Los últimos meses fueron bastante movidos a nivel electoral en Latinoamérica: Ecuador, Colombia, Argentina, entre otros, vivieron comicios tan intensos como sorprendentes, que dejaron bien paradas a las opciones de centroderecha del continente. En Venezuela, María Corina Machado, autodenominada centroliberal1, arrasó con los votos en las Elecciones Primarias organizadas de forma independiente por distintos grupos de la oposición, con el objetivo de renovar el liderazgo de cara a unos presuntos Comicios Presidenciales en 2024. Pero, ¿qué significa esto?, ¿qué implica la victoria de quienes muchos consideran la “Margaret Thatcher Venezolana”? Intentaré responder estas dos preguntas, a continuación:
PRIMARIAS INDEPENDIENTES
María Corina ha impulsado desde hace años la necesidad de una “renovación” del liderazgo opositor. Según su visión, plasmada en el partido de corte liberal Vente Venezuela, la oposición debe ser firme y no negociar absolutamente nada con el Régimen Chavista, a menos que posea una ventaja estratégica que le permita doblegar con firmeza a los actuales gestores del Estado Venezolano.
Así pues, Vente Venezuela se ha enfocado en una serie de propuestas para lograr dicha ventaja estratégica. Desde un llamado masivo a una coalición internacional de países que presionen a Nicolás Maduro para que permita una transición ordenada y se retire del poder, hasta un Tratado Internacional que permite la formación de una coalición militar interamericana para presionar mediante las armas a este y sus secuaces, María Corina lo ha planteado casi todo.
En octubre de 2023, luego que a principios del año se notificara la organización de unas Elecciones Primarias, una serie de candidatos de distinta visión política se enfrentaron en un proceso electoral independiente del cual se esperaba surgiera este nuevo liderazgo. María Corina resultó ganadora de este proceso, con más del 90 % de los votos emitidos, y anunció que era “el comienzo del final”.
La calidad de independientes se debe a que no hubo participación del órgano rector electoral de Venezuela, controlado en su totalidad por el chavismo desde hace más de 20 años, y en el que se ha comprobado la comisión de graves manipulaciones para favorecer a Maduro y sus candidatos en distintas elecciones desde, al menos, 2015.
¿VENEZUELA TIENE SU “DAMA DE HIERRO”?
Contrario a lo que la gente pueda pensar, María Corina Machado no es una outsider. Desde 2002, se la puede identificar en distintas movidas políticas que han significado los movimientos más importantes contra Chávez y ahora Maduro, y que han llevado a la oposición venezolana a fragmentarse en distintos grupos.
Entre las principales movidas en las que se puede rastrear a la líder de Vente Venezuela, podemos mencionar: 1) Súmate, organización civil para la que ejerció la Vicepresidencia; 2) el Reafirmazo, movimiento ciudadano que buscaba recabar firmas para habilitar un referendo constituyente contra Hugo Chávez; 3) las Elecciones Parlamentarias de 2010, en las cuales resultó electa para la Asamblea Nacional, convirtiéndose en la diputada más votada a nivel nacional; 4) Las Primarias de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) en 2012, que aprovechó para proponer su idea del “capitalismo popular” –sobre la que volveré más adelante– y en donde quedó de 4ta; 5) la fundación de su partido Vente Venezuela, con el que pretende ofrecer una alternativa liberal en Venezuela; 6) la Consulta Popular del 16 de Julio de 2017; 7) el apoyo al Gobierno interino de Juan Guaidó entre 2019 y 2021; y otros más.
Pero no es casualidad que a María Corina se le compare con Margaret Thatcher. La comparación se remonta a su candidatura en Las Primarias de 2012. Para esa oportunidad, sus propuestas giraban en torno a lo que denominó capitalismo popular, un concepto tomado de las ideas de quien fuera Primer Ministro de Reino Unido entre 1979 y 1990.
Como miembro de Vente Venezuela entre los años 2017 y 2020, puedo dar fe de las bases liberales que llevaron a la creación del partido y que abundan, en gran medida, entre sus miembros jóvenes. Sin embargo, me parece un poco exagerado llamar “Dama de Hierro” a una figura política que no ha podido ejercer el poder, en este caso por una coyuntura nacional que ha impedido a los venezolanos escoger a sus Gobernantes de forma libre y consciente.
¿UNA NUEVA OPOSICIÓN?
La oposición venezolana, congregada en una plataforma que ha mutado varias veces, no ha estado a la altura. Más allá de los intereses individuales, necesarios en la contienda política de cualquier país, los miembros del ala opositora en Venezuela parecen no tener la intención de desplazar a Maduro, e incluso exhiben actitudes compatibles con la intención de cohabitar en un sistema criminal.
Es tan evidente el afán de convivencia entre estos, que varios miembros de la oposición venezolana han participado en múltiples jornadas de negociación con el Régimen Chavista, casi siempre con mediación internacional y terminando en fracaso. La más reciente, que se llevó a cabo en Barbados, resultó en un acuerdo paupérrimo en el que Maduro prometía liberar presos políticos y permitir cierta libertad de observación en las Elecciones a celebrarse en 2024, a cambio de que se les levantaran una serie de sanciones internacionales a él y a sus aliados.
El gran ganador, por supuesto, es Maduro, ya que, si bien fueron excarcelados una serie de presos políticos pertenecientes a los partidos que se presentaron a la negociación, ahora los jerarcas del Régimen venezolano vuelven a contar con fondos provenientes de negocios ilícitos y de las arcas venezolanas.
¿QUÉ IMPLICA LA VICTORIA?
Oponiéndose desde larga data a negociar, siempre que no se cuente con la ventaja estratégica, María Corina Machado se ha mantenido al margen de cualquier proceso de diálogo entre el chavismo y sus colaboradores entre la oposición venezolana.
De igual forma, luego de los Comicios Parlamentarios de 2015, Vente Venezuela se enfocó en demostrar que todas las elecciones organizadas por el Consejo Nacional Electoral, en manos de Maduro, estarían viciadas. Este fue el argumento para evitar participar en posteriores procesos organizados por el chavismo.
Ahora, luego de la celebración de Las Primarias, María Corina se erige como la líder de una oposición agotada que presenta una idea de renovación y cuya meta será derrotar a Maduro en 2024, en un proceso que se organizará bajo las mismas condiciones que los anteriores y en los que no solo tendrá que enfrentarse al chavismo, sino en el que tendrá como contrincantes a aquellos supuestos opositores que pretenden cohabitar con este.
LÍDER INHABILITADA
María Corina Machado está inhabilitada por el Régimen venezolano para ejercer cargos de elección popular por un período que, en un principio, se determinó en 15 años desde el momento de la sentencia. Más allá de que la inhabilitación de ella y otros miembros de la oposición resulte ilegal e ilegítima, es un punto de partida para entender el enorme reto que la oposición parece no estar calibrando.
La consigna de que a María Corina la habilita la ciudadanía, no deja de ser una romantización de lo que realmente sucede en Venezuela: la ciudadanía carece de poder alguno y el chavismo, repito, maneja la totalidad del mecanismo electoral a su antojo. Y ese es el principal reto al que se enfrentará la plataforma producto de Las Elecciones Primarias del 22 de octubre de 2023.
Evidentemente, gran parte de este proceso depende de la capacidad de la oposición venezolana para reformarse una vez más y expulsar de sus filas a aquellos elementos que cohabitan con el Régimen y que, lógicamente, no están interesados en una transición que permita a Venezuela iniciar una recuperación.
LOS MAYORES RETOS
Suponiendo que la intención de Vente Venezuela es la que expresan desde su fundación, se enfrentan a varios retos que podrían significar una piedra de tranca, no solo para su candidata, sino para todos los venezolanos que confían absolutamente en los procesos electorales.
El primer reto es discursivo
María Corina y Vente Venezuela deben justificar cómo es posible que, sin existir un cambio en las condiciones electorales del país, ahora pretendan participar, cuando anteriormente cerraron las posibilidades por considerar viciadas las instituciones nacionales.
El segundo es logístico
Comparados con los más de siete millones de participantes que se registraron para el Plebiscito del 16 de julio de 2017, la cantidad de votantes mermó abruptamente, registrando, según algunas fuentes, casi tres millones de votantes. No existe un padrón legítimo y confiable, pero si tomamos en cuenta que Venezuela cuenta con más de 30 millones de habitantes, las cifras de votantes deberían ser más elevadas.
El tercero es moral
Vente Venezuela y María Corina Machado deben reconocer que su aplastante triunfo en Las Primarias también se debe al crecimiento exponencial de su partido político que, en los últimos años, ha servido como un atrápalo-todo.
EN CONCLUSIÓN
Si la nueva mutación de la oposición venezolana realmente está dispuesta a enfrentar a Maduro, sin importar las consecuencias políticas, debe demostrarlo. No serviría de nada una nueva renovación que conduzca a los ciudadanos nuevamente al loop totalitario de Elecciones, luego fraude, luego calle2, luego nada.
NOTAS:
- “Centroliberal” es un calificativo que, a menudo, utilizan los miembros de Vente Venezuela para desligarse de la derecha y de la izquierda al mismo tiempo. ↩︎
- Como “calle” se le conocen a las múltiples representaciones de protestas masivas que se han generado en Venezuela a lo largo de estos años y que se han tornado cada vez más sangrientas. Todo, resultado de la represión de las “Fuerzas de Seguridad y Orden”. ↩︎