Murray Newton Rothbard, nació en la ciudad de New York el 2 de marzo del año 1926, en medio de una época desenfrenada, producto de que la humanidad recién terminaba de pasar por una de sus horas más oscuras. La Gran Guerra, finalizada el 11 de noviembre de 1918, llevó a la década posterior a ser conocida como “los locos años 20’s”, donde todos los excesos estaban permitidos y la prosperidad parecía imparable; ese período de abundancia finaliza abruptamente el 27 de octubre de 1929 con la Gran Depresión, y la familia Rothbard, también sufrió por la Catástrofe de Wall Street.
En la conmemoración del natalicio de Murray Rothbard, no se abordarán sus obras ni sus ideas, simplemente, a título honorífico, se hará una pequeña reseña de la conferencia que realizó durante la Celebración de los diez años del Partido Libertario de los Estados Unidos en el año 1981, cuyo título de la presentación fue: ¿Cómo me convertí en Libertario?
El profesor Rothbard comenta que, su primera experiencia de libertario fue siendo muy niño, cuando estaba estudiando en una escuela pública: “Odiaba el sistema, odiaba los profesores, odiaba al administrador, odiaba los compañeros”; debido a eso, sus padres lo trasladan a una escuela de élite privada, gracias a una beca obtenida para los jóvenes talentos, la cual fue patrocinada por las familias adineradas que, durante la Gran Depresión hacían este tipo de donaciones para ayudar a las personas menos favorecidas: “Así que desde ese momento asocié, escuela pública, malo, escuela privada, bueno”.
Los padres de Rothbard se conocieron en un baile de anarquistas en la década de los años 20’s y recuerda que uno de los primeros libros que leyó a la edad de 10 años, fue uno sobre Anarquía, el cual pertenecía a la biblioteca de su padre. También expone que su primer debate político, lo dio en octavo grado en su colegio, hablando en contra de un impuesto a las utilidades que acababa de implantar el entonces Presidente Franklin D. Roosevelt.
En la década de los años 30’s, a consecuencia del colapso financiero y creciendo en el seno de una familia judía de clase media, todos sus conocidos, incluso sus familiares, o pertenecían al Partido Comunista o pensaban hacerse miembros activos de este. La persona que lo rescató de ese mundo, fue el primer libertario que conoció el joven Murray: su Padre, el cual se oponía a todo esa corriente colectivista y que en el fondo era un anarquista de pensamiento; luego de la debacle económica del año 1938, “gracias a las teorías keynesianas” decía Murray, su padre comienza a ser partidario de la economía clásica, a lo cual se adhirió.
Cuando ingresó a la Universidad de Columbia, decía: “En todo el campus universitario, a lo sumo, habría dos personas que estábamos a favor del libre mercado, mi persona y un estudiante inglés”. Al término de la Segunda Guerra Mundial, Rothbard estaba cursando estudios de posgrado, cuando el economista George Stigler, miembro de “El Movimiento” –lo que luego se llamó, Foundation for Economics Education (FEE)–; dictó un seminario en la universidad sobre los males del control de alquileres, y otro sobre los males del salario mínimo. Allí pensó que no era la única persona en contra de los controles por parte del Estado; ellos siempre son contraproducentes en el libre mercado.
Se hizo miembro de “El Movimiento” y asistía a sus seminarios y cócteles. Por primera vez, estaba en medio de personas que pensaban de manera similar a él, y comenzó a consumir los pocos libros y ensayos que tenían para la época:
En una de esas reuniones, le comentaron que estaba próximo a comenzar un seminario de un profesor austríaco, el cual, había demostrado la imposibilidad del socialismo y que estaba cercano a publicar un nuevo libro. Rothbard, curioso por el tema, tomó el curso que fue dictado por el que luego consideraría su gran mentor: Ludwig von Mises, y el libro que estaba próximo a imprimirse era La acción humana. En ese momento, su vida dio un vuelco, debido a que, La acción humana le daba fundamento teórico a su pensamiento político y la economía de libre mercado; confiesa que nunca había obtenido en sus años en la universidad, una relación entre el ser humano y los estudios de economía, “allí me volví, austríaco y misesiano”.
Con los nuevos conocimientos adquiridos y con otros amigos que compartían las ideas de Mises, Rothbard comenzó a reunirse con varios de ellos en la sala de su casa. Allí nació El Círculo Bastiat en el invierno de 1949, en honor al economista de la Escuela Liberal Francesa del siglo XIX, ampliamente conocido en los círculos libertarios. En una de esas reuniones, el debate se centró sobre la necesidad de que el Estado, sea el que brinda los servicios básicos: salud, infraestructura, seguridad, justicia, entre otros. Uno de sus amigos expuso: “si las personas pueden reunirse para crear una industria de acero o de calzado, ¿qué diferencia hay, en que también se reúnan, para crear empresas que brinden todos los demás servicios?” Rothbard, que en esos momentos era minarquista, luego de la reunión, centró sus pensamientos en esa frase. Esa misma noche concluyó:
Años más tarde, combinó su nueva línea de pensamiento filosófico (anarquismo) y su pasión por el libre mercado, teniendo en cuenta los derechos naturales o iusnaturalismo, creando una nueva rama de la teoría política del liberalismo moderno, a la cual llamaría: anarcocapitalismo.
Por su libro “El Hombre, la economía y el Estado: Tratado sobre principios de economía”, el cual es considerado, junto con “La acción humana” de Ludwig von Mises, como las dos principales obras de la Escuela Austriaca de Economía; por todos los aportes que hizo en sus 25 obras y por los miles de artículos en revistas y diarios norteamericanos a favor del movimiento: Murray Newton Rothbard es uno de los grandes referentes del libertarismo, y su nombre debe ser escrito con letras capitales dentro de las ideas y la lucha por la libertad.