“La democracia no es un sistema político completo”, esta frase, aunque pueda resultar provocadora, revela una verdad que debemos reconocer. A menudo, la democracia se presenta como el máximo ideal de organización social, sinónimo inmediato de libertad y justicia. No obstante, este método de elección y decisión colectiva no garantiza por sí solo la libertad individual.
Desde una perspectiva libertaria, es fundamental comprender que la democracia, aunque positiva y necesaria, necesita estar acompañada de instituciones que limiten estrictamente el poder del Estado. En esta columna exploro por qué la democracia no es un sistema completo y cómo debe complementarse con mecanismos que salvaguarden la libertad individual, basándome en teoría liberal, datos históricos y ejemplos prácticos.
¿POR QUÉ CONFUNDIMOS DEMOCRACIA CON LIBERTAD?
La democracia, aunque esencial para expresar la voluntad colectiva y elegir gobernantes pacíficamente, no puede asegurar por sí sola la protección de las libertades individuales. Este método se ha malinterpretado frecuentemente como garantía absoluta de derechos y libertades, generando confusión y expectativas equivocadas. Ludwig von Mises, en Human Action, subraya que la auténtica libertad necesita protección frente a la coerción estatal, algo que la democracia por sí misma no siempre provee.
La democracia, sin instituciones que limiten el poder estatal, puede permitir fácilmente que mayorías impongan decisiones que restrinjan libertades básicas. Ejemplos históricos notables son Adolf Hitler en Alemania y Hugo Chávez en Venezuela, ambos elegidos democráticamente, pero responsables de socavar instituciones y libertades.
DEMOCRACIA Y LIBERTAD INDIVIDUAL: CONCEPTOS DIFERENTES
Friedrich Hayek, en The Road to Serfdom, destacó que las decisiones democráticas también pueden generar autoritarismo cuando permiten que el Estado concentre demasiado poder. Para nosotros los libertarios, proteger la propiedad privada y promover mercados libres es fundamental y no necesariamente surge automáticamente de procesos democráticos regulares. El Índice de Libertad Económica de The Heritage Foundation de 2025 confirma que democracias intervencionistas ofrecen menos libertades individuales y económicas que países con gobiernos limitados y mercados abiertos.
En América Latina, las democracias presidencialistas excesivamente centralizadas suelen transformarse en sistemas autoritarios disfrazados, limitando así las libertades individuales y económicas.
LA DEMOCRACIA SIN LÍMITES Y LA TIRANÍA DE LA MAYORÍA
La democracia no es un sistema político perfecto y puede degenerar fácilmente en una tiranía mayoritaria. Murray Rothbard, en For a New Liberty, advierte que el Estado democrático puede vulnerar libertades individuales mediante impuestos elevados o leyes discriminatorias, legitimadas por mayorías circunstanciales.
Modelos claros son las políticas de acción afirmativa en India, que han causado conflictos sociales, y la Ley Patriota en los Estados Unidos, que restringió libertades civiles bajo la justificación democrática de la seguridad. Estos casos demuestran cómo la democracia necesita límites institucionales claros para proteger efectivamente las libertades individuales.
HACIA UN SISTEMA LIBERTARIO QUE COMPLEMENTE LA DEMOCRACIA
Reconociendo que la democracia no es un sistema político suficiente por sí sola, debemos aspirar a un sistema libertario que garantice efectivamente la libertad individual. Robert Nozick, en Anarchy, State, and Utopia, propone un Estado mínimo cuya única función sea proteger contra la violencia, el fraude y el robo, dejando todas las demás actividades al mercado y la cooperación voluntaria. Milton Friedman coincide en que los mercados libres y un Estado limitado promueven una mayor prosperidad y libertad personal que el método democrático en sí.
Países con altos niveles de libertad económica y Estados limitados consistentemente muestran mayor prosperidad y estabilidad, según estudios como los de la ya mencionada Heritage Foundation. Tales ejemplos refuerzan la necesidad de complementar la democracia con instituciones libertarias sólidas.
PROPUESTAS PARA FORTALECER LA DEMOCRACIA DESDE UNA VISIÓN LIBERTARIA
Para consolidar la democracia, propongo:
- Instituciones independientes fuertes que limiten al Ejecutivo.
- Protección constitucional estricta de la propiedad privada.
- Promoción activa de mercados libres y competencia económica.
- Descentralización del poder político y administrativo.
Las anteriores propuestas aseguran que la democracia funcione no solamente como método electoral, sino también como un verdadero sistema que proteja las libertades individuales.
EN CONCLUSIÓN, LA DEMOCRACIA NO ES SUFICIENTE POR SÍ SOLA
La democracia no es un sistema político autosuficiente. No. Es una herramienta positiva que requiere acompañamiento institucional adecuado para asegurar la libertad individual y económica. Para evitar abusos y garantizar verdaderamente libertades fundamentales, la democracia debe funcionar dentro de un sistema robusto que limite el poder estatal y coloque siempre al individuo por encima del Estado. Reconocer claramente esta necesidad es fundamental para evitar decepciones y construir sociedades verdaderamente libres, justas y prósperas.