El bombazo cayó el 8 de febrero de este turbulento 2021, siendo lanzado desde la empresa del, hasta ahora, hombre más rico del mundo Elon Musk; Tesla:
Y digo bombazo porque, este último acto en favor de la criptomoneda –Bitcoin–, da un explosivo e ineludible golpe de muerte a la ya moribunda Teoría Monetaria Moderna (T.M.M); misma que, en Colombia, muchas universidades –como la de los Andes– y políticos –como Petro, Benedetti y Fajardo– tienen como estandarte dentro de sus programas académicos, propuestas y discursos, respectivamente. Pero, como dice el carnicero: “vamos por partes”.
¿QUÉ ES LA T.M.M?
Como su propio nombre indica, es una teoría económica que describe y analiza todas las economías modernas basadas en dinero fiat o fiduciario; o sea, dinero creado, administrado y regulado por el Estado –como Colombia y su BanRep–. El argumento principal de esta teoría es:
¿Le recuerda a algún político? No se sorprenda, como afirmé antes, esto se enseña hoy en varias facultades de economía en Colombia, y desde ya hace años. Pero eso no es lo importante por ahora, sino la explicación que tiene la T.M.M sobre la génesis y la característica principal del dinero donde, sienta a su vez, todo su edificio teórico. Esta génesis y principal característica del dinero, se resume perfectamente del primer teórico que aporta la base de la T.M.M: Georg Friedrich Knapp, quien, en 1905, escribió:
EL DINERO ES UNA CRIATURA DE LEY
Existen, en esencia, tres características necesarias para que un “bien” sea denominado como dinero, y esto es compartido con otras teorías; la diferencia, radica –como señalaba antes– en la génesis y cuál de estas tres características es la principal.
Para la T.M.M es el Estado quien primero asigna, en una sociedad, un bien como unidad de cuenta para determinar lo que debe cobrar por concepto de impuestos. El ejemplo real de esto es Colombia, donde el Estado, asigna como unidad de cuenta para determinar el valor de los impuestos, el llamado “peso colombiano” (COP). Así, el Estado, solamente acepta para pagar el Impuesto de Renta, el ICA o el IVA: el peso colombiano.
Si y sólo si, cuando un Estado realiza esta acción, es que eso –el bien– adquiere las otras dos características restantes. La lógica es que, siendo obligatorio adquirir dicho bien para cancelar los impuestos, los individuos empiezan a usarla para realizar el resto de las transacciones cotidianas.
Materializando en una lista, el orden lógico propuesto por la T.M.M sería:
- Unidad de cuenta (origen y característica principal dada por el Estado).
- Depósito de valor (que se usa para ahorrar).
- Medio de Cambio Generalmente Aceptado (es decir, se usa para intercambiar más fácilmente las mercancías).
Pero ya ha quedado claro que esto NO es así; es más, lo que esta noticia deja claro es que, la teoría contraria de la T.M.M, tiene la razón. Pero para entender, hay que hablar de Carl Menger y su G.A.M.O.E.
¿QUÉ ES EL G.A.M.O.E?
Hace un par de siglos, existió un Doctor en Derecho muy conocido por sus grandes aportes a la economía. Su nombre era Carl Menger, y fue el padre de lo que hoy se conoce como la Escuela Austriaca de Economía. Aunque su mayor reconocimiento es por la Teoría Subjetiva del Valor, éste también realizó una magistral teoría sobre la génesis y la principal característica del dinero.
El origen del dinero, para la Teoría Monetaria de Menger, yace en la espontánea y continua interacción de los individuos en el mercado. Es decir, el hombre, creó el dinero a partir de la experiencia de realizar sus intercambios con diferentes bienes de forma indirecta, pasando así, del primitivo trueque directo, a usar otros bienes intermedios más o menos fáciles de vender como la sal, hasta llegar al gran boom de los metales preciosos: el oro y la plata.
Con ello, quedaba claro que el Estado, simplemente tomaba de su entorno lo que ya era manejado como dinero por los individuos, y lo asignaba como unidad de cuenta para cobrar sus impuestos. Menger, brillantemente detectó que entonces los bienes más propensos a convertirse en dinero, no eran sólo los que servían como unidad de cuenta, sino que debían poseer una inequívoca característica primaria –y de la que se desprenden las demás– esta es ser un Medio de Cambio Generalmente Aceptado que viene del inglés Generally Accepted Medium of Exchange o,por sus siglas, G.A.M.O.E.
Según la teoría de Menger, la estructura de características necesarias para que algo sea dinero es:
- Medio de Cambio Generalmente Aceptado (origen y característica dada por el mercado).
- Depósito de valor.
- Unidad de cuenta.
EL FIN DEL DEBATE
Como ya pueden deducir, ambas teorías no pueden coexistir. La naturaleza del génesis del dinero y su principal característica, impacta tan profundamente que cambia, no sólo las políticas monetarias del mundo, sino las fiscales. Cambia, además, la percepción que usted tiene hoy del dinero; siendo en la primera, que es el Estado la todopoderosa entidad capaz de diluir todos sus ahorros –vía inflación– únicamente por decreto y sin escapatoria –porque el dinero es una criatura de ley– y, en la otra, una figura parasitaria con la que puede, o no, estar de acuerdo y, de no estarlo, trasladar sus recursos fácilmente a otras monedas donde éste no tiene el más mínimo poder.
Tal debate se sostuvo a favor de la T.M.M por la violencia intrínseca del Estado, cosa que se sigue viendo hoy, intentando inútilmente, estigmatizar pasivamente como criminales a los poseedores de esta –Bitcoin– y otras criptodivisas. Pero con esta noticia, la balanza se cambia a quien siempre tuvo razón, y hoy, estamos viviendo el surgimiento del primer bien que está cumpliendo, paso a paso, todos los requisitos que la Teoría Monetaria de Menger señala como génesis del dinero en la sociedad.
Dinero surgido del lugar más anárquico que hemos creado jamás: el Internet; autorregulado, directa y exclusivamente por la oferta y la demanda. Y, por encima de todo ello, yendo en contracorriente de todo el establecimiento estatista y represor del mundo. Una evidencia empírica irrefutable que obligará al Estado, más temprano que tarde, a aceptar como moneda de curso legal a un bien que jamás estará bajo su predatorio control.