¡La crisis no es de liquidez!

Este ha sido un año de sorpresas y cambios repentinos. Por un lado tenemos el virus chino, y por el otro lado, tenemos la crisis económica mundial pero ¿Realmente podemos de hablar de una crisis como el 2008 o 2012? La respuesta a esa duda es ¡NO! No estamos ante una crisis igual a la de esos años. Estamos en una crisis que no tiene precedentes, y con precedentes me refiero a que nunca antes se había visto que fuesen los gobiernos, los que cerrarán la economía prohibiendo la producción de bienes y servicios.


Si estuvo bien o no hecho para controlar la pandemia, no es un tema al que nos vayamos a referir ahora; aquí, vamos hablar de economía y de porque esta crisis no es una crisis financiera como lo están afirmando. Hablaremos también, del porque no se debe tratar esta crisis como las anteriores.


Desde el principio.

Empezamos diciendo que las crisis del 2008, que fue donde empezó como tal la crisis continua, se debió a la burbuja de las hipotecas subprime, esto conllevo a que los bancos no tuvieran liquidez para devolver los préstamos que tenían y llevó a la caída de bancos tan grandes como Lehman brothers. La solución que vieron en ese momento los grandes gurús de la economía, que todo lo ven y todo lo pronostican menos las crisis; fue el mismo error que se había cometido en el año 2001, imprimir dinero a más no poder y poner los tipo de interés a cero. Así, le inyectaron adrenalina a una economía moribunda.

Pero ya sabemos que esas soluciones «Keynesianas» solo traerán una crisis mayor, pero en esta oportunidad no podemos de hablar de algo parecido, ya que no estamos hablando de crisis de hipotecas o burbujas especulativas, estamos hablando de una crisis de producción. Es decir, las empresas venían operando de una forma medianamente normal y la economía mundial estaba sacudiéndose un poco de la reciente guerra comercial entre Estados Unidos y China.

Si bien es cierto que la economía americana estaba empezando a desacelerarse, no estaba del todo apagada o en crisis, hacía falta un giro a la derecha del timón de ese barco y muy seguramente hubiera podido tener corrección; con un giro me refiero a medidas de libertad económica un poco mayores. Para el caso de Colombia, estaba igual, se hablaba de un crecimiento que estaría por encima de 3%, esto en gran medida gracias al crecimiento del sector de la construcción, que después de una contracción que venía presentando desde los años 80, tendría una expansión sobre el 5%, las industrias estaban produciendo, el comercio estaba con un nivel de positivismo bueno y la gente consumía.

La nota mala, era el aumento del desempleo, lo que indicaba que algo no estaba marchando del todo bien, al igual que la pérdida de valor del peso colombiano frente al dólar, aunque esto es explicable debido al nivel de déficit comercial del país; aun así, eran señales que no se podían obviar y que si se quería seguir manteniendo un crecimiento por encima de 3% se debía corregir.

El problema mayor vino con la pandemia.

El presidente Duque cerró la economía, aunque no se le veía muy convencido de ello, la presión política de las principales ciudades y el miedo generalizado por parte de los medios de comunicación hicieron que tomara esta decisión. Las fábricas cerraron, los aviones se quedaron en tierra, las ventas minoristas se desplomaron como no se había visto antes, y lo único que medio frenaba su caída era el ingenio colombiano que con una aplicación como Rappi y otras aplicaciones, se podía pedir alimentos que fue la prioridad de la gente en ese momento, y el papel higiénico, de la cual no tenemos explicación aún, lo cual es algo bueno porque afirma nuestra posición de que la economía debe ser libre puesto que nadie puede prever el consumo de las personas.

Sin embargo; pasado un tiempo de la cuarentena, la gente ha recuperado un poco la sensatez, el comercio innovó en poco tiempo y algunos almacenes empezaron a vender productos por sus plataformas digitales, y cómo las personas tenían efectivo en sus mano,s no pudo haber mejor uso que comprar las promociones que habían en diferentes frentes como en tecnología, muebles, accesorios de casa y ropa, que fueron los rubros que empezaron a moverse.

Esto con el fin de salir de ese stock de inventarios y así las empresas recuperar algo de caja. Las medidas del gobierno fueron la inyección de liquidez al mercado a fin de no parar el consumo de la gente y que la economía siguiera andando, pero como ya lo hemos visto, no se puede consumir en una economía parada, la gente tiene dinero en sus cuentas bancarias, tienen algo de ahorro y aun así, la gente, no quiere endeudarse por el momento.

Hablamos que la crisis no depende únicamente de inyectarle liquidez al mercado, porque lo que veremos, será una cantidad de dinero flotando y la gente no consumiendo, lo que podría llevar a una deflación pues nadie quiere comprar por miedo a no saber qué puede pasar con el virus y con sus vidas en un futuro cercano.

Además, que muchas personas se encuentran con suspensión del contrato laboral o vacaciones forzosas, lo que obliga a la gente a no consumir más allá de lo necesario por miedo al futuro. Por ende, no podemos hablar que la crisis se solucione solamente inyectando dinero a la economía, puesto que a la vista de no poder producir, las empresas bajarán los precios de sus productos a fin de agotar sus inventarios y así recuperar parte de la inversión hecha.

La dura conclusión.

Muy difícil es reactivar la economía después de esta cuarentena, recordemos que la economía es un proceso en cadena de la acción humana y que si por cosas del virus, una compañía quebró, seguramente esa compañía era la proveedora de materia prima de alguna otra empresa que se verá en problemas, al no contar con proveedores y caerá también en un proceso de quiebra, aun habiendo liquidez inyectada por el banco central.

Es error del gobierno creer que toda la economía se recupera de forma equitativa, hay negocios como el ocio, el turismo, cine, etc. Que no se recuperarán tan pronto, puesto que dependen de que la gente vuelva a querer estar en aglomeraciones, lo que será difícil después de este pánico en el que se le pide a la gente mantener distancia social. Así haya exceso de liquidez, la gente no consumirá, por eso es que esta crisis no se puede abordar como una crisis financiera normal.

¿Soluciones? No hay solución mágica si la economía sigue estando en manos del gobierno, solo la libertad y el orden natural podrán traer tranquilidad a los mercados. Como dijo uno de los más grandes economistas.

“Si el gobierno no hace nada, la crisis termina el lunes”

Ludwig von Mises

Carlos Jaimes
Carlos Jaimes

Administrador de empresas, con especialización en finanzas. 8 años de experiencia en el sector financiero, y en fondos e inversiones.

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