Barranquilla, una de las ciudades más importantes de la región Caribe, enfrenta una crisis de seguridad alarmante. La creciente ola de narcotráfico, delincuencia y violencia ha puesto en jaque la tranquilidad y la seguridad de sus ciudadanos. Por lo que creo que la falta de acción del gobierno nacional frente a los grupos armados ilegales ha exacerbado estos problemas y cómo la reciente toma de control del Clan del Golfo sobre la ciudad refleja una crisis de seguridad a nivel nacional.
En 2023, Barranquilla vio un aumento significativo en los homicidios, con 296 casos reportados, en comparación con los 276 de 2020, según el Observatorio de Seguridad de la Universidad del Norte. Las extorsiones también se dispararon, con un incremento del 624% en cinco años. La violencia en la ciudad se ha intensificado con la guerra entre bandas locales como Los Costeños y Los Pepes, y la influencia del Clan del Golfo. El Clan del Golfo, conocido también como Autodefensas Gaitanistas de Colombia (A.G.C.), o Recientemente como E.G.C. (Ejército Gaitanista de Colombia) ha tenido una presencia significativa en la ciudad, controlando gran parte del narcotráfico y enfrentándose a bandas locales por el control del territorio y los negocios ilegales.
El ministro de Defensa, Iván Velásquez, ha reconocido un retroceso en el control territorial por parte de las Fuerzas Militares y la Policía Nacional. En una reciente rueda de prensa, Velásquez admitió que la pérdida de control en diversas regiones ha permitido el fortalecimiento de los grupos armados ilegales. A pesar de una leve disminución en homicidios, los casos de extorsión y secuestro han aumentado significativamente, con un incremento del 29% y 70%, respectivamente. Además, el aumento de cultivos ilícitos y la falta de resultados concretos en la implementación de la estrategia de “Paz Total” han exacerbado la situación.
Recientemente, el Clan del Golfo ejecutó una operación de alto perfil en Barranquilla, demostrando su capacidad de controlar la ciudad. A pesar de que la Policía Metropolitana y organismos de inteligencia estaban al tanto de la intención de la organización criminal de instalar afiches publicitarios en varias zonas de la capital del Atlántico, los integrantes del Clan lograron cumplir su cometido sin que las autoridades pudieran evitarlo. Esta operación, realizada con una logística bien planeada, envió un mensaje claro a otras bandas en el Atlántico: el Clan del Golfo es el actor dominante en la región.
La presencia de estos afiches y el control territorial del Clan del Golfo subrayan la incapacidad del gobierno para enfrentar efectivamente la expansión de los grupos armados ilegales. Esta situación es aún más crítica considerando la pugna entre el Clan del Golfo y otras bandas como Los Costeños, Los Pepes, Rastrojos-Costeños y Autodefensas Conquistadores de la Sierra, que también están involucradas en actividades criminales como la extorsión y el narcotráfico.
La disputa entre bandas
Está disparando los homicidios en Barranquilla y el área metropolitana. En lo que va de 2024, se han registrado más de 250 homicidios en Barranquilla, de los cuales 110 se atribuyen a la guerra entre estructuras criminales. En todo el Atlántico, las cifras de homicidios alcanzan los 511 hasta la fecha. Solo en agosto de 2024, se han registrado 35 homicidios, frente a los 17 en el mismo mes del año anterior.
La cúpula de la Policía Nacional, encabezada por el brigadier general José Luis Ramírez y otros altos mandos, se reunió con el gobernador Eduardo Verano y el alcalde Alex Char para discutir medidas de seguridad. Durante esta reunión, se destacó la preocupación por el aumento del sicariato y la lucha por el control del microtráfico. El gobernador Verano y el alcalde Char han implementado estrategias para enfrentar la crisis, incluyendo una recompensa de hasta 100 millones de pesos por información que conduzca a la captura de miembros del Clan del Golfo y la designación de un fiscal especializado en la investigación de esta banda.
La influencia de los cultivos ilícitos
Un factor fundamental en la crisis de seguridad de Barranquilla es el aumento de los cultivos ilícitos en Colombia. Durante los primeros dos años del gobierno de Gustavo Petro, los cultivos de coca han aumentado en 16.000 hectáreas, un incremento del 7%. Este crecimiento en la producción de cocaína no solo alimenta el narcotráfico a nivel nacional, sino que también fortalece a los grupos armados ilegales que controlan estos cultivos y su producción.
Los grupos como el Clan del Golfo se benefician directamente de esta expansión. Los cultivos ilícitos proporcionan una fuente constante de ingresos que estos grupos utilizan para financiar sus operaciones, comprar armas y reclutar nuevos miembros. La falta de políticas eficaces para la erradicación de cultivos y programas de sustitución ha permitido que estos grupos se consoliden y amplíen su influencia, exacerbando la violencia y el crimen en áreas como Barranquilla.
El incremento de cultivos ilícitos ha llevado a una mayor competencia entre grupos armados por el control de las rutas de narcotráfico y las zonas de producción. Este conflicto por el control de los recursos ilícitos ha intensificado la violencia, generando un ambiente de inseguridad que afecta tanto a la población local como a las autoridades encargadas de mantener el orden.
La creciente violencia y el narcotráfico han tenido un impacto devastador en la comunidad barranquillera. Las extorsiones han forzado el cierre de numerosos negocios, y la inseguridad generalizada ha creado un ambiente de miedo y desconfianza. La falta de una respuesta efectiva por parte de las autoridades ha dejado a la población en una situación de vulnerabilidad, con pocas opciones para garantizar su seguridad.
La crisis de seguridad en Barranquilla es una manifestación de un problema nacional más amplio. La falta de acción del gobierno nacional frente a los grupos armados ilegales ha permitido que estos actores fortalezcan su presencia y capacidad operativa, exacerbando la violencia y el narcotráfico en la región. La reciente toma de control del Clan del Golfo en Barranquilla subraya la necesidad urgente de medidas más efectivas para restaurar el control territorial y garantizar la seguridad de los ciudadanos. Es crucial que se tomen acciones contundentes y coordinadas que aborden tanto las causas profundas de la violencia como la necesidad de una presencia estatal efectiva y constante en las zonas afectadas.