MONOPOLIZACIÓN DE LA VIOLENCIA = ABUSO POLICIAL

En plena madrugada del día que se conmemoran los Derechos Humanos en Colombia, ese mismo país despierta con el asesinato por un abuso policial.

Han pasados muchos años desde que el filósofo inglés Thomas Hobbes y el sociólogo Max Weber se refirieron sobre la monopolización de la violencia. Por su parte, Weber en su obra titulada La política como vocación, manifestó que la única entidad capaz y legitima para ejercer la violencia en un determinado territorio; es el Estado. El poderosos Estado que todo lo ve y todo lo puede, el mismo que Hobbes denominaría el monstro Leviatán, y que cuenta con las facultades suficientes de mantener el orden y sacar al individuo del salvajismo malvado en el que vive por su estado natural.

EL COSTO DE MONOPOLIZAR LA VIOLENCIA

El Leviatán era creado como una institución fuerte y superior a la sociedad: una institución capaz de gobernar, y cuyas instituciones derivadas están a cargo de ejercer orden y aplicar la violencia SÓLO CUÁNDO SEA NECESARIA. Pero ¿Qué sucede cuándo se deforman los conceptos de Weber y Hobbes, y las instituciones se degradan a tal punto de atentar contra la integridad de un individuo en un acto abusivo en contra del mayor principio, valor y derecho fundamental de la Constitución Nacional: la vida?

Cuando ALGUNOS miembros de la fuerza pública acogen esta posición de manera agresiva y en lugar de resguardar, proteger y dar orden al pueblo; se convierten en los propios agresores de la sociedad mediante escándalos de corrupción interna, colaboración con bandas delincuenciales comunes, abuso de autoridad y con la constante vulneración a los DDHH; esta se transforma únicamente en una institución de monopolización de la violencia, donde son los únicos facultados para ejercerla, ¿Pero quién nos defiende de ella? ¿Quién nos ampara en una posible legítima defensa ante el Estado y ante un abuso de autoridad por parte de la fuerza pública? La respuesta es simple ¡NADIE!

EL CASO JAVIER ORDÓÑEZ: UN CASO CONCRETO

El abuso policial no es solamente un comportamiento inaceptable que nace dentro de un procedimiento que aparentemente se sale de control, sino que por el contrario, es una actividad que deriva de un aspecto psicológico al monopolizar la fuerza por algunas personas que laboran día a día en el cumplimiento de la ley. Gradualmente se tienden a desarrollar una actitud de sentimiento de autoridad totalitaria dentro y fuera del uniforme, ocasionando así que policías crean que bajo el amparo de la ley están catalogados para proceder de cualquier manera.

El caso vivido ayer en la capital del país; es una pequeña muestra de lo que puede llegar a producir este aspecto psicológico al interior de la institución de la Policía Nacional.

No es digno de imaginar cómo algunos miembros de la fuerza pública se ensañan cual psicópata cometiendo acciones abusivas contra la misma sociedad a la que ellos pertenecen. Al parecer ellos han olvidado que pertenecemos a la misma humanidad, y como tal, es inaceptable recibir un abuso por partes de estos.

¿SOLUCIONES?

Desde algunas orillas erróneamente se ha manifestado que para una posible solución ante la problemática del abuso policial; es necesario la implementación de cámaras de vigilancia corporales en los uniformes de los grupos policiales, olvidando así, que esta herramienta únicamente brinda un video probatorio dentro del proceso judicial posterior al acto abusivo violento ya cometido, es decir, cuando el muerto ya está.

Por su parte, si se requiere una reforma completa a esta institución y al régimen disciplinario de la policía, ya que no son pocos los abusos barbáricos registrados, no se puede permitir una sola muerte más en medio de un procedimiento abusivo “que por ahora resulte en un apartamiento del cargo de patrullaje y se traslade a cargos administrativos” ¡NO! Se necesitan a gritos sanciones ejemplares para algunos pésimos policías a quienes el sentimiento intangible de poder y autoridad se ha subido a sus cabezas.

¡MANO DURA CONTRA LOS DELINCUENTES, NO CONTRA EL PUEBLO DE BIEN!

Juan David Solarte
Juan David Solarte

Consejero Municipal de Juventudes. Estudiante de Derecho de la Universidad Libre (Seccional Cali, Colombia) y miembro del Semillero de Investigación de Conflicto, Derechos Humanos y Cultura de Paz. Estudioso de la historia.

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