VIDEO ADICIONAL:
Sobre esto, profundicé en el último video que colgué en mi Canal de YouTube.
Las recientes manifestaciones en Cuba despiertan nuevamente el debate por el origen de su pobreza.
En los últimos días, Cuba ha llamado la atención mundial. Unas masivas manifestaciones en contra del régimen alimentan la esperanza de que la dictadura más vieja del continente, finalmente podría caer.
En la isla que está solamente a escasos kilómetros de la costa de los Estados Unidos, la crisis del COVID-19 y las restricciones al turismo pegaron especialmente duro. Eso, combinado con un mayor uso de las redes sociales fueron generando un clima de malestar que derivó en las protestas y manifestaciones del pasado fin de semana.
Ahora bien, cada vez que se habla de Cuba, no faltan quienes, desde la izquierda, sostienen que el atraso económico y material que acompaña a la isla es producto del “bloqueo” que los Estados Unidos imponen sobre dicho país.
¿Es esto realmente así? Es decir, ¿Es el bloqueo el culpable de la pobreza de los cubanos, del autoritarismo y de que 20% de la población de la isla se encuentre exiliada en otras partes del mundo? La respuesta es negativa.
CONTRADICCIÓN
Lo primero que hay que notar aquí es la flagrante contradicción de la izquierda. Es que estas mismas personas también suelen estar en contra de todo tratado de libre comercio, puesto que suponen ceder soberanía, perder puestos de trabajo y, en definitiva, pasar a una peor posición económica, política y social ¿Cómo es posible, entonces, que la miseria cubana la expliquen con el no comercio con los EEUU que juzgan funesto?
Por otro lado, no es cierto que hay un bloqueo, pero sí es cierto que hay un embargo (Fuente AQUÍ):
“El embargo, como medida punitiva desde el punto de vista comercial, es la prohibición que impone un gobierno o varias naciones a la vez, de entablar negociaciones y operaciones comerciales con un país. (…) Por lo general, la nación que lo impone le niega a cualquier factor económico dentro de su territorio o que tiene intereses fuera de él, tener un vínculo comercial con el país blanco de la medida, (…) Por su parte, un bloqueo tiene más una connotación militar y apunta al aislamiento total de un país de cualquier contacto con el exterior.”
ALCANCE LIMITADO
Por otro lado, el alcance de este es limitado. Según un informe de CADAL (Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina) del año 2006 (Fuente AQUÍ), tenemos que:
“(…) De acuerdo a la propia información oficial disponible en internet, Cuba mantiene relaciones comerciales con al menos 30 países de Europa, 20 de Asia, 10 de África, 2 de Oceanía y 34 de América, entre ellos Estados Unidos. (…)”
Los últimos datos recopilados por el OEC (Observatorio de Complejidad Económica) muestran que (Fuente AQUÍ), en 2019, Cuba exportó USD$ 1.21 billones principalmente a China, España, Alemania y Los Países Bajos, mientras que importó USD$ 5.28 billones principalmente de España, China e Italia. De mi país: Argentina, en dicho año, importó USD$ 222 millones, representando el 4,2% de sus importaciones totales.
Esto no quiere decir que no haya que levantar dicho embargo. De acuerdo con Ian Vásquez (Fuente AQUÍ):
“El levantamiento del embargo aclarará en cambio que las políticas represivas de los Castro, no las políticas estadounidenses, son la fuente de la miseria cubana (…) Un levantamiento completo de las sanciones de viaje pondría a cientos de miles y quizás hasta un millón de estadounidenses por año en contacto directo con los cubanos comunes en una economía en la que los trabajadores por cuenta propia están creciendo en número. Un aumento en el turismo expandiría esos negocios y la economía informal, dando así a los cubanos una mayor independencia del Estado. Así, los cubanos también establecerían vínculos con los estadounidenses, creando oportunidades para fortalecer genuinamente a la sociedad civil.”
Por su parte, Daniel Griswold señaló que (Fuente AQUÍ):
“Como herramienta de la política exterior de los Estados Unidos, el embargo en realidad mejora la posición del gobierno de Castro al darle una excusa útil para los fracasos del socialismo al estilo caribeño de la isla. Los hermanos Fidel y Raúl pueden quejarse durante horas sobre el sufrimiento que el embargo inflige a los cubanos, a pesar de que el daño causado por sus políticas comunistas ha sido mucho peor.”
OBSTÁCULOS IMPOSIBLES
Es que la miseria cubana es consecuencia directa del sistema socialista, que adolece de dos grandes fallas. La primera la explicó en 1920 Ludwig von Mises, cuando analizaba la posibilidad teórica de la colectivización de los medios de producción. Para Mises, una economía socialista no podía funcionar producto de que, en ausencia de propiedad privada, habría carencia de señales de precios para asignar efectivamente los medios de producción. Para Mises y para la mayoría de los economistas en la actualidad, el sistema de pérdidas y ganancias empresariales es clave para que los recursos escasos de la sociedad se asignen a sus fines más deseados. Y para que este sistema opere se necesita tener precios que se formen libremente en los mercados, algo que la propiedad colectiva de los medios de producción no permite.
El otro problema son los incentivos. En ausencia de propiedad privada, ¿Qué incentivos existen para ahorrar, invertir y producir? ¿Si todo el descubrimiento empresarial que un individuo puede realizar será apropiado, finalmente, por el Estado, para qué hacer el esfuerzo? Todas las economías socialistas de la historia se enfrentaron a este escollo. Por ejemplo, según explica la historiadora estadounidense Sheila Fitzpatrick en su libro La vida cotidiana durante el estalinismo: Cómo vivía y sobrevivía la gente común en la Rusia Soviética (Siglo XXI Editores, 2019), a los precios que la autoridad deseaba, no había producción suficiente, y se verificaban “brechas de precios” para cualquier tipo de productos entre las tiendas gubernamentales y los mercados negros:
“Además de las catástrofes que habían afectado la producción de consumo a pequeña escala, la producción de calzado se vio perjudicada por la severa escasez del cuero, resultado del faenado masivo de animales de granja durante la colectivización. Debido a esto, el gobierno prohibió cualquier producción artesanal de zapatos, lo que hizo que el consumidor dependiera de los zapatos producidos en cantidades insuficientes por la industria estatal. (…) En 1931, un par de zapatos que costaba entre 11 y 12 rublos en las tiendas comunes (¡Si alguien podía encontrarlo!), valía entre 30 y 40 rublos en las tiendas comerciales…”
Y lo mismo pasaba con otros productos, como la carne, que en Los mercados de Moscú se conseguía entre 10 y 11 rublos, mientras que en las tiendas estatales se vendía por 2.
No es casualidad, entonces, que un panel de expertos economistas con gran reconocimiento internacional y con distintas posiciones ideológicas coincidan en que: el fracaso de Cuba es mucha más responsabilidad de su gobierno y su política socialista que de la política estadounidense (Fuente AQUÍ). En el año 2012, una encuesta realizada por la Iniciativa sobre Mercados Globales de la Universidad de Chicago preguntó a un panel de economistas líderes de su área su opinión respecto al bajo crecimiento de Cuba desde la década de los 60’s. La consulta era clara: ¿La responsabilidad es del embargo o es de las propias políticas económicas de Cuba? El 78% de los consultados respondió que estaba de acuerdo con la idea de que la responsabilidad recaía en la política socialista cubana, 13% no respondió y ni un solo académico le asignó responsabilidad al llamado “bloqueo”.
Para cerrar: el embargo no es relevante económicamente. La responsabilidad por la pobreza y, por tanto, por el cansancio de la población, recae en 60 años de dictadura comunista. Y todo esto no implica que el bloqueo no deba levantarse. Si ha tenido algún efecto, ha sido el de darle una excusa a la dictadura cubana y a la izquierda latinoamericana para justificar el rotundo fracaso de las ideas que defienden.
NOTA:
Este artículo apareció por primera vez en el sitio web oficial de Iván Carrino.