En una oportunidad me pidieron vía Twitter que definiera coacción… ¿Qué dirían los escolásticos? ¿Género próximo y diferencia específica?
–Nací en un lejano país llamado Argentina, en 1960. Recién a las 11 años tuve uso de razón, cuando leí Las llaves del reino, donde el protagonista, un sacerdote escocés, en la China de principios del siglo XX, le dijo al mandarín de la zona que la misión protestante NO debía ser expulsada por la fuerza. A mis 12, una bomba del ERP explotó en nuestra casa de Ituzaingó (Buenos Aires). A mis 13, mi padre fue expulsado de su cátedra por la fuerza.
–Defina coacción.
–A mis 14, mientras leía a Mises, fui testigo del fascismo de Perón y Gelbard y su control de precios. Esa vez era en serio.
–Defina coacción.
–Ya para entonces sabía que en Argentina no había libertad de enseñanza porque el Estado controla los programas, que no había libertad de asociación por los sindicatos mussolinianos, que no había libertad económica ni de comercio, y que la libertad de expresión estaba amenazada por el Estado, ERP y Montoneros. Había libertad religiosa, sí, pero eso a nadie interesaba.
–Defina coacción.
–Fui obligado a hacer una secundaria espantosa y corruptiva dictada por los planes del Estado.
–Defina coacción.
–Ya me había dado cuenta de que el derecho a entrar, permanecer y salir era violado por todos los Estados por las visas y pasaportes.
–Defina coacción.
–En 1976 fui testigo del gobierno militar. No me di cuenta por dos años de lo que pasaba hasta que advertí que el debido proceso había sido sustituido por EL PROCESO.
–Defina coacción.
–Fui obligado a prestar el servicio militar. La pasé mejor que en la secundaria. Una vez fui obligado a controlar el libre comercio llamado contrabando. Dejé pasar a todos los contrabandistas. Una llamada de mi padre salvó mi vida.
–Defina coacción.
–En 1979 pude estudiar la filosofía que yo quise. Fui la única vez que me sentí libre, pero porque el Estado “lo permitió”. El dueño de la granja dejó que la UNSTA (Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino) existiera.
–Defina coacción.
–En 1985 comencé a aportar para una jubilación privada. Fue licuada dos veces y confiscada una tercera.
–Defina coacción.
–En 1988 salí de América Latina por primera vez. Pero tuve que usar un pasaporte y una visa. Gracias a los dueños de las granjas, “me dejaron” salir, entrar y volver. “Gracias”.
–Defina coacción.
–En 1989 pude observar el estricto cumplimiento del desarrollo de la hiperinflación descrito por Mises en 1912. Obviamente no se podía usar otra moneda. Mercado negro de dólares. Lo mismo de siempre.
–Defina coacción.
–En 1991 participé en debates en un país donde la palabra privatizar era sinónimo de traidor a la Patria.
–Defina coacción.
–En 1993 la única libertad de enseñanza que quedaba, los postgrados, fue totalmente eliminada por un soviético llamado CONEAU (Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria).
–Defina coacción.
–Desde el 2001 en adelante los EEUU dejaron de existir. Nadie se dio cuenta. El poder ejecutivo puede secuestrarte, mandarte a Guantánamo y devolverte, si se le canta que no eres terrorista.
–Defina coacción.
–Desde el 2003 en adelante los terroristas que intentaron matar a mi padre volvieron al poder. Muy moderados. Tengo que agradecerles enormemente que no lo intentaran de vuelta. Gracias ¡Muchas gracias!
–Defina coacción.
–Siempre me levanto muy temprano en la mañana (siempre) ¡y más! desde que leí a Mises, Hayek y Rothbard, (13, 14, 15) teniéndome que enterar que más derechos de mi existencia han sido violados. Siempre, siempre, todos los días de mi vida.
–Defina coacción.
–La verdad no sé por qué he desarrollado cierta percepción de la coacción. Siempre me he dado cuenta de que soy un esclavo en una cárcel domiciliaria a veces amplia, a veces pintoresca, donde al menos pude tener familia y amigos. Me ha venido bien, claro, porque la única libertad que tengo, que no es poca, está en mi interior.
Siempre he percibido la coacción. Siempre la veo venir. Yo no me escapo de ella pero ella no se escapa de mi percepción, llámese Marx o Marc.
Por qué será, entonces, que en marzo del 2020 ¿me di cuenta de que todo estaba perdido? Los dueños de las granjas enloquecieron totalmente, pero el loco era el que decía que NO.
–Defina coacción. Defínala. Vamos. Con claridad y distinción, por favor. O acaso ¿No puede? ¿Será que imagina muchas cosas?
–Vamos, negacionista, conspiranoico, anticiencia, asesino potencial ¡Vamos! ah, y por favor, ¡vacúnese!, sino ¡muérase! los libres queremos ser esclavos en paz.
–Defina coacción…
NOTA:
Este artículo apareció por primera vez en el blog Filosofía para mí, de Gabriel Zanotti.