La proyección es un término del psicoanálisis que se define como: “Un mecanismo que consiste en atribuir a otra persona lo que le pasa a uno mismo. Es una forma de funcionamiento que se observa en personas que atribuyen a otro lo que le está ocurriendo a sí mismo, normalmente de forma inconsciente”. Generalmente, los psicoanalistas utilizan esto para determinar rasgos de carácter de las personas, especialmente en lo que tiene que ver con sus motivaciones, problemas y frustraciones.

En ese sentido, es de común conocimiento que la mayoría de los socialistas se permiten acusar a todos los que piensan diferente de fascistas, y en el caso más extremo de nazis. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, no se escapa de esto. Ha relacionado a políticos como Federico Gutiérrez y María Fernanda Cabal con el fascismo, incluso al presidente de los Estados Unidos, cuando en un critica de enero de 2025 escribió en la red social X (antes Twitter): los fascistas qué están dentro de los EE. UU., como dentro de mi país. (aclaro, la buena redacción proviene de este servidor); igualmente escribió: El fascismo, palabra que no le gusta a los conservadores que diga, pero que solo aplico a quienes realmente son fascistas, es la eliminación violenta de las diferencias., relacionando en dicho post con el fascismo, no solo a los conservadores, sino a los “millonarios del entonces”, a un supuesto “congreso Nazi de Medellín” y al diario El Colombiano. Evidentemente, es muy fácil achantar el adjetivo para calificar a las personas, grupos o empresas que están en contra de los ideales del socialista presidente de Colombia; sin embargo, es más fascista Gustavo Petro que todos a quienes critica. Petro proyecta lo que quiere ser: sus motivaciones en quienes critica. Y aunque el fascismo tiene ciertas diferencias con el socialismo, es muy cercano a este y filosóficamente coinciden en un gran porcentaje.

Al contrario de lo que piensan Gustavo Petro y la gran mayoría de comunistas, socialistas, progresistas, entre otros, el fascismo es mucho más cercano a ellos que a los liberales clásicos y a los libertarios. Vale la pena aclarar que, si bien es cierto que en el libro La doctrina del fascismo, Benito Mussolini habla en contra de la lucha de clases y el materialismo histórico de Marx, lo hace en el sentido de que el materialismo histórico está equivocado cuando desconoce las acciones emocionales, heroicas o desprendidas de los seres humanos. Afirma Mussolini que el comunismo niega estas acciones y las reduce a acciones motivadas por interés económico; empero, en el resto de su doctrina el fascismo es más cercano al marxismo y al socialismo de lo que se cree, empezando porque Marx considera que el pensamiento del burgués y el del proletario son totalmente opuestos e irreconciliables, y que la única solución es eliminar al burgués para que prevalezca el ideal proletario: la dictadura del proletariado.

Pero ¿por qué afirmo lo segundo? Se los explicaré.

Según la Escuela Austriaca, el empresario es el encargado de activar las fuerzas dinámicas de la economía. Para esto, requiere de iniciativa, innovación y creatividad, es decir, requiere de una decisión individual que implica la utilización de su potencial y crear la mejor versión de sí mismo. Esto es lo que atacan el socialismo y Gustavo Petro. ¿Por qué? Porque le quita poder al Estado, pues la gente debe estar agradecida con la mano que le da la comida; si no es el Estado y si no sirve para que “adoren” al “legislador sabio”, sería el burgués a quien agradecerían, por lo tanto, corresponde eliminarlo. En relación con esto, el fascismo establece lo mismo, se declara anti-individualista y afirma que “está en contra del liberalismo clásico, que surgió de la necesidad de reaccionar contra el absolutismo y que terminó su función histórica desde que el Estado se transformó en la conciencia y voluntad populares”, al igual que “el fascismo reconfirma al Estado como verdadera realidad del individuo”.

Solo con lo anterior, se puede demostrar lo lejos que están los fascistas de los liberales clásicos, inspiradores del capitalismo de libre mercado, del individualismo y del libertarismo, y nos da luces del otro aspecto que atañe tanto al socialismo como a las ideas de Gustavo Petro: la concentración de poder en todo sentido en el Estado, pero, sobre todo, en quien lo representa. Han sido evidentes las expresiones contra la división de poderes de Gustavo Petro, a saber, su permanente negación a aceptar las decisiones del Poder Legislativo demostrado en varios titulares de prensa de este año como “Petro llama a colombianos a rebelarse contra quienes se oponen a sus reformas sociales” (EFE); de la misma manera, Mussolini escribía sobre el sentido del Estado (totalitario): “Esta fuerza (el Estado) resume todas las formas de la vida moral e intelectual del hombre. Por lo tanto, no se puede limitar a simples funciones de orden y de tutela como pretendía el liberalismo”, colocando de manifiesto otra de las tantas similitudes entre el fascismo y el socialismo.

Por otro lado, los socialistas y Gustavo Petro culpan al capitalismo de todos los males del mundo. Recordemos que Petro se encuentra convencido de su misión de salvar a la humanidad y de ser un líder mundial, y para esto, pretende acabar con el “maligno capital”, solucionando todo a través del poder del Estado, tal cual lo propone para “solventar los problemas del sistema de salud que aquejan a los colombianos”. Al respecto, Mussolini escribía:

De 1929 a hoy, la evolución económica y política universal ha fortalecido mayormente estas posiciones doctrinarias. El Estado se agiganta. Solo el Estado puede resolver las dramáticas contradicciones del capitalismo. La crisis no la puede resolver sino el Estado, en el Estado.

En el mismo sentido, Gustavo Petro, considera que las instituciones de educación privada no velan por los intereses de los estudiantes. Según diferentes medios de comunicación, Gustavo Petro ha afirmado que dichas instituciones simplemente buscan educar colombianos para que sean “rebaños de votos para políticos”. Consecuentemente, su ministro de Educación ha sido constante en su decisión de “estatizar” la educación, negándose a atender las necesidades de los privados. Así tal cual lo escribe Mussolini en su libro cuando hace referencia al Estado como educador:

En resumen, el fascismo no es solamente dador de leyes y fundador de instituciones, sino también educador y promotor de vida espiritual.

Finalmente, el ideal de Petro es ser aclamado por las multitudes en las calles: revivir un espíritu revolucionario que se sustente en miles de personas vitoreando a su “líder” y que lo eleven como representante indiscutible del pueblo. Análogamente, lo hizo Mussolini con la planeación y ejecución de la “Marcha sobre Roma”. El señor presidente sueña con una marcha que lo lleve a hacerse de un poder total sobre la nación basado en el apoyo “popular’, así como en 1922 miles de fascistas marcharon hacia Roma desde diferentes partes del país, en una demostración de fuerza y determinación. El objetivo en aquel entonces era mostrar al rey que el Partido Nacional Fascista era capaz de tomar el poder por la fuerza si no se les otorgaba el control del gobierno de manera pacífica.

Aunque el común de la gente no lo crea, producto de una propaganda constante de años y años, el fascismo no es ni libertario ni se acerca a los liberales clásicos. Sus diferencias con el socialismo son mínimas, pero sus métodos y consecuencias son los mismos: ambos llegan al totalitarismo pasando por el estatismo de todo, y la generación de odios y luchas entre compatriotas. Así pues, es importante conocer de sus principios para no aceptar el consabido argumento “no argumento” de los socialistas que acusan a quien piensa diferente de fascistas, y por sobre todo advertir las consecuencias de los gobiernos socialistas que siempre han sido nefastas para los países y sus ciudadanos.

Jorge Ordóñez Monak
Jorge Ordóñez Monak

Coronel retirado de la Fuerza Aeroespacial Colombiana, Administrador Aeronáutico de la Escuela Militar de Aviación, y Máster en Defensa y Seguridad Nacional de la Escuela Superior de Guerra. Cuenta con más de 30 años de experiencia en operaciones aéreas, ocupando varios cargos, tanto de inteligencia como operativos y administrativos, que le dieron conocimientos en el ámbito nacional e internacional en problemáticas multidimensionales.

Amante de la libertad, la lectura, la historia, la filosofía política y el debate de las ideas. Ha escrito varios artículos para la Revista Aeronáutica, ASORFAC, REVISTA TAKTIKA (todas, de la FAC), entre otras publicaciones.

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