Pero, ¿qué es un think-tank?
Un think-tank es una organización independiente que se enfoca en investigar y analizar temas de interés público. En el caso de los que defienden la libertad económica, su objetivo principal es promover políticas que fomenten la libre empresa, la libre competencia y la innovación en el mercado; y en un país como Colombia, donde la economía es altamente regulada y afronta desafíos tan diversos, la labor de los think-tanks que defienden la libertad económica es esencial. Estas organizaciones aportan ideas y soluciones innovadoras para los problemas económicos del país, al tiempo que inspiran a la creación de un ambiente de negocios favorable para el desarrollo empresarial y la generación de empleo; además, su labor contribuye a la construcción de una sociedad más libre y próspera, basada en la responsabilidad individual y el respeto irrestricto por los derechos de propiedad.
El aumento de impuestos en Colombia, impulsado por un Gobierno autoritario –así muchos lo quieran negar– ha generado una fuerte crítica en la sociedad, y en especial, la tributación de personas naturales ha aumentado considerablemente, generando un impacto negativo en la clase media del país. El impuesto al patrimonio, que afecta a riquezas superiores a los tres mil millones de pesos (COP$ 3.000 millones), se ha convertido en uno de los más polémicos. Bajo esta lógica, los patrimonios superiores a los cinco mil millones de pesos (COP$ 5.000 millones) tendrán una carga impositiva del 1% y los patrimonios por encima de diez mil millones (COP$ 10.000 millones) aportarán un 1,5% hasta 2026.
La carga impositiva también se ha extendido a las ganancias ocasionales, que son gravadas con un 15%, y a los dividendos, que ahora tienen un impuesto del 19%. Dichas medidas han repercutido principalmente sobre los socios de pequeñas y medianas empresas (PYMES), las cuales, representan más del 95% de las empresas del país y generan el 79% del empleo.
Entre otras, el “impuesto saludable” ha sido otra de las medidas impuestas por el Gobierno; aunque no es justificable bajo una excusa económica, su exigencia obstaculiza la libertad de cada uno de los colombianos, puesto que este no puede obligar a los ciudadanos a no consumir bebidas azucaradas. Estamos no solo ante un tema económico, sino también de libertad individual.
Otro de los efectos negativos de las medidas en mención ha sido la reducción del turismo en la Isla de San Andrés. El turismo es la principal fuente de recursos para miles de sus habitantes, y la llegada de turistas ha disminuido en más del 68%, situación que ha impactado a los negocios y a la economía de la isla, que dependen en gran medida del sector turístico.
En este contexto, los think-tanks en Colombia han adquirido una importancia crucial: son organizaciones independientes especializadas en la investigación y análisis de políticas públicas, y pueden ofrecer soluciones viables para enfrentar los retos que afronta la nación. A través de esos estudios y análisis, pueden criticar las medidas impuestas por el Gobierno y promover políticas públicas más efectivas.
Por ejemplo, en el caso del impuesto al patrimonio, los think-tanks pueden proponer medidas que sean más justas y equitativas; en lugar de gravar solo a las personas más ricas, pueden sugerir políticas fiscales que reduzcan la brecha entre ricos y pobres y propicien un crecimiento económico permanente. También, pueden sugerir medidas para impulsar el turismo en la Isla de San Andrés, fomentando la inversión en el sector e, impulsando a su vez, la sostenibilidad ambiental.
Concluyendo: los think-tanks en Colombia son una herramienta fundamental para la sociedad civil y los ciudadanos en un contexto de aumento de impuestos, disminución del turismo y afectación de otras actividades económicas, ofreciendo soluciones viables y alternativas para enfrentar dichos retos y cuestionando estas y otras medidas impuestas por el Gobierno. Es importante apoyar su labor en la promoción del bienestar común.