EDUCACIÓN: URIBE Y PETRO COINCIDEN

Iniciamos esta serie acerca de la educación con el titular del periódico digital Pulzo, donde se dicta la gran noticia de una aparente coincidencia entre dos grandes figuras públicas de la política nacional: el Expresidente Álvaro Uribe Vélez, y el actual Senador de la República Gustavo Petro Urrego. Ambos personajes hoy en día son quienes representan a los “dos polos opuestos” de la política en Colombia, y su coincidencia se suscitó en torno a la educación superior.

Esta idea surgió dentro del contexto de una carta redacta por el mismo Uribe el pasado 7 de marzo del presente año, por medio de la cual hace una serie de recomendaciones al gobierno de turno, con el fin de lograr afrontar las consecuencias de la pandemia del COVID-19; esto, con un claro énfasis alrededor de la pobreza causada por la misma y la situación actual de la educación. Frente a este último tema, destaca el penúltimo párrafo del texto, donde referencia como ejemplo a la Universidad de Antioquia; me permito citar:

Los números de la Universidad de Antioquia indican que es posible, de inmediato, la gratuidad en la universidad pública, para estratos uno, dos y tres, con énfasis en la aceleración de la virtualidad.

La propuesta del líder natural del partido Centro Democrático, va de la mano con la misma iniciativa que en tiempo pasado ha hecho Petro, más exactamente en el mes de febrero del presente año, donde el excandidato presidencial de 2018, se comprometió vía Twitter a crear un sistema de educación pública, gratuita y universal en caso de que él llegase al poder.

Lo anterior, da a entender como el único aspecto benéfico que ha dejado la pandemia del COVID-19, han sido los pequeños acuerdos en torno a la creación, aplicación y corrección de políticas públicas nacidos en los extremos políticos de la nación.

POLÍTICAS PÚBLICAS

Es justamente en este momento, donde inicia nuestra serie de tres partes acerca del tema de la educación en Colombia.

Hoy en día, la educación superior se ha convertido en tema de amplia discusión en todos los sectores. Esto, debido a que se estima que la universidad es un paso obligado en la vida de los individuos, con el fin único que, una vez cumplido, dichos individuos, ahora en grupo, sean capaces de llevar a un desarrollo constante de la sociedad. Es por tal motivo, que con el pasar de los años, un gran número de países se las han ingeniado para crear políticas públicas que permitan abrir los campus universitarios a cada vez más personas. Esta creación de nuevos planes para tales fines, se ha observado de diferentes formas: becas parciales y totales pagadas por el Estado; matrícula a bajo costo para estudiantes de estratos uno, dos y tres; ayudas económicos para manutención para algunos estudiantes; incentivos económicos para los mejores promedios; e incluso; educación básica, media y superior totalmente gratuita.

EQUILIBRIO

Si bien, todas las políticas públicas creadas a favor de incentivar la cobertura universitaria, han cumplido su función, no se hace suficiente; esto, teniendo en cuenta la gran cantidad de estudiantes que año tras años se gradúan de los colegios como bachilleres y que por diversos motivos –algunas veces económicos o incluso la denominada política de inmediatez– no logran acceder a una educación superior y así continuar con su formación académica. A pesar de que se ha determinado que la educación superior es un factor primordial para la erradicación de la desigualdad social, hay algunas políticas públicas desmesuradas, que sin ningún tipo de estudio ni equilibrio, han otorgado una masificación de pregrados gratuitos de baja calidad, que año a año gradúan un elevado número de profesionales y que por su cantidad, se convierten en personal insostenible para los mercados laborales pequeños; y si a este escenario, le sumamos un costo elevado para la educación en posgrados –tal es el caso de Argentina–, se traducirá en un estancamiento del desarrollo académico de un país, el colapso del mercado laboral, desempleo y un aumento aún mayor de la desigualdad y la pobreza.

El factor del equilibrio para la creación de la educación superior gratuita se convierte en un factor de suma importancia, todo debido a la gran cantidad de población juvenil que hoy en día busca ser egresada como profesional de una universidad, pero que sin un control adecuado y responsable a la ejecución de esta política pública, dejaría de ser benévola para la sociedad; y por el contrario, se transformaría en un problema social y económico.

Sin un equilibrio a la gratuidad universitaria, esta causaría:

1) Masificación de Pregrados

La masificación de pregrados es una problemática que ya se puede observar hoy en día, pues hay un gran número de universidades e institutos profesionales de bajo costo, de las cuales egresan profesionales de baja calidad; muchas veces esto se debe a que, estas mismas entidades educativas cuentan con ofertas que permiten realizar carreras profesionales en la mitad del tiempo. A ello se le suma la falta de infraestructura en algunos campus.

2) Colapso del mercado laboral = desempleo

En un país en vía de desarrollo como el nuestro, no contamos con una economía laboral suficiente, con una infraestructura adecuada, ni mucho menos con un mercado profesional tan amplio para recibir y emplear a un número significativo de nuevos profesionales; lo que provocaría un masivo desempleo.

3) Innovación: el tiempo y la evolución no dan tregua

Las carreras universitarias de un país son quienes otorgan y determinan el nivel de conocimiento y desarrollo de una nación; sin estas, no habría tal, y como todo en la historia, con el pasar de los años, se debe evolucionar. Se hace así necesario, que las universidades del país se pongan a ritmo y pulso de la evolución de la sociedad, del mercado, la vida y las necesidades del mundo; se requiere con urgencia la apertura de aquellas carreras nuevas que están marcando el destino del mundo hoy en ámbitos tales como: medio ambiente, ciberseguridad y todas aquellas enlazadas con la tecnología.

CONCLUSIÓN

Hay que primero ampliar y desarrollar a plenitud los aspectos antes mencionados; esto con el fin de que la gratuidad de la educación traiga consigo en verdad progreso para los individuos y la sociedad. De aplicarse una política pública de esta magnitud de forma irresponsable, es decir, sin un previo estudio a los aspectos anteriores, la gratuidad educativa sin el respectivo equilibrio, dejaría de ser una favorable política pública y resultaría en un colapso económico a mediano y largo plazo.

¡SI al derecho a la educación para todos! ¡NO a la educación desmesurada, de baja calidad y sin un equilibrio responsable!

Juan David Solarte
Juan David Solarte

Consejero Municipal de Juventudes. Estudiante de Derecho de la Universidad Libre (Seccional Cali, Colombia) y miembro del Semillero de Investigación de Conflicto, Derechos Humanos y Cultura de Paz. Estudioso de la historia.

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