Contra todas las probabilidades, la genio Shakira se ha venido creando un nuevo nicho de mercado o fandom: los fanáticos de su despecho. Sí, lo han leído bien. Su despecho ahora es como los perfumes o líneas de ropa de la cantante, otra parte de su merchandising. Sin entrar en los cotilleos propios de la prensa rosa que ustedes deben conocer mejor que este humilde servidor, aprovecharé el tema para hablarles de la libertad y de su hermana gemela más despreciada: la responsabilidad.
Permítanme comenzar manifestándoles mis respetos, ya que en lo personal me cuesta adherirme tanto a dicha causa. El buen uso del tiempo es asunto de cada quien. Siéntanse rodeados, aunque no acompañados, en la esterilidad de su causa.
REBAJARSE
Dice la cuarta estrofa de la canción con Bizarrap: “Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan”, y como dice el filósofo surcoreano Byung-Chul Han (2018): “hoy en día la producción se ludifica”. Debo decirles, además, que nos han usado: nos han usado con el fin de facturar un despecho. Se llora y se factura: vieja táctica de los artistas y del arte en sí.
El problema social no es que se monetice un despecho o una traición, lo cual se ha hecho toda la vida, sino que se supedita la virtud a la sociedad del espectáculo, la dignidad al reconocimiento social, el facturar a costa de la propia infantilización.
Incluso, le atribuyen el “derecho” de hacerlo bajo la excusa de no ser moralista ni callar. Es de manual leer en redes sociales ataques a quienes no comulguen con la sacralización del escándalo. Los llaman moralistas (de nuevo), santurrones y los acusan de tener oscuros secretos verdaderamente escandalosos, mientras defienden como empoderamiento lo hecho por Shakira. Poco nos damos cuenta de que ese empoderamiento no es tal, sino, más bien, un sucumbir ante los instintos, un igualarse al macho, ser esclavo de las pasiones. Les debo decir que en esa canción es lo que justo acaban de escuchar, sin involucrar la calidad musical de la canción en sí.
EN RESUMEN
Como resalta Adam Smith en su libro La teoría de los sentimientos morales (1759/2013):
Y es que lo hecho por Shakira tiene asimismo un trasfondo reivindicativo feminista del cual se nutre con oportunismo marketero. El feminismo triunfa cuando logra igualar en derechos humanos a varones y mujeres, pero fracasa cuando hace del escándalo y los peores comportamientos humanos un derrotero a alcanzar por las mujeres. Comentarios tipo: ¿acaso ella tenía que quedarse en silencio en la casa?, o ¿por qué ella no puede y Piqué sí?, lo denotan, porque los comportamientos bajos, pueriles y de igualarse al macho agresor, solo terminan banalizando y socavando luchas femeninas como los derechos de las mujeres en Medio Oriente, el África subsahariana y también Latinoamérica.
Mi invitación, querido fanático de Shakira, es justamente a que seamos responsables y no permitamos que causas nobles como la lucha contra la trata de personas –cuyas víctimas en su mayor parte son mujeres–, el combatir la violencia intrafamiliar, el abuso sexual o los asesinatos de mujeres a manos de sus parejas queden metidas debajo del tapete por el escandaloso despecho de una famosa. Las mujeres sin altavoz para manifestar sus problemas o que no pueden siquiera facturar su dolor merecen, al menos, ese mínimo de respeto.
REFERENCIAS
Han, B-C. (2018). Buen entretenimiento: Una deconstrucción de la historia occidental de la Pasión (A. Ciria, Trans.). Herder Editorial.
Smith, A. (2013). La teoría de los sentimientos morales (C. Rodríguez Braun, Trans.). Alianza editorial. (Obra original publicada en 1759).