Actualmente, no es menor cosa decir que la concepción del amor ha sido agredida: la han distorsionado. Esto es realmente fácil de comprobar una vez que se toma distancia para contemplar la suerte de bombardeos que afrontan las personas desde todos los flancos.
Analicemos detalladamente algunos casos que permiten ejemplificar lo expuesto. Para empezar, casi en su totalidad, las telenovelas convocan un estado permanente de prueba y error donde las personas terminan y comienzan relaciones con naturalidad. También se ha establecido la infidelidad como la norma sin ningún tipo de responsabilidad afectiva, ni mental ni propia hacía los perjudicados.
Asimismo, y sumando varios peldaños en el impacto de la difusión sobre los consumidores, tenemos al reguetón y el trap, los cuales, sin mesura, abiertamente hacen apología a la deshumanización del amor mediante la instrumentalización del cuerpo humano y la hiper-sexualización de la mujer, incentivándolas a entregarse como bien de consumo y, por ende, reemplazable. Todo lo contrario a la concepción del amor.
Por supuesto que los artistas, actores y todos los eslabones que hacen parte de esta cadena de acciones saben que eres incapaz de amar si no te amas a ti misma ¡No puedes dar de lo que no tienes! Llevan a cuesta directa e indirecta infidelidades, depresión, carencias afectivas, enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados, abortos, suicidios, matrimonios fracasados, entre otros. Pero no les importa, mediáticamente está bien porque les representa oportunidades de ingresos.
Habiendo estimado algunas maneras en las que se impacta la noción del amor y sus consecuencias es pertinente abordar una concepción sana del mismo. Para ello usaré referencias bíblicas. No te preocupes si no eres creyente, aún así te servirán de apoyo para la elección de tu futuro esposo.
Del anterior texto tenemos como premisa la transición de la apariencia al corazón, evidenciando como prioridad el segundo. Todo esto con el fin de protegerte como mujer de vivir las consecuencias establecidas una vez eres seducida por la inmediatez del placer disfrazada de amor.
En este pasaje encontramos múltiples propiedades inherentes al amor, ya que yace formado por ellas. Ahora bien, quisiera resaltar la paciencia y la inmortalidad de este mediante otro ejemplo más:
Ahora cuentas con la revelación de las virtudes que debería tener el hombre que te ame. Esperar para elegir tu esposo traerá bendición sobre tu vid ¡No permitas la entrada de sufrimientos subsecuentes de inclinar tu corazón a la distorsión del amor!