OTTAWA DEBERÍA APRENDER DEL CAOS ENERGÉTICO EN CALIFORNIA Y TEXAS

Al sur de su frontera, los Estados de los EE. UU. que han adoptado las energías renovables, como la eólica y la solar, luchan por mantenerlas en funcionamiento. Los canadienses deben tener cuidado, ya que el Gobierno de Trudeau quiere lograr electricidad “neta cero” –donde la producción de fuentes de energía convencionales, como el gas natural, se encuentre restringida para favorecer las energías renovables– para 2035.

En los Estados Unidos, los Gobiernos federal y estatal han gastado miles de millones de dólares en aumentar la producción de energía renovable, cuadruplicando la participación de la electricidad solar y eólica en la última década. Para 2021, las energías renovables alcanzaron el 33,6 % de la producción de electricidad en California, mientras que en Texas la energía eólica y solar superaron hace poco al carbón como la segunda fuente de electricidad más grande.

Sin embargo, la transición de las fuentes de energía tradicionales a las energías renovables en estos dos grandes Estados ha coincidido con un marcado deterioro en sus sistemas eléctricos. La cantidad de interrupciones en el suministro eléctrico de California aumentó de 12 fallas reportadas en 2012, a 42 en 2021. Texas pasó de 12 fallas reportadas a 91 durante el mismo período. California evitó por poco apagones masivos el verano del año pasado, y los llamados a la conservación de energía se están volviendo más comunes en Texas.

¿POR QUÉ TEXAS Y CALIFORNIA ESTÁN EXPERIMENTANDO CORTES DE ENERGÍA?

En pocas palabras, una mayor dependencia en las fuentes de energía “intermitentes”, como la eólica y la solar, requiere un respaldo adecuado de otras fuentes de energía, incluido el gas natural. ¿Por qué? Porque el viento no siempre sopla lo suficiente para generar energía eólica y el sol no siempre brilla lo suficiente para animar los paneles solares. El problema es que muchos Estados, incluidos California y Texas, no han invertido lo que debería invertirse en dichas fuentes de energía de respaldo, lo que reduce la confiabilidad en estas.

En 2021, el invierno de Texas fue inusualmente frío y provocó un aumento en la demanda de electricidad para calentar hogares y negocios. Pero las turbinas eólicas se congelaron, lo que redujo a la mitad la generación de energía eólica y dejó al Estado con energía insuficiente para satisfacer la demanda de electricidad. De manera similar, en el verano poco usualmente caluroso de 2022, cuando muchos tejanos demandaron electricidad para el aire acondicionado, la energía eólica se redujo a solo el 2 % de su capacidad debido a la falta de viento. El Consejo de Fiabilidad Eléctrica de Texas (The Electric Reliability Council of Texas, en inglés), y que opera la red eléctrica de dicho Estado, pidió recientemente una mayor conservación, puesto que un período inesperado de tiempo nublado bloqueó la luz solar directa de los paneles solares reduciendo su capacidad de producir energía. En otras palabras, la energía renovable es susceptible a patrones climáticos fluctuantes y, por lo tanto, no siempre está disponible.

Al mismo tiempo, Texas y California han desacelerado el crecimiento de la energía convencional, como las plantas de gas, y en algunos casos, inclusive, han hundido su capacidad por completo. En Texas, la producción de gas natural se desaceleró de un crecimiento promedio del 9,1 % entre 2017 y 2020 al 5,7 % en 2021, principalmente debido a la falta de infraestructura en la Cuenca Pérmica, una importante parte productora de petróleo y gas natural de la región. Además, la falta de nuevas inversiones en líneas de transmisión adicionales e infraestructura relacionada, impide que Texas importe electricidad de otros Estados, o incluso de Canadá cuando sea necesario.

De manera similar, en los últimos años, el Gobierno estatal de California ha rechazado una cantidad récord de permisos para frackingreduciendo la producción de gas natural de 236 billones de pies cúbicos en 2015 –el año en que permitió por primera vez el fracking– a 140 billones de pies cúbicos en 2021, equivalente a una caída en la producción del 40,6 por ciento. California también cerró la Central nuclear de San Onofre, y planea cerrar la Central Nuclear Diablo Canyon y otras plantas de gas natural que alimentan la red eléctrica, lo que resultará en cortes de energía más frecuentes en el Estado en los próximos años.

Por todo esto, Canadá –y otros países del mundo– debería –deberían– tomar nota. Las energías renovables no siempre están disponibles, y ninguna cantidad de subsidios o mandatos puede evitar el aire quieto o el clima nublado. Cuando los Gobiernos aumentan las energías renovables sin invertir en respaldo adicional, o peor aún, reducen esa capacidad de respaldo, amenazan con socavar un elemento fundamental de cualquier economía en funcionamiento: energía confiable y consistente.

NOTA:

Este artículo fue redactado por nuestro colaborador invitado Julio Mejía (Analista de Políticas Públicas del Instituto Fraser) en coautoría con Elmira Aliakbari (Directora de Estudios de los Recursos Naturales del Instituto Fraser), y su versión original está disponible AQUÍ.

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