Las palabras se entrecortan
las hojas se han quedado vacías
El corazón late cada vez más lento
Los labios fríos…
y esa hiel venenosa recorriendo el cuerpo.
Esta vez el ataúd es de carne y hueso.
Más fuerte que el mármol
pesado, mohíno,
resguardando… ¿El alma?
Justo frente al espejo,
esta vez
el ataúd es de carne y hueso.