Es importante pensar en el futuro, en lo que seremos cuando tengamos una edad avanzada en la que nuestra mano de obra ya no será tan útil en trabajos que requieren un esfuerzo físico alto. Para esto nosotros tenemos algo que se llama pensiones, el cual será un dinero que estaremos ahorrando a través de nuestra vida laboral, a fin de que cuando lleguemos a un determinado tiempo podamos cobrar ese ahorro más la rentabilidad, pero de una forma mensual, y así mantener una vida digna al final de nuestra edad laboral.
Hay diferentes formas de llegar a esa meta de ahorro a lo largo de nuestra vida. En la mayor parte de Latinoamérica existe el sistema de pensiones públicas, que es un sistema por reparto. Este sistema no es más que un sistema piramidal en el que la persona ahorra para sostener a otra que ya está pensionada y suele ser muy defendido por sindicatos, partidos de izquierda y personas que en general no tienen un conocimiento básico de economía, y viven a costas del buenismo y del que los demás hagan caridad con su dinero de forma obligatoria. Vamos a explicar esto de una forma sencilla, es decir, mediante un ejemplo.
Juan es un humilde trabajador que empieza a pensar en su vejez. El Estado le dice que eso está bien, que debe pensar en su futuro y que ellos también se preocupan por este, así que le dan la opción de que les entregue su dinero. Juan piensa ingenuamente, ¿Quién mejor para que cuide de mi dinero que el Estado? Igual ellos tienen mucho dinero y que les puede importar mi pequeño ahorro. Pero Juan no cae en cuenta que el Estado no produce riqueza, ni invierte dinero para ganar más dinero y tampoco hacen un cálculo para saber cuánto tiene que ahorrar en total Juan para vivir bien su vejez. Esto es un grave error, puesto que apenas Juan va a la oficina de pensiones públicas y empieza a dejar su dinero, el Estado lo toma para sus gastos públicos. Juan piensa que su dinero está bien resguardado puesto que, pase lo que pase, el Estado le está garantizándole un ingreso fijo mensual cuando él sea anciano. Juan les cuenta esto a Pedro y a Andrea, y ellos van a la entidad pública que administra el dinero de las pensiones para depositar su ahorro mensualmente. Durante cierto tiempo han visto seguro su dinero ahorrado con el Estado, así que Pedro le comenta a Sara y Miguel sobre lo que está haciendo, a su vez Andrea le cuenta a Gina y a Roberto para que también decidan ahorrar por su futuro con el Estado. Pero, ¿Por qué el Estado necesita que los inscritos al sistema sean el doble de los que se registraron la última vez? Sencillo: el Estado no genera riqueza; es decir, no multiplica ese dinero que cada persona ha estado ahorrando y sólo lo deja quieto en una cuenta conjunta donde las demás personas van consignando el dinero de su ahorro. Tampoco el gobierno realiza cálculos actuariales, que básicamente indican cuanto debe ser el ahorro de cada persona para que según la esperanza de vida y otros factores cómo si tiene esposa a la cual pueda heredarle una pensión por supervivencia, o si tiene hijos que al momento de morir el pensionado haya que cubrir por ser menores de edad. Estos cálculos no los hace el Estado, ya que el ahorro no es individual sino colectivo, y lo único que le interesa es que haya dinero en la cuenta donde todos los afiliados al fondo público aportan para pagar pensiones. Ahora, ¿Qué pasa si las personas pierden sus empleos por las diferentes regulaciones laborales que crea el gobierno para sostener el fondo público de pensiones, como lo es la cotización obligatoria? Lo que pasa es que esa cuenta de la cual el Estado tomaba para pagar las pensiones empieza a caer, puesto que habrá más pensionados para pagar, pero no así más ahorradores. ¿Recuerdan que dijimos qué el sistema de pensiones públicas es piramidal? Pues eso pasa, no habrá más dinero porque no hay más ahorradores y es cuando el Estado debe tomar del presupuesto público para cumplir con el mandato que él mismo se asignó. Pero para poder tener dinero y cubrir esas pensiones, deberá aumentar impuestos a las empresas, de forma que estas no contratarán más personal porque su capacidad económica no se los permitirá, lo que aumentará cada vez más el faltante en la cuenta de las pensiones colectivas y el gobierno seguirá endeudándose o aumentando los impuestos para cumplir con esa obligación. Se convierte entonces así en un círculo vicioso que no lleva a nada.
En muchos países de Latinoamérica han aplicado otra opción para que las personas puedan pensionarse llamada Fondos de Ahorro Individual. Estos fondos también garantizan una pensión de por vida, al igual que lo hacen los fondos públicos. Pero a diferencia de los administrados por el Estado, estos fondos SI generan riqueza y lo hacen a través de la inversión que hacen con el dinero del ahorrador en los diferentes medios de que tienen a su disposición para investir: Bolsa de valores, títulos del tesoro de cada nación, especulación de monedas (divisas), entre otros. Vamos a hablar de nuestros mismos amigos que estaban ahorrando en el fondo de reparto. Resulta que Juan, Andrea y Pedro, deciden mejor ahorrar de forma individual y no mezclar su ahorro, todos lo hacen en el mismo Fondo Individual de Ahorro. Dicho fondo les abre una cuenta, similar a cuando uno abre una cuenta bancaria y a esa cuenta va el dinero que mensualmente, y que por obligación el Estado les hace ahorrar. De estas cuentas, el Fondo de Pensión Individual toma el dinero y lo invierte de distintas formas a fin de aumentar el valor de la cuenta (dinero ahorrado), y lo hace a través de diferentes vehículos financieros que tiene para dichos motivos. Es así como con ese dinero se invierte en la bolsa comprando acciones de empresas que consiguen dinero para poder financiar un negocio, una ampliación de bodega o comprar maquinaria y, al final del año, cuando estas compañías repartan utilidades, parte de ellas van a ir a sus accionistas que están representados en los Fondos Individuales de Ahorro; el fondo toma ese dinero y lo reparte entre las cuentas de donde lo tomó inicialmente para invertir, y lo hace de forma proporcional al dinero usado de las cuentas. Por ejemplo: Una compañía requiere USD$ 20.000 para ampliar sus bodegas de producción, así que en vez de solicitar un préstamo prefiere recurrir a emitir bonos deuda y poner en la bolsa de valores; quien le preste ese dinero recibirá al final de 1 año USD$ 2.000 de intereses más el pago total de los USD$ 20.000. El fondo de pensiones individual le parece un buen negocio, entonces procede a tomar de la cuenta de Juan USD$ 8.000, de la cuenta de Andrea toma USD$ 7.000 y de la cuenta de Pedro toma USD$ 5.000. En resumen, si lo ponemos en porcentajes, los USD$ 20.000 están representados así: 40% de la cuenta de Juan, 35% de la cuenta de Andrea y 25% de la cuenta de Pedro. Al final del año, la empresa devuelve los USD$ 20.000 más los USD$ 2.000 de intereses; estos intereses se reparten en los porcentajes en los que participaron las cuentas individuales de cada uno de nuestros afiliados, es decir, como Juan participó con un 40%, entonces de los USD$ 2.000 le corresponden 800 dólares de interés y así sucesivamente. Es claro que a final de cada mes el fondo cobra una pequeña comisión de administración.
Ahora, bajo el sistema de ahorro individual cada uno se hace responsable por su ahorro y su bienestar futuro y el Estado no tiene por qué tomar ese dinero para usarlo en sus gastos estatales, y adicional no debe usar del presupuesto general de la nación para pagar el dinero de pensiones que ya se gastó o que por corrupción desapareció de la gran cuenta única donde todas las personas depositaban.
Bajo estas dos opciones, ¿Cuál es el más idóneo para un país? ¿El público que guarda el dinero bajo el colchón y que lo reparte según el orden en el que vayan llegando las personas a su edad de pensión? O ¿El privado donde además de ir acumulando dinero mes a mes adicional al ahorro que hace, ayuda a las empresas que se enlistan en bolsa de valores para que puedan financiar proyectos que crean riqueza y así el país pueda avanzar?