Con motivo del fin del semestre académico en muchas de las universidades en Colombia, es necesario abordar la problemática de la educación superior en nuestro territorio nacional, basándonos en las denominadas “Universidades de Garaje” del Derecho.
HISTORIA
El campo de la educación ha cumplido un papel discriminatorio dentro de la sociedad, tanto que, desde la existencia de la gran civilización romana, hubo gran diversificación educativa, eso sí, teniendo en cuenta que sólo una muy pequeña fracción de la población podía acceder a ella. Este pequeño grupo social era la aristocracia de la época, encargada de llevar las riendas del senado; curules que se heredaban de generación en generación, siendo así, la única selecta fracción social que podía acceder a una educación básica y, posteriormente, una educación en el arte de dirigir la guerra y gobernar. Tal fue el caso icónico del emperador Marco Aurelio, quien dedicó toda su vida a enseñar y brindar la mejor educación a su hijo y heredero al trono de Roma, llamado Cómodo.
Con el pasar de los años, la educación ya no fue un privilegio exclusivo de los más sabios, sino que también tuvo ingreso a este campo, la clase adinerada que no procedía de una familia de tradición: los nuevos ricos de la ciudad, medianos y grandes agricultores e industriales que habían prosperado y formado su riqueza gracias a la siembra y cosecha de cereales. Cada vez eran más las personas aceptadas para la formación educativa.
Luego de la llegada de la clase adinerada a la educación básica, surgirían en la Edad Media una gran cantidad de universidades. A pesar de que el desarrollo de estas alma máter constituyó la evolución más grande que se ha tenido en materia de ciencia, filosofía, cultura y conocimiento, y que hoy es considerada como el factor más grande en contra de la ignorancia mundial y el estancamiento social, éstas, con el pasar de los años, se convirtieron en centros de educación masificadas sin ningún tipo de control y de baja calidad. Se dejó de un lado el verdadero propósito de las universidades para convertirlas en un negocio.
En el país existen universidades públicas y privadas, que a su vez se clasifican en universidades de élite de alto costo (12%), no élite de alto costo (14%), no élite de bajo costo (71%) –en pequeña cantidad aquí se encuentran aquellas “universidades de garaje”– y élite pública (4%); las cifras corresponden a la cantidad de estudiantes que cursan carreras en aquellas universidades hoy en día. Estas universidades se encuentran inmersas en una fuerte variación de aspectos que las hacen diferentes y únicas unas con otras; tal es el caso del capital social, escolar, económico y simbólico, que juegan un importante papel al interior de cada universidad en su calidad.
PROBLEMÁTICA
Diversos estudios han logrado demostrar el problema actual que viven la mayoría de las carreras universitarias, una vez llegan al campo laboral: su desempeño en muchas ocasiones es deficiente. Estas falencias en la práctica, son consecuencia de la facilidad que hay al ingresar a algunas universidades, la insuficiencia en los filtros académicos de varias facultades presentes hoy en día y las “universidades de garaje” con baja calidad educativa.
En esta ocasión, abordaremos el problema desde la carrera de Derecho. Desde tiempo atrás, Colombia ha sufrido el flagelo de una mala práctica del Derecho, igualmente, toda Latinoamérica ha sufrido la baja calidad en el ámbito laboral del Derecho; esto debido a la baja calidad que brindan las facultades de Derecho en las denominadas “universidades de garaje”, las cuales en el caso de Colombia, pueden otorgar el título de “Abogado” sin la más mínima intervención y rigurosidad de alta calidad, es decir, la universidad tiene la total autonomía de graduar a un estudiante sin que éste haya presentado alguna prueba externa que certifique la calidad de su estudio.
La problemática anteriormente descrita en Colombia, requiere de una atención inmediata, ya que es necesario enfatizar que el 71% de los estudiantes egresados de las facultades de Derecho en nuestro país, se gradúan de universidades que pueden catalogarse como de baja calidad.
Como consecuencia de la gran problemática de los pregrados masificados de baja calidad, se logra detectar en cifras cómo se ha incrementado la expedición de tarjetas profesionales de Derecho entre el año 1986 y 2016, en donde en el primero, se expidieron 37.113 tarjetas profesionales, y en el segundo año descrito había un total de 278.484 de tarjetas profesionales expedidas; es decir, que apenas en tres décadas hubo un incremento del 600%. De igual forma, en el año 2015 se realizó una comparación de graduados de las distintas profesiones en Colombia, tenido así como resultado a la carrera de Derecho con un total de 13.915 egresados ese año, ubicándose como la carrera con mayor número de egresados en el país; esta información brindada por los investigadores Villegas y Ceballos en el años 2015.
CONSECUENCIAS
La problemática que surge por el exponencial crecimiento en la expedición de tarjetas profesionales a profesionales de baja calidad, se traducirá en una mala práctica en la vida laboral, que no únicamente afecta a los abogados sancionados y a sus clientes; sino que por el contrario, en masa nos afecta a todos, generando una congestión, represamiento y colapso en toda la rama Judicial.
Si Colombia no le presta atención a estas pequeñas “universidades de garaje”, que semestre tras semestre, están graduando a una población significativa en el país; con el tiempo se tiende a perder aun más la calidad laboral, no sólo en el campo del Derecho, sino en cualquier otra carrera profesional, que hoy en día, por su bajo costo y por el corto tiempo que duran, hacen que estas universidades continúen teniendo una gran acogida entre bachilleres, pero se convierten en un gran dolor de cabeza para el futuro.