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Redacción Defensa. (13 de marzo de 2021). Los aviones de combate de última tecnología que comprará Colombia. [Figura]. Recuperado el 5 de abril de 2021, de Semana.com – Últimas Noticias de Colombia y el Mundo: https://www.semana.com
A raíz de la publicación en la Revista Semana del artículo titulado Los aviones de combate de última tecnología que comprará Colombia, publicado el pasado 13 de marzo, se ha encendido una nueva polémica en los círculos políticos y, particularmente, en el Congreso de la República con voces a favor y en contra de este proyecto.
Desde luego, una compra de esta magnitud requiere del escrutinio público y de los debates en las comisiones respectivas de Senado y Cámara de Representantes, pero lo que se debe evitar, es que los temas de seguridad y defensa, que son un bien público de todos los colombianos, se conviertan en un caballo de batalla político, salpicado por ideas lejanas a los preceptos constitucionales sobre los fines del Estado y, además, se creen sombras sobre un tema que debe ser claro y trasparente para todos. El remplazo de nuestra flota de aviones de combate es, a todas luces, una necesidad inminente e inaplazable para alcanzar una disuasión que garantice la seguridad y defensa del Estado.
La actual flota de aviones Kfir tiene más de 40 años de construida. Durante su trayectoria en Colombia, ha sido sometida a dos procesos de modernización con el fin de mejorar sus equipos, aumentar sus capacidades y mantenerla vigente. Si bien este proceso potencializó la tecnología de sus sistemas de adquisición y entrega de armas, guerra electrónica y navegación, acercándolo a la generación 4.5; otros sistemas, como es el caso de sus plantas motrices, los sistemas hidráulicos, eléctrico y de controles de vuelo que están entrado en una etapa de obsolescencia, se mantienen en su versión inicial. Esto se debe en primer término, a que muchas de sus partes y componentes corresponden a tecnologías antiguas poco eficientes (incremento del índice de fallas) y de alto consumo (combustible e insumos). En segundo término, cada día es más difícil mantener una sostenibilidad logística; las fábricas ya no producen partes y repuestos nuevos, pues sólo está disponible el mercado de reparaciones que son cada día más costosas y prolongadas, debido a la poca sustitución de las partes averiadas.
Las razones anteriores significan un enorme esfuerzo para mantener el alistamiento de la flota y explican su alto costo de operación. Una hora de vuelo de un avión Kfir está alrededor de los 60 millones de pesos, mientras que la de un avión F-16 está en un 50% de ese valor.
Cabe citar al Mariscal Montgomery, líder militar británico de la Segunda Guerra Mundial, quien mencionaba: “Si perdemos la batalla aérea, perdemos la guerra y la perdemos rápidamente”. Colombia actualmente se sigue enfrentando a serias amenazas en el ámbito interno; los Grupos Armados Organizados (GAO), persisten en perturbar la tranquilidad de los colombianos ejerciendo una violencia que requiere de toda la contundencia del Estado para ser neutralizada y, en la cual, los Aviones Kfir han sido efectivos.
En el caso del narcotráfico, el país ha logrado reducir al mínimo el uso ilegal de su espacio aéreo para el tráfico de estupefacientes, y esto, gracias a un sistema de defensa con radares y aviones interceptores de alto rendimiento, fundamentales para cumplir esta tarea.
Adicionalmente, Colombia enfrenta una situación compleja en su vecindario. Por un lado, un gobierno dictatorial, compulsivo e impredecible que frecuentemente hace gala de su poder aéreo, amenazando con enviar sus aviones Sukhoi para atacar la capital. Lo anterior, aunado a los frecuentes incidentes en la frontera común, acompañados en algunos casos, con violaciones del espacio aéreo nacional que pueden desembocar, eventualmente, en la materialización de dichas amenazas y, donde nuestra única defensa, está representada por nuestros aviones de combate.
Por el otro lado, en el Mar Caribe, el país tiene un tema de fronteras marítimas por definir. Las pretensiones de Nicaragua con el respaldo de Venezuela, y los intereses de Rusia y China en el sector, hacen necesario contar con una fuerza disuasiva que respalde las decisiones futuras de nuestro gobierno. Hechos como la expulsión de espías venezolanos y funcionarios de la Embajada de Rusia, demuestran la intención y confirman las amenazas. Es preocupante el caso de un venezolano que realizó actividades de inteligencia sobre la Base Aérea de Palanquero: la unidad estratégica más importante del país.
Los colombianos no debemos dejarnos seducir por aquellos que pretenden enredar a la opinión pública con el falso dilema de qué es lo más importante para nuestro país. La atención de la pandemia o la compra de los aviones de combate o cuál es el propósito de la reforma tributaria: comprar aviones o superar y atender la pandemia. Es claro que la prioridad del Gobierno Nacional es atender la pandemia e impulsar la reactivación económica, pero la necesidad de remplazar los aviones de combate no es un tema nuevo.
Desde el año 2013, la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), de manera juiciosa y responsable, inició el análisis y estudio para prever dicho escenario. La necesidad se presentó al gobierno anterior, pero, por razones coyunturales o políticas, la decisión se aplazó. Sin embargo, la FAC ha mantenido vigente dicho estudio, definiéndolo como horizonte de operación de los aviones Kfir para el 2023, según mencionó el Ministro de Defensa: Diego Molano.
Si tenemos como límite para realizar el cambio del año que mencionó el Ministro, estamos ante una decisión que es inaplazable y que de no hacerse, el Gobierno Nacional deberá asumir la responsabilidad de haber dejado desprovisto al país de su capacidad estratégica más importante. Dicho proceso de cambio requiere de dos aspectos: un estudio de financiación por los significativos costos que implica la compra, transfiriendo en el tiempo el pago de la deuda y manteniendo el equilibrio financiero del Estado; y el asumir los procesos largos y dispendiosos que conlleva este mismo proceso, pues la negociación y firma del contrato puede tardar como mínimo un año a un buen ritmo y otro año más para ver salir de la línea de producción el primer avión aterrizado en Colombia.
Estamos contra la pared en lo que se refiere al tiempo. Por eso, debemos reflexionar sobre lo que significa esta capacidad estratégica y tomar la decisión de invertir en la modernización de los aviones como garantía de seguridad y defensa para nuestro país, pues de lo contrario, no tendremos cómo remplazar nuestra flota Kfir, quedando en extrema vulnerabilidad.
Con el paso de los años, todas las capacidades estratégicas para la defensa del país se van degradado; lo que está pasando con los aviones de combate, también está ocurriendo con las capacidades terrestres y navales, las cuales eventualmente deben ser recuperadas y mantenidas. Ahora, pensemos en cuanto le cuesta al país en vidas humanas la prolongación del narcoterrorismo y sus estelas de miseria, pobreza y desplazamiento ¿Cuánto nos costaría, si fuéramos objeto de ataques aéreos, la recuperación de la infraestructura crítica afectada (infraestructura petrolera, eléctrica, vías, productiva y comunicaciones)? Si cuando nosotros le instalamos un sistema de alarma a nuestra casa o vehículo no lo consideramos como un gasto, sino como una necesidad para proteger nuestro patrimonio, el país demanda la protección de la vida y el patrimonio de todos los colombianos.
SOBRE EL AUTOR:
General (RA) Guillermo León León: Excomandante (General del Aire) de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC). Durante su carrera militar se desempeñó como Jefe de Operaciones Aéreas, Comandante del Comando Aéreo de Transporte Militar, Comandante del Comando Aéreo de Combate No. 1, Comandante del Comando Aéreo de Combate No. 3, Jefe de la Jefatura de Inteligencia Aérea, Jefe del Centro de Control de Operaciones, por mencionar algunos. Entre sus estudios se relacionan; Profesional en Administración Aeronáutica del Instituto Militar Aeronáutico (IMA) “Capitán José Edmundo Sandoval”, Profesional en Administración de Negocios de la Universidad Sergio Arboleda, Especialista en Gerencia de Recursos Humanos de la Escuela de Administración de Negocios – EAN, Especialista en Administración de Negocios de la Universidad Sergio Arboleda, y Máster en Estudios Estratégicos de la Universidad del Aire.