La oscuridad no puede expulsar a la oscuridad: solo la luz puede hacer eso. El odio no puede expulsar al odio: solo el amor puede hacer eso. Martin Luther King
Inicio con esta frase que recita el mayor activista por los derechos de los afrodescendientes en Estados Unidos del siglo XX porque, precisamente es este mensaje, el que se ha visto perdido por una suerte de ira irracional y destructiva que solo ha servido para desencadenar más violencia y dolor. Usurpando, por supuesto, el lugar donde debería estar la justicia como la gran aportante de la resolución de este horrible hecho.
Hablo por supuesto; de la noticia más relevante de esta semana. La muerte de un ciudadano (porque esto es más importante que su color de piel) bajo el yugo del poder expresado en abuso de un policía en la ciudad de Minneapolis. No entrare en detalles noticiosos, ya que la gran mayoría de medios se ha encargado de cubrir la noticia; además, el Bastión no es un medio de comunicación. (si desea esa información pulse aquí.)
LOS PUNTOS SOBRE LAS ÍES
Es claro e indiscutible que el actuar del oficial debe ser castigado con todo el rigor de la ley. Caso contrario, y de existir intenciones de no sancionar ejemplarmente al mismo, es más que justificado la molestia de la sociedad y su deber es expresarlo y exigir dicha sanción.
Sin embargo, este no ha sido el proceder y muy por el contrario se convirtió este lamentable hecho en la justificación del abuso, perpetrado por aquellos “indignados” que de manera deliberada e imitando aquel oficial de policía abusivo; arrebatan y despojan de los derechos inalienables a otros ciudadanos inocentes, con la falsa justificación de “la búsqueda de justicia”. Un acto hipócrita y deshumanizado, que solo empaña una de las más fuertes expresiones en una sociedad democrática; las manifestaciones. La evidencia está en estos 3 videos que he escogido como los más claros y precisos para sostener lo anterior:
Video 1
Video 2
Video 3
Camino equivocado
Estos actos reprochables y que, de entrada, equiparo con el mismo acto causado por el policía. No ocupan la misma indignación: ni en los medios de comunicación, ni en las redes sociales. Mucho menos, causaran multitudinarias concentraciones para la búsqueda de esa misma justicia que exigen y merece el fallecido George Floyd.
Es la máxima expresión de una sociedad doble moral, parcializada al egoísmo irracional que solo busca la justificación necesaria para desahogar todo ese odio inculcado de manera en parte justa, pero claramente maximizada por el amarillismo político que nunca cambio su discurso victimista y que hoy exhibe el fruto de ello.
Que irónico y doloroso es ver el camino de la búsqueda de justicia, en uno para violentar a inocentes. Que ruin, es volver la justicia en venganza. Que penoso, es usar la muerte de un individuo en manos del estado, como una buena oportunidad para robar zapatos.
NO SON INVISIBLES
Todos lo evidenciado en este artículo, tiene como único fin darles la visibilidad a esas víctimas que no valen nada para la prensa o para las redes sociales. Personas inocentes que hoy han visto destruida su propiedad o peor aún su integridad física por una venganza disfrazada de justicia y adornada con el accesorio de “protesta social”.
Como reflexión final puedo decir con total certeza que estos hechos, hablo del asesinato de Floyd, en vez de propiciar más dolor y desgracia en inocentes; deben sentar la discusión sobre los poderes arbitrarios del Estado. Reforzar el discurso de los derechos y las libertades individuales para evitar estos acontecimientos lamentables y buscar la igualdad ante la Ley.