que argumente sus posturas previas en las que afirmaba que Cuba era un paraíso, pero sabemos de antemano que insistirán en la carga moral negativa para evitarse la fatiga de “sustentar” lo insustentable. Son flojos por naturaleza y en consecuencia evitarán lo más que se pueda cualquier situación que involucre un esfuerzo intelectual.

2.    De las comparaciones absurdas

Un efecto colateral de la pregunta que mencioné atrás puede ser el sugerir una comparación de las dos protestas. Esto obviamente también es una trampa en la que no se debe caer y por eso dejo algunas aristas a proponer en la respuesta para dejar por sentado la amplia diferencia que hay entre lo que pasa en Colombia y lo que pasa en Cuba.

  • En Cuba no hay democracia y en Colombia sí: Esto, en otras palabras, es que la oposición en Colombia puede postularse para gobernar, puede ejercer el derecho a elegir y ser elegido. En Cuba eso no es posible pues si te denominas o actúas como oposición te vas preso –en el mejor de los casos–.
  • En Colombia hay libertad de expresión y en Cuba no: Acá cualquiera puede llamar cerdo, genocida o asesino a Duque, pero en Cuba no cualquiera puede disentir con los Castro. Como dije antes, en el mejor de los casos irías preso, en el peor, pues ya sabemos.
  • En Colombia los protestantes tienen respaldo político y en Cuba no: Los marchantes de Cuba están a su suerte. En el país de los petrolovers los protestantes cuentan con un candidato presidencial muy opcionado a ganar las próximas contiendas electorales. Acá el gobierno es sometido a control político y a censura por extralimitaciones de la fuerza, en Cuba, por otra parte, el Presidente convoca a los alienados por el régimen a que salgan a combatir a los marchantes (pueblo vs pueblo, como le gusta a la izquierda).
  • En Cuba los protestantes no están atravesando alambres en los postes para degollar a la gente, tampoco están incendiando bancos y mucho menos están intentando quemar vivos a policías. En Colombia la protesta pacifica se volvió una quimera y lo que predomina es el ejercicio de actos vandálicos, terrorismo, criminalidad y extorsión… Sí, así es, la protesta dejó de ser del pueblo y se convirtió en un pretexto para alimentar el ego de un grupo de gente que se hace llamar La Primera Línea.
  • Detrás de las protestas en Colombia hay intereses electorales de gremios, sindicatos y partidos políticos. En Cuba todo lo anterior gira en torno al régimen, por eso la protesta de la isla es espontánea y genuina en tanto que no busca dejar en manos de un mesías la solución a todo.

Hay muchas más diferencias como lo pueden ser los reclamos y el apoyo internacional, sin embargo, no quiero que esto se haga más denso de lo que ya viene siendo.

3.    De las respuestas innecesarias

Las respuestas a la pregunta que propuse al principio pueden ser muchas y no sólo eso, pueden estar incluso acompañadas de la mejor evidencia posible. El problema no es ese, el problema es que son innecesarias porque esta gente (la de la izquierda irreflexiva) detesta la evidencia, los datos y cualquier otra cosa que no sea solamente una opinión alimentada con discursos rancios. Ellos no necesitan argumentos, ellos necesitan palmaditas en la espalda que ratifique su descripción metafórica de la isla y de los aportes de Fidel Castro y del Che Guevara.

Son tan innecesarias las respuestas y las evidencias para esta gente, que incluso se atreven a discutir con los mismos cubanos sobre Cuba. Para ellos las verdades que priman son las del “bloqueo”, del “Imperialismo Yankee” y de la “invasión capitalista”; los testimonios de los cubanos les importan un bledo.

CONCLUSIONES

  1. La Cuba del presente no es la misma de hace unos meses atrás, es más, no es la misma a la de hace 10 lustros. Si bien la isla hoy sigue teniendo el mismo paisaje desolador lleno de ruinas y de pobreza extrema, desde hace unos días algo cambió en el paisaje y ese cambio no fue bien recibido en muchos sectores políticos e ideológicos de Latinoamérica. Hoy, en medio de las ruinas y la pobreza, las calles se muestran diferentes porque hay gente dejando su vida en ellas, hay arengas que sirven de tonada para “amenizar” una batalla campal por algo que los cubanos quieren –y que los colombianos tienen, pero que quieren perder–: la libertad.
  2. Lo que pasa en nuestra realidad es lo más parecido a una borrachera con un licor de la peor calidad. Si ese licor pudiera llamarse de alguna forma, yo lo llamaría cóctel molotov. El cóctel molotov de estos días se puede resumir así: una mezcla peligrosa de una pandemia, atropellos de una dictadura y mentiras sobre un supuesto mejor sistema de salud del mundo que está dejando morir a la gente en sus casas de hambre y dieta en la resignación. Parece ser que este cóctel hizo perder el miedo a los cubanos y dio fuerza a los que la habían perdido.
  3. En Cuba no hay Políticos haciendo “vakis” para dotar de cascos, escudos, gafas y una que otra cosita más a los protestantes; lo que sí hay en Cuba es gente muy delgada (por la mala alimentación) saliendo a marchar con pies descalzos, esto dicho por Lorent Saleh mientras pedía la renuncia de Michelle Bachelet, la que se convierte en una canción de Shakira (bruta, ciega, sordomuda, torpe, traste, testaruda) cuando los gobiernos de izquierda pasan por encima de su gente.
  4. En Cuba la gente no se tapa la cara y tampoco anda con iPhone grabando sus actos de heroísmo… En Cuba la gente está muriendo porque quieren un poco de esa libertad de la que goza La Primera Línea acá en Colombia.
  5. Propongo una “vaki” para que los empáticos, defensores de los derechos humanos y odiadores del capitalismo y la libertad se vayan para Cuba. Estoy seguro de que en dos días pedirán a gritos ayuda y a su regreso volverán convertidos en burgueses criollos.
  6. Personalmente no apoyo las protestas en Colombia por varias razones: i) Las protestas dejaron de ser pacíficas y se volvieron violentas, incluso contra el mismo pueblo y no contra el Estado que dicen odiar pero al que acuden como hijos. ii) La agenda electoral que hay detrás de los paros y los bloqueos me parece perversa. Mucha gente está muriendo a causa de los réditos electorales que algunos quieren sacar de todo esto. iii) No encuentro forma de que se logre la igualdad que anhelan algunos destruyendo ciudades, la economía de un país y los sueños de miles de personas que pierden sus empleos por el cierre masivo de empresas.
  7. Personalmente, apoyo las protestas en Cuba por una sencilla razón: La protesta en Cuba no tiene padrino que busque ganar votos y, además, no busca una supuesta igualdad dañando al pueblo; sólo quiere LIBERTAD y sólo quiere eso porque se dio cuenta que lo otro se hace intrascendente cuando no la puedes disfrutar según te parezca.
  8. Colombia es el resultado de malas administraciones “de derecha”. Ellos son los responsables en gran parte de lo que pasa en estos momentos. Pero por favor, que esa verdad objetiva no te haga creer que la solución del problema está en el de los Ferragamo y su obsesión con imprimir billetes.

SergioTorres
SergioTorres

Padre, Hijo, esposo, hermano y amigo. Estudiante de derecho (9 semestre), orientador laboral, columnista en medios de comunicación alternativos y fiel defensor de las ideas que considero correctas.

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