Comúnmente decimos que rico es aquel que no tiene necesidades. El que vive en una casa grande en la mejor zona de la ciudad, tiene el carro del año y una cuenta bancaria con una fuerte suma de dinero, de inmediato decimos que esa es una persona rica. Aunque no es así.
Todos los días luchamos con cada fibra de nuestro cuerpo para salir de la pobreza ¿Pero sabemos que es pobreza? Todos venimos al mundo desnudos y sin ninguna posesión más allá de nuestra capacidad creativa y lo que nos brinda nuestro entorno; y es precisamente el poder ejecutar en libertad esa capacidad creativa lo que nos permite transformar las condiciones de vida, esto es, ser más ricos. La pobreza es la condición natural del ser y la riqueza es poder gozar de mejores condiciones que las que teníamos previamente.
Los colombianos hemos ignorado la prosperidad tras las necesidades vigentes, pero olvidamos que estas, tanto nuestras como de otros, han cambiado porque somos una sociedad más rica. Con base en datos del Banco Mundial, las personas que viven con menos de USD$ 1,9 al día en Colombia ha pasado de ser del 20,4% de la población en 1999 al 4,9% en 2019, la esperanza de vida de 57 años en 1960 a 77 años en 2020, y el acceso a electricidad del 89% en 1990 a 100% en 2020.
¿De dónde obtienes el agua o la leche con la que tomas el café cada mañana? Seguramente la respuesta es: el agua directo de la llave y la leche de la nevera. Si esa misma pregunta se la hiciéramos a nuestros padres o abuelos hace 40 años –que no es mucho tiempo– la respuesta sería: el agua del arroyo, el nacimiento o el poso, y la leche del potrero donde está la vaca. En solo 40 años nuestras necesidades se han transformado, y nuestras condiciones de vida también.
Colombia hoy goza de mejores condiciones y es una sociedad más rica. La caída de la mortalidad, del trabajo infantil y de las hambrunas son prueba de ello. ¡Claro que hay mucho trabajo por hacer! pero no debemos permitir que nos tapen los ojos con las necesidades vigentes y oculten la prosperidad que hemos construido.
Construir es la palabra clave para superar la pobreza, es decir, para mejorar las condiciones previas. Es el poder usar la creatividad que cada uno de nosotros posee lo que permite que una sociedad sea rica. Y para transformar el entorno y mejorar las condiciones de vida necesitamos libertad, lo cual implica asumir responsabilidades, el saber que para mejorar hay que trabajar.
El PhD en Economía, Antonini de Jiménez, dijo:
Nuestra sociedad es por mucho más rica que la sociedad de nuestros abuelos, y para asegurar que nuestros hijos gocen de una sociedad mucho más próspera, es indispensable limpiar el camino y quitar todos los obstáculos para que las ideas creativas y transformadoras se materialicen y las condiciones continúen mejorando. Aún tenemos muchos retos, pero debemos tener claro que el futuro no es un porvenir, sino un por hacer.
Esto no es un mensaje de optimismo: esto es una pizca de realidad. Abre los ojos y fíjate en tu ciudad, tu casa. De seguro cuentas con bienes y servicios que hacen tu vida más fácil y amigable. Todo es gracias a la capacidad creativa de las personas que han usado esa pizca de libertad para transformar y mejorar la vida de todos. Lo que necesita Colombia para ser un país rico es más libertad, nunca menos.
NOTA:
La versión original de este artículo apareció por primera vez en el Diario La República (Colombia).