EL DESATINADO PETRO

No es nuevo que el Senador Gustavo Petro luzca como tendencia en Twitter; ya que, guiado por su megalomanía, este siempre busca figurar a cualquier coste. Sin embargo, en esta ocasión –acontecida ya hace varios días– además de figurar, exhibió con orgullo su visión comunista de la economía.

Acusar a Petro de comunista, se ha convertido en un deporte nacional. Todo esto impulsado, principalmente, por sus contradictores en el Senado; que si bien tampoco son de mi agrado –y tampoco compartimos ideología– poseen ahora la prueba reina que validará todas las futuras acusaciones.

EL TERRAPLANISMO ECONÓMICO

Aunque los temas económicos suelen percibirse como bastante “complejos”, en algunos, el esfuerzo de compresión lo puede realizar hasta un niño; y ciertamente este es uno de ellos, pero vamos a los hechos. Todo comenzó cuando el Senador expresó un comentario sobre otro Tweet que crítica a la Representante a la CámaraMaría José Pizarro, la cual posa con un manifestante del 21 de septiembre:

El mensaje que expresa la twittera es claro: existe mucha hipocresía por parte de los máximos exponentes de la izquierda en Colombia, al criticar vehementemente al sistema capitalista, mientras disfrutan sus productos y servicios –que, entre otras, sólo prefieren los productos del país con “capitalismo salvaje”, o sea, los Estados Unidos–. Pero al margen de esta clara hipocresía, el Senador Petro sale al paso diciendo:

Para las personas no conocedoras en materia económica, la ideología que él defiende –y que propone como reemplazo– es el comunismo. Pero, ¿Cómo es posible semejante conclusión? Pues es bastante sencillo, ya que Karl Marx, es uno de los más grandes exponentes de esta teoría que menciona Petro, la cual se llama teoría valor trabajo (TVT) –para los más despistados, Karl Marx es el autor de libros como El capital y el muy famoso Manifiesto del Partido Comunista–.

LA REFUTADA TEORÍA VALOR TRABAJO

La TVT es una corriente de pensamiento que sostiene que el valor de un producto depende del esfuerzo humano contenido en él. Así, cuanto más horas-hombre se requieran para desarrollar una mercancía, mayor será su precio. Con esta corta definición, es fácil hacer las uniones cuando Petro dice:

“(…) de ahí puedes deducir si el celular es de Apple o de los trabajadores. (…)”

Entonces, al ser los trabajadores de Apple quienes dedican mayor tiempo físico para la construcción del aparato, pasan dos cosas:

  1. El aparato debe tener un valor basado directamente en las horas-hombre, o sea que debe ser más caro.
  2. Que los trabajadores, al realizar la actividad que mayor valor posee en toda la construcción del aparato, poseen mayor derecho de propiedad que la propia Apple.

Esto es un tremendo error, pero lo hablaremos más adelante. En este punto, lo importante es señalar que Karl Marx es el economista que amplió y desarrolló una versión de esta teoría, además de ser la única que sigue “vigente” en términos de difusión y enseñanza. Ahora vamos con lo que está mal de esta teoría. Existen miles de argumentos muy sólidos, por cierto, para refutar esta teoría; pero el que se considera infranqueable es este:

“El destinar más tiempo a desarrollar un bien o servicio no siempre lo hace más valioso. Una persona podría dedicar muchas horas en fabricar un artículo, pero no por la complejidad del proceso, sino por ineficiencia.”

Así pues; usted le puede dedicar diez horas a la realización de una empanada, pero esta no va a superar el valor que tiene una empanada en el mercado que piensa comercializarla. Además, ese exceso de horas-hombre que usted le aplicó, se consideran trabajo ineficiente –lo cual no aporta valor–. En otras palabras, usted está desperdiciando tiempo al realizar cada empanada y debe mirar como solucionar ese problema si quiere volver rentable la producción de empanadas.

Esto lo sabía Marx así que, él mismo, señala en el libro La miseria de la filosofía:

Es importante insistir aquí en que el valor no es determinado por el tiempo en que una cosa ha sido producida, sino por el mínimo de tiempo en que pueda ser producida, y este mínimo es establecido por la competencia. Supongamos por un momento que haya desaparecido la competencia y que, por consiguiente, no exista medio de establecer el mínimo de trabajo necesario para la producción de una mercancía. ¿Qué ocurrirá? Basará invertir en la producción de un objeto seis horas de trabajo para tener derecho, según el señor Proudhon, a exigir a cambio seis veces más que quien no haya empleado más de una hora en la producción del mismo objeto.”

RIESGOS Y ESCASEZ

Aunque el argumento en contra parece ser contestado con la corrección de Marx, este no toma en cuenta las fluctuaciones entre apetencia y escasez sobre un producto –o sea entre oferta y demanda–. Aún cuando no exista competencia sobre un producto determinado, o sea; suponiendo que Apple sea la única empresa en el mundo que haga Smartphone. Los precios de los aparatos estarán definidos de manera subjetiva entre cada individuo y la empresa, llegando al punto que, si a nadie le interesa tener un Smartphone, el producto del iPhone será de cero. Caso contrario si todos quieren un iPhone y estos se agotan, su precio puede ser incalculable.

Además de lo anterior, se encuentra el riesgo del capital, que a pesar de realizar todas las inversiones pertinentes, no hay garantías en que la empresa produzca las ganancias necesarias para, si quiera, continuar sus operaciones. Dicho riesgo tiene que ser recompensado lo suficiente para que sea atractivo al inversor. Cabe aclarar que este riesgo no lo asume en ningún momento el trabajador, ya que se venda o no se venda, la empresa tiene que pagarle un salario por su trabajo –a menos que quiebre–.

CONCLUYENDO

El final del Tweet dice:

“(…) He ahí las ideologías que pareces no entender.”

Sobre esto me permito decirle al Senador Petro; que bien pueda devolver el titulo de economista con los posgrados a fin de que posea. Ya que la “ideología” que él está promocionando, está al nivel de la Teoría de la Tierra plana. La TVT tiene serios conflictos desde su nacimiento y lleva décadas refutada, además de no encajar con nada de lo que se ve en el mercado.

Quien no entiende –o simplemente no le interesa– es usted y no contento con ello, pretende implementar en Colombia un modelo económico destructivo y por supuesto, lleno de sangre, muerte, tristeza y dolor.

Carlos Noriega
Carlos Noriega

Barranquillero. Administrador de empresas y maestrante de finanzas públicas. Director ejecutivo (CEO) y miembro fundador del medio digital liberal/libertario El Bastión y de la Corporación PrimaEvo.

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