El pasado 10 de junio, Pedro Castillo, el actual Presidente de Perú, participó de una mesa redonda denominada Gobernabilidad democrática frente a la corrupción, durante la IX Cumbre de las Américas. Allí declaró que “Para hablar de la corrupción debemos tener toda la solvencia moral y decir que una lucha contra la corrupción empieza por casa”, que “en Perú década tras década, gobierno tras gobierno, en los diferentes niveles de gobierno, se ha visto (corrupción)”. Pero ¿Es él la excepción? ¿Tiene él la “solvencia moral” para hablar sobre cómo combatir la corrupción?
Ha pasado casi un año desde que el mandatario asumió la Presidencia. Diez (10) meses en los cuales los escándalos políticos no nos han dejado ni por un minuto. Hemos visto levantarse una tras otra las acusaciones hacia múltiples personajes que forman parte del círculo cercano, tanto laboral como personal, del hoy Presidente; incluso han sido varias las denuncias contra el mismo Pedro Castillo, quien actualmente está siendo investigado en dos carpetas fiscales. Todo este grupo ligado al Poder Ejecutivo que se encuentra bajo sospecha, abarca al menos doce (12) casos en el Ministerio Público Fiscalía de la Nación (MPFN), que van desde el supuesto plagio de una tesis magistral, hasta la presunta conformación de una organización criminal; delitos graves, pero que, al mismo tiempo, carecen de la relevancia mediática que deberían.
Recordemos que, desde la primera vuelta electoral, cuando se dio a conocer que Pedro Castillo sería uno de los dos candidatos electos para la siguiente ronda, se hizo público el pasado delictivo de muchos miembros del partido al cual pertenecía; empezando nada más que con el Presidente del Partido Político Nacional Perú Libre (PL), Vladimir Cerrón, quien había sido acusado y condenado por varios casos de corrupción y delitos penales durante su mandato como Gobernador regional de Junín. No obstante, estos hechos se pasaron por alto cuando Castillo afirmó que, si él llegaba a la Presidencia, dicho personaje “no estaría ni de portero del Estado”, declaración que en este momento se le puede considerar completamente falsa.
Más tarde, varios de los miembros que conformaron alguno de sus cuatro (4) diferentes gabinetes ministeriales, también fueron acusados e investigados por delitos de diversa índole, como por ejemplo, apología al terrorismo, lavado de activos, fraude, corrupción, entre otros.
Es necesario recordar a Bruno Pacheco, Exsecretario General de la Presidencia de la República, y a los 20 mil dólares estadounidenses que se encontraron en el baño de su oficina durante una inspección realizada por el Ministerio Público en Palacio de Gobierno; Pacheco, además, actualmente está prófugo de la Justicia del Perú junto a los sobrinos del Presidente, Fray Vásquez Castillo y Gian Marco Castillo Gómez, debido a la acusación por el delito de colusión agravada en organización criminal en agravio del Estado. Asimismo, como aquellas reuniones clandestinas que Castillo mantuvo en una casa del Distrito de Breña, en la ciudad de Lima, hicieron cuestionar su figura; si bien él se justificó alegando que estas reuniones habían sido “de carácter personal”, el secretismo con el que se realizaron lo pone en duda.
Por otro lado, ha causado revuelo la difusión de ciertas irregularidades en el proceso de ascenso de militares y policías, ya que, según ciertas declaraciones, el Presidente habría influenciado a favor de determinadas personas allegadas a él; así como también la investigación de algunas irregularidades en contrataciones dentro de Palacio de Gobierno; y el supuesto plagio que Castillo y su esposa habrían cometido en su tesis de maestría.
Sin embargo, eso no es todo. Entre las investigaciones más graves que se están efectuando actualmente en contra del Presidente y otros personajes que lo rodean, están la investigación de la Fiscalía a Castillo como presunto líder de una mafia que realizaba actos de tráfico de influencias, presuntos actos de blanqueo de dinero proveniente de la corrupción, presunta corrupción para financiar gastos de Perú Libre y la existencia de asesores “en la sombra”, los cuales, además, habrían estado tomando decisiones sobre el futuro del país bajo la figura del mandatario y estarían siendo investigados por el presunto delito de organización criminal en el interior de Palacio de Gobierno.
Aunque es cierto que Castillo no es el primer Jefe de Estado peruano en recibir acusaciones o ser investigado por algún delito, lo que más destaca en su caso es que todos estos hechos parecieran no generar impacto en su posición como Presidente; siempre tiene una excusa que no es cuestionada directamente, aunque carezca de sustento. Al mismo tiempo, la posibilidad de una renuncia parece impensable, tanto para él como para ciertas facciones políticas que lo respaldan; a diferencia de cómo pasó anteriormente con PPK (Pedro Pablo Kuczynski), Manuel Merino o Martín Vizcarra, quienes fueron presionados a renunciar al cargo teniendo investigaciones por delitos de mucha menor envergadura. Entonces, ¿Qué sucede con Pedro Castillo? ¿Cómo se explica que siga ejerciendo su cargo como si nada estuviera pasando? Como si su credibilidad e integridad no estuvieran siendo cuestionadas cada cinco segundos.
Capaz, podríamos encontrar la explicación en los presuntos niveles de corrupción a los que estarían llegando las instituciones más importantes del país, como el Poder Judicial o el Jurado Nacional de Elecciones, que también han recibido diversas acusaciones. Asimismo, es sorprendente la poca presión que se está ejerciendo por parte de los medios de comunicación, salvo por unas pocas excepciones, para que se llegue al fondo de todos estos actos. Son contados los canales volcados a la tarea de difundir y cuestionar a las autoridades involucradas ¿Será que el gobierno ha logrado comprarlos? Bueno, no sería la primera vez en la historia del Perú. ¿Y dónde está la ciudadanía? Todos aquellos jóvenes que no dudaron en gritar por redes sociales que estarían con las zapatillas listas para salir a marchar si Castillo fallaba en su labor, hoy, parecen desaparecidos. Si bien las encuestas muestran que el nivel de desaprobación del Presidente es el más alto en décadas –ha llegado a un 76% según DATUM–, esto no se ve reflejado en la atmósfera general de la población, inundada por un creciente conformismo creado por una normalización de la corrupción que abarca todas las esferas.
Con todo, la burbuja va creciendo. La aparición de unos audios grabados por el anterior hombre de confianza del actual Jefe de Estado, los cuales están involucrando en las investigaciones a más gente cada día y, según se afirma, probarían el papel principal de Castillo en los delitos que lo rodean, podrían representar un punto de quiebre y cambiar la balanza. ¿Será esta la gota que por fin derrame el vaso? Supongo que solo el tiempo lo dirá.
REFERENCIAS
Datum Internacional (DATUM). (2022). Estudio de Opinión Datum. Recuperado el 28 de junio de 2022 de: http://www.datum.com.pe/estudiopinion.
Presidencia de la República del Perú. [PresidenciaPeru] (10 de junio de 2022). Mesa redonda “Gobernabilidad democrática frente a la corrupción” [Archivo de Video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=B7-RXUaHbQ8.