Explicar el liberalismo –o lo que entiendo de él– en una columna no es complejo, sino prácticamente imposible. Siendo lo más reduccionista que se pueda ser, intentaría describir al liberalismo como ese contrapeso al fanatismo, al colectivismo, al estatismo, al populismo y a la demagogia que hoy parecen estar hasta en la sopa; en otras palabras, ser liberal significa ser enemigo de cualquier discurso hegemónico predominante, ser enemigo de cualquier secta ruidosa (petrismo, uribismo, entre otras), y por supuesto, ser un enemigo del pensamiento de rebaño que tiene a la sociedad inmersa en un proceso de autodestrucción que se repite en bucle.
Hoy quiero hacer algo diferente, algo que me permita intentar describir lo que pienso de Colombia, lo que entiendo por liberalismo y señalar la fuente de los problemas de este país. Espero que de este experimento salgan cosas interesantes; me encantaría que una de esas cosas fuera que, si a bien lo tienen, usen algo de lo que a continuación viene no sólo para replicarlo, sino también para discutirlo.
Dejo a su disposición mis escolios, o bueno, mis reflexiones reducidas a intentos de escolios:
- “El liberalismo que defiendo es aquel que lucha contra los atropellos a la vida, la propiedad privada y la libertad; del otro liberalismo, ese que se reduce a la militancia de los trapos rojos, sólo tengo que decir que es lo opuesto a lo que creo correcto, o sea, otro enemigo a derrotar.”
- “Un liberal riguroso no puede caer en idolatrías políticas. Adorar al verdugo no es una perversión que padezcan los defensores de la libertad.”
- “No soy petrista porque tengo dos conflictos con Gustavo: El primero es moral, pues no podría votar por alguien que empuñó un arma para atacar a quien dijo defender; el segundo es pragmático, pues lo que él representa no funciona y no ha funcionado en ninguna parte del mundo.”
- “No soy uribista porque no padezco de fanatismo. Sólo los fanáticos de Álvaro Uribe Vélez, se resisten a ver que se derramó mucha sangre de gente inocente para perseguir una seguridad temeraria y contradictoria a la democracia.”
- “La democracia es fallida. Eso sí, al compararla con la dictadura, empiezo a verla con ojos de tolerancia y la asimilo de mejor forma.”
- “La vida de un liberal es compleja y desagradecida. Es compleja porque ser liberal es ser enemigo de todos; y es desagradecida porque ser liberal es entender la necesidad de defender la libertad, incluso de quienes harán lo que sea para eliminar la tuya.”
- “Pedir a un liberal que sustente lo que piensa únicamente con su opinión, es limitarlo. Es como meter a un tiburón en un jacuzzi y pedirle que nade a gusto.”
- “El Petrismo y el Uribismo son hermanos mellizos de distinto padre. Como buenos hermanos que son, llevan en su sangre el caudillismo y el fanatismo; también comparten el mismo origen, pues se gestaron en el vientre de un discurso populista.”
- “Ser liberal en Colombia es comprender que se vota en búsqueda del mal menor y no de una solución seria.”
- “Como liberal respeto el derecho y la decisión que tiene cualquiera de creer o descreer en Dios. Desde que su fe (o la ausencia de ésta) no derive en imposición, me da igual.”
- “No creo en tal cosa como el «feminismo liberal». Creo que desde la esencia misma hay una contradicción en ese colectivo. Si hay igualdad ante la ley, no hay que promover sectarismos sustentados en el sexo.”
- “Ser liberal es comprender que erróneamente se han bautizado a los servicios como derechos, y que el prestador de esos servicios es ineficiente por naturaleza.”
- “Defender la igualdad ante la ley implica comprender que hay colectivos como el feminista, que ya superaron sus expectativas y hoy disfrutan de privilegios.”
- “Todo, absolutamente todo lo que pueda convertirse en insumo para el crecimiento del Estado, es un enemigo de la libertad.”
- “El problema de la academia contemporánea es simple; se abandonó la necesidad de fomentar el pensamiento crítico para enarbolar la bandera de los dogmas y la militancia.”
- “Los petristas son de todo, menos antisistema. Quieren el mismo sistema, pero con su deidad en la Casa de Nariño. Los únicos antisistema en Colombia somos los liberales; queremos Estado reducido, igualdad ante la ley y libre mercado… ¿Puede haber algo más antisistema que eso?”
- “El sector privado es el «criminal» más benévolo que conozco… Genera empleo, lleva a su espalda el peso del despilfarro de los políticos y paga con sus impuestos el salario de quienes lo estigmatizan en sus discursos.”
- “Hay sectores dentro del liberalismo que creen que la prioridad es llegar al poder y así materializar lo que por años se ha charlado en cócteles y restaurantes. Yo soy de creer que la ruta es otra, una que lleve a la calle y al trabajo de campo. Nuestro objetivo como liberales debe ser culturizar al ciudadano y no ocupar un cargo de poder. La gobernanza llegará por añadidura, después de haber sido asertivos en la divulgación de nuestras ideas.”
- “El liberalismo tiene dos enemigos: colectivismo y estatismo. Sin importar si son de derecha o izquierda, los dos mutan en vulneración de derechos, en abusos y en la erradicación del proyecto de vida individual de cada ciudadano.”
- “El único suceso que hace falta para que el discurso liberal tome fuerza, es un gobierno socialista. Lo sé, suena peligroso el experimento, pero estoy seguro de que después de eso muchos nos darán la razón.”
- “Confío más en la evidencia empírica, que en un discurso repleto de victimismo y falsa empatía.”
Me apeteció hacer algo diferente y creo que lo logré. No sé en que vaya a resultar todo esto, aunque si les soy sincero me da un poco igual; para mí la escritura es una terapia y poco más.
Todos los escolios (o intentos de escolios) son de mi autoría y quiero que si alguien considera que alguno merece la pena ser reproducido, lo haga sin temor. Dejo plena autorización para que hagan lo que quieran con ellos, eso sí, no olviden mencionarme. Si les gustó la idea, puedo hacer una segunda parte.
¡Sigamos luchando por la libertad!
