¿Tiene Argentina que dolarizar su economía? Recientemente, el diputado libertario Javier Milei dijo que si él fuera el Presidente de la Nación, dolarizaría la economía de Argentina para terminar con la inflación.
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Sobre esto, profundicé en uno de los últimos videos que colgué en mi Canal de YouTube. Allí explico qué significa dolarizar una economía y cuáles son los beneficios esperados.
NO ES UNA IDEA NUEVA
Lo primero que hay que decir es que la iniciativa no es nueva. De hecho en el año 1999, el Presidente de entonces, Carlos Saúl Menem, proponía no solo dolarizar a la Argentina, sino también a todo Mercosur.
Según el diario español El País (Fuente AQUÍ), Menem decía que “quería irse del gobierno con la economía dolarizada”. En la misma época, el diario La Nación de Costa Rica (Enlace AQUÍ) contaba que:
Más cerca en el tiempo, economistas como Jorge Ávila, Nicolás Cachanosky o Adrián O. Ravier han propuesto dolarizar la economía. De hecho, en breve saldrá un libro escrito por Nicolás Cachanosky y Emilio Ocampo titulado Dolarización: una solución para los problemas de Argentina.
Desde los Estados Unidos, el economista Steve Hanke es el que propone que mi país “elimine el peso y dolarice su economía”. En un artículo publicado por Forbes Argentina en 2018 (Fuente AQUÍ), Hanke sostenía que:
Tras enunciar las sucesivas crisis económicas que enfrentamos y los pésimos números en inflación, además de recordar su vínculo con el expresidente Menem, Hanke sustenta que:
¿QUÉ SIGNIFICA DOLARIZAR?
Ahora bien, ¿de qué se trata la dolarización? De acuerdo con un trabajo del FMI (Fondo Monetario Internacional), la dolarización de la economía es “un sistema en virtud del cual un país abandona oficialmente su propio patrón monetario y adopta como moneda de curso legal la moneda más estable de otro país, en el caso más corriente, el dólar de los EEUU”.
Es decir que una vez que la economía se dolariza, no se utilizan más los pesos y estos deben ser cambiados, en su totalidad, por dólares. Lo anterior se lleva a cabo mediante el “rescate” por parte del Banco Central de todos los pesos que emitió. Para ello, claro, deberá entregar a cambio dólares que tenga en sus reservas, proceso que no está exento de dificultades y que podremos ampliar en otra oportunidad.
Luego, ¿cuáles son los beneficios esperados de la dolarización? Según los autores del trabajo que recién comentábamos:
Lo que le falta agregar a esta definición es que una dolarización derrumbaría la tasa de inflación. En efecto, se espera que el país que elimina su moneda y adopta la de otro distinto, en este caso, la de los EEUU, tienda a tener la misma inflación que dicho país. Así, si la inflación de Argentina es 50% pero la de los Estados Unidos es 8%, se espera que en un plazo no muy largo, los precios empiecen a subir al 8% anual.
Esto es así porque la dolarización elimina la política monetaria del Banco Central. En un país dolarizado, el Banco Central puede seguir existiendo, pero no tendrá ninguna capacidad de determinar la cantidad de dinero de la economía.
¿Existen países dolarizados en América? La respuesta es sí. Ecuador dolarizó su economía en el año 2000 y El Salvador lo hizo en el 2001. Existe otro ejemplo de un país que utiliza el dólar como moneda oficial: Panamá.
En todos estos países, tal como se espera, la inflación es muy baja. En los últimos diez años la inflación promedio en Panamá, Ecuador y El Salvador ha sido de 1,6% por año. Argentina tiene un nivel de inflación 30 veces superior.
UNA ADVERTENCIA FINAL
Como puede verse, la dolarización es sin duda un remedio muy poderoso para terminar con la inflación. Sin embargo, debe hacerse una advertencia: La dolarización es una medida monetaria que ataca problemas monetarios. La dolarización por sí misma no reduce el déficit fiscal, no reduce el gasto del gobierno, no baja los impuestos, y tampoco puede hacer crecer la economía y los salarios.
Es cierto, claro, que al eliminarse el riesgo de devaluación y brindar un mejor horizonte de futuro para las inversiones, se contribuye notablemente al crecimiento. Pero si se mantienen regulaciones absurdas, controles de precios, obstáculos para el sector privado, y la deuda pública es insostenible, incluso los países dolarizados seguirán teniendo problemas.
Como dijera Ludwig von Mises al defender el Patrón Oro:
NOTA:
Este artículo apareció por primera vez en el sitio web oficial de Iván Carrino.