#PorMiEmpresa: ROMPIENDO UNA LANZA POR EL SECTOR PRODUCTIVO DEL PAÍS

En este comic llamado Chibchombia, los héroes no tienen capa; su superpoder es crear una idea, materializarla y construir país generando empleo. Mientras tanto el malo de la historia usa su discurso para criminalizar a quien decide emprender; irónicamente, el villano de esta historia depende de los héroes no solo para mantenerse vigente, sino que también para financiar sus tonterías y su salario estratosférico.

Los héroes de esta historia son de admirar, pues no solo se enfrentan a los villanos y a su horda de fanáticos, sino que también tienen que luchar contra un estigma impuesto por una narrativa asquerosa reproducida por ellos, por los villanos, villanos que algunos llaman políticos.

Los héroes de este comic no paran de resolver problemas; los villanos en cambio no dejan de destruir y de culpar a los otros por sus fechorías.

Fragmento de: “Lecciones de libre mercado en historias infantiles para mi hijo”, por Sergio Torres.

Desde que llegué al liberalismo entendí que no podía quedarme de brazos cruzados y jugar al espectador, pues mientras nos acomodamos en la gradería, la contraparte posesiona su discurso y criminaliza a quien no adhiere en su forma de ver al mundo. Después de reflexionar profundamente sobre el tema, decidí iniciar desde casa, haciendo pedagogía con mi esposa y mi hijo; lo de arriba es un fragmento de lo que he escrito para ese fin, esto es, mostrar a mi hijo que hay una realidad alterna al discurso de los políticos marxistas de este país, que cada vez se ganan con mayor facilidad el aplauso fácil de algunos incautos presos de la lucha de clases y el resentimiento.

Esta columna tiene su génesis el día miércoles 7 de octubre de 2020, en el que Twitter tenía entre sus tendencias un hashtag muy curioso, pues extrañamente en esa red social llena de odio y resentimiento no suele sobresalir un sector que anda dedicando sus fuerzas y su tiempo a producir y no a hacerse sentir y respaldar a quienes lo integran. El hashtag #PorMiEmpresa no era sólo un numeral más que acompañaba un mensaje, sino que también servía como recopilatorio de imágenes y videos de empresarios y colaboradores unidos en un objetivo. Esto es, sacar adelante a un país que en muchas ocasiones ha sido desagradecido con ellos.

En honor a ellos, a los empresarios y sus colaboradores, quiero partir una lanza y zanjar de una manera muy breve y coloquial algunos tópicos que se han creado en torno al sector productivo del país. Así pues, empecemos a desmontar trivialidades recurrentes del discurso de algunos políticos de este platanal.

1.   LOS EMPRESARIOS SON LOS CULPABLES DE LA POBREZA QUE HAY EN COLOMBIA

¿Cómo así que quien crea empleo, genera soluciones a problemas del consumidor y aporta con sus tributos a los gastos de inversión social, es el malo del paseo?

Me parece absurdo que tenga que pronunciarme sobre esto, pero es más que necesario que lo haga ya que hasta en las universidades esta “pseudoverdad” cada día se posiciona más sin ningún tipo de rigor ¡Basta ya! Basta de endilgar al empresariado del país las competencias exclusivas del gobierno. Las decisiones que empobrecen a la sociedad; las toman los políticos y no el señor de la tienda de la esquina de mi barrio o la señora Marta, la de la cafetería de al frente de mi casa. De lo único que son culpables los empresarios, es de fomentar oportunidades de sustento para millones de familias de este país, y también son culpables de patrocinar –por coacción– al financiamiento de políticas públicas que resultan en malas inversiones y evidencia de corrupción; permeando lo que debería usarse de manera más eficiente.

2.   LOS EMPRESARIOS QUIEREN QUE LOS COLOMBIANOS SEAMOS MÁS Y MÁS POBRES CADA DÍA

¿Es en serio? ¿De verdad me está diciendo que el sector empresarial quiere que la gente (sus clientes) cada vez tengan menos dinero y así no puedan comprar sus productos o servicios?… Seguro es una broma de mal gusto y ya.

Tristemente no es así y nos encontramos ante una de las afirmaciones más perversas lanzadas por populistas que se quieren arreglar la vida con salarios pagados por los empresarios. La pobreza sólo sirve como negocio para el Estado y no para los empresarios del país, ¿no me cree?, pregúntele al dueño de la verdulería que está más cerca de su casa a ver si miento. Él le dirá que prefiere que usted tenga más dinero para que le compre más, así le dirá el de la peluquería o el de la ferretería; en cambio, el político le dirá que no, le dirá que si usted es pobre no representa un problema para él, porque él está para servirle, para ayudarlo; lo ayudará cogiendo la platica que les quita a los empresarios –y los demás contribuyentes– para invertirla en cosas que no tienen sentido, y que cuando lo tienen –como la salud y educación– se invierten de la peor manera (véase PAE o EPS Pública, la que sea).

3.   LOS EMPRESARIOS SON LOS QUE GOBIERNAN EL PAÍS. ELLOS SON LOS QUE COLOCAN PRESIDENTE

Esta afirmación resulta parcialmente cierta, pero sobre las fallas de este despropósito haré hincapié más adelante. Por el momento quiero dejar algo claro, y es que empresario no es única y exclusivamente el(los) dueño(s) de almacenes de cadena, canales de televisión o dueños de franquicias; empresario es el dueño de una panadería, de un Fruver, de un local de comidas rápidas o el de una droguería, es más, también es empresario el que decide invertir su dinero en comprar un producto para revenderlo con amigos y familiares cercanos.

Generalizar no es desacertado, pero universalizar sí, y mucho, por eso no comparto esos discursos que sugieren que todos los empresarios del país son malos y explotadores per se, porque como en todo siempre hay buenos y malos, y es injusto meterlos a todos en un mismo saco sólo por pretender sacar réditos políticos de ello. La mayoría de los empresarios de este país distan de ser el magnate perverso que Petro describe en su discurso, y por el contrario resulta ser un ciudadano que como a usted y a mí, le disgustan los atropellos que el gobierno tiene con ellos, sus familias y sus clientes.

Nota aclaratoria:

No pienso negar que hay adinerados que se coluden con políticos para generar un trueque nefasto, ese de “yo invierto en tu campaña y tú me das un contrato” y que tiene al país como lo tiene. A esos grandes inversores de campañas y amiguetes de políticos no los llamo empresarios, los llamo zánganos y sobre ellos no va esta columna. Estas letras van por quienes con esfuerzo lidian con la competencia, las malas rachas y las decisiones tomadas por los políticos y sus amiguetes parasitarios.

4.   LOS EMPRESARIOS SON UNOS EXPLOTADORES

Quien suelta esa frase a la ligera sólo es un necio que disfruta de su necedad. ¿Qué hay empresarios que explotan? ¡Por supuesto!; ¿Qué todos son explotadores? ¡Pues claro que no!, ¿La mayoría son explotadores entonces? ¡No, y punto!

Es entendible que el trabajador y sus familias quieran más ingresos, y esto que se refleje en un alza a su salario. Sin embargo, el trabajador promedio que se gana un salario mínimo legal mensual vigente, o sea $COP 877.803, cuesta a una empresa más que eso, más exactamente $COP 1.335.512 ¿Y por qué un empleado no recibe la totalidad de lo que cuesta para una empresa? Simple, pregúntenle a los villanos –políticos– y sus medidas tributarias desproporcionadas.

Los empresarios no sólo deben pagar gravámenes y otros adicionales en relación al empleado que contrata, también debe pagar Impuesto de Renta, que se les lleva el 32% de las utilidades recibidas en el año; Impuesto al Valor agregado (IVA), esta tarifa determina que toda empresa que venda bienes o preste servicios, debe calcular un 19% adicional al valor del producto por concepto de este; Retención en la Fuente, ICA –para Bogotá– y otros tantos más.

Hay muchos más tópicos que merecen la pena ser tocados, pero la idea no es alargar tanto este escrito. Sin embargo, dejo abierta la puerta para que un lector me proponga que otro aspecto le gustaría que se desmintiera de la narrativa estigmatizante al sector productivo de este país.

REFLEXIÓN FINAL

En el fondo todos tenemos algo de empresarios, por eso debemos abandonar esa idea absurda de creer que todos los generadores de empleo son perversos. Seamos críticos con lo que dicen los políticos de este país y no tomemos como verdad irrefutable lo que afirman; como dije antes, a ellos les interesa más la pobreza y la “lucha de clases” alimentada por el resentimiento que busca réditos electorales.

Los empresarios merecen respeto, los zánganos coludidos con los villanos reales no.

Seguiré luchando desde mi trinchera por la divulgación de las ideas que llevan a una sola conclusión, la cual se basa en respeto al sector empresarial, agradecimiento por los empleos que generan y al apoyo que merecen para que sigan creciendo.

SergioTorres
SergioTorres

Padre, Hijo, esposo, hermano y amigo. Estudiante de derecho (9 semestre), orientador laboral, columnista en medios de comunicación alternativos y fiel defensor de las ideas que considero correctas.

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